«Hemos conseguido sacar provecho de algo que para muchos ganaderos es un problema»
El vallisoletano Javier Benito, cofundador de la empresa dLana, exporta lana merina a países como Finlandia o Canadá
La pyme dLana es la única empresa textil española 100% sostenible, desde la selección de ganaderías ovinas hasta el hilado o la confección de prendas, pasando por el esquilado y el lavado de la lana. Fundada por Esther Chamorro y el vallisoletano Javier Benito, dLana está radicada en San Lorenzo del Escorial (Madrid), desde donde trabaja con ganaderías de toda España. Nacido en 1980, Benito estudió en INEA, donde cursó la diplomatura de Ingeniería Técnica Agrícola, y también Gestión de Explotaciones Agropecuarias. Tras varios años trabajando en bodegas y en un proyecto para la Confederación Hidrográfica del Duero, se interesó por temas relacionados con el cambio climático, el desarrollo sostenible, y la gestión y el consumo responsables.
–Yo tenía entendido que la lana merina española hace siglos que no podía competir con la que se produce de forma masiva en Australia… ¿Cuál es el secreto?
–Así es, sigue sin poder competir básicamente por dos factores: la finura y la largura de la fibra. En España, en los últimos 40 años, se ha puesto mucho énfasis en el fomento y selección de las ganaderías para la producción de carne y leche. Mientras, la lana se ha dejado de cuidar y ahora mismo es un subproducto y, en muchos casos, un problema de gestión para los ganaderos y las administraciones. Lo que hacemos desde dLana es darle la vuelta a esta realidad y sacarle todo el provecho a la lana merina del país, haciendo un trabajo exhaustivo de selección tanto de procedencia, como de la propia lana. A eso le añadimos un estudio de los procesos físicos a aplicar para que la lana resulte lo más suave y ligera posible para su uso tanto para tejer en casa como hacían nuestras abuelas o madres, como para la producción de prendas como jerseys, bufandas, calcetines, chaquetas, etc.
–¿Cómo nació la idea? ¿Qué experiencia empresarial tiene y cuál era su conocimiento del sector ovino?
–El germen del proyecto fue la búsqueda en nuestro país de materias primas textiles responsables y éticas con las personas, el medio ambiente y los animales. Cuando dimos con la lana, tanto sus magníficas propiedades y usos, como su fascinante historia y legado, decidimos ir contra corriente y devolver el valor a esta materia prima natural. Después de meses de estudio, también llegamos a la conclusión de que la lana era una de las pocas materias primas que podíamos transformar localmente de forma integral. Creamos dLana en agosto de 2015. Todo lo que ahora es dLana ha surgido del aprendizaje, de investigar, conocer ganaderías, artesanos que nos han abierto las puertas de su talleres y casas, de leer, estudiar y escuchar. De invertir ahorros, lanzarnos al vacío y aprender tanto de errores como de los pequeños éxitos. No había experiencia empresarial en mi familia, ni procedo del sector ovino.
«El 30% del valor bruto de nuestros productos contribuye a mantener tradiciones de hace siglos»
–¿Cómo es el proceso de negocio, desde el contacto con los ganaderos hasta el producto terminado?
–Seleccionamos ganaderías trashumantes y extensivas porque generan biodiversidad, mantienen los pastos y disminuyen los riesgos de incendios, entre otros beneficios. Representan la forma más ética de manejo del ganado, ya que los animales viven al aire libre. Realizamos todos los procesos de transformación con la poca industria lanera y artesanos textiles que quedan en el país. La lana con todas sus impurezas y restos vegetales se convierte en un hilo suave y esponjoso. Más del 30% del valor económico bruto de nuestros productos incide de forma directa en el mantenimiento de tradiciones. Toda la lana que trabajamos es lana merina del país.
–¿Cuál es su mercado en España?
–Distribuimos desde San Lorenzo de El Escorial, nuestra tienda online o en las ferias a las que asistimos. También tenemos tiendas en España, pero sobre todo en Europa, Canadá y Japón, que hacen llegar toda la historia lanera de nuestro territorio a sus clientes. dLana crea cinco puestos directos de trabajo y otros 40 indirectos, entre ganaderos, transformadores, comunicación... sin tener en cuenta la logística.
–¿Adónde más querrían exportar?
–Estamos en Alemania, Portugal, Grecia y ahora en Finlandia. Tenemos que consolidar los mercados que tenemos abiertos, no es cuestión de llegar a muchos más países.
–¿Disponen de suficientes suministradores como para poder crecer?
–Criar ovejas solo para lana, hoy, no tiene un rendimiento suficiente.Pero la creación de productos únicos basados en la calidad y durabilidad además del diseño y innovador con la mejor materia prima natural, es la clave de futuro en el sector.