Los cinco acusados, de una misma familia, en el Audiencia de Valladolid. Rodrigo Jiménez

Valladolid

Cinco miembros de una familia que traficaba con droga en Pajarillos eluden la cárcel

Los acusados han llegado a un acuerdo con la Fiscalía de penas de dos años de prisión cada uno, suspendidas con la condición de no delinquir durante tres años

Álvaro Muñoz

Valladolid

Martes, 20 de junio 2023, 19:38

Cinco miembros de una misma familia (el matrimonio compuesto por David Hernández Barrul y María Luz Borja Romero, junto a sus hijos Brian y Carlos ... Hernández Borja, y el hermano del primero Ángel) han llegado este martes a una conformidad con la Fiscalía de Valladolid de dos años de prisión y una multa de 300 euros cada uno por un delito contra la salud pública por tráfico de droga en el barrio de Pajarillo. Inicialmente, la acusación pública solicitaba una condena de 4 años y medio de privación de libertad y 900 euros de multa para cada uno.

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El acuerdo también destaca la suspensión de la ejecución de la condena por un periodo de tres años con la condición de no delinquir durante tres años y con la obligatoriedad de notificar los cambios de domicilio ante el tribunal.

La investigación policial arrancó a finales de 2020, cuando la Policía Nacional estableció un dispositivo de vigilancia con el que se puso de manifiesto los «numerosos» contactos en Pajarillos y otros puntos de la ciudad de los acusados. En ellos, los cinco miembros de la familia mantenían reuniones breves para entregar papelinas a cambio de dinero.

Más de un año de vigilancias e investigaciones que concluyeron con la detención del clan familiar en enero de 2022 tras registrar sus domicilios de Pajarillos y en los que hallaron 4.000 euros, «producto del tráfico de drogas». Ya en diciembre de 2020, agentes de la Policía vieron a David y Ángel salir de uno de sus pisos de la calle Mirlo para dirigirse a otros puntos y hacer «intercambios» por la ventanilla del vehículo, aunque no se pudo interceptar al comprador por «razones operativas».

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Un mes después, en otra vigilancia, la mujer del clan repitió el mismo 'modus operandi' al bajar de su domicilio y dejar un envoltorio en el asiento del copiloto de un coche, aunque, igualmente, no se detuvo al comprador. Episodios similares con frecuencia prácticamente a diaria, con especial énfasis el 19 de marzo de 2021 con viajes de casi todos los miembros de la familia.

Hasta el paseo del Cauce

Uno de las primeras interceptaciones sucedió el 14 de mayo de ese año, cuando se sigue el rastro de Ángel Hernández hasta el paseo del Cauce (a la altura de las universidades), donde un hombre le entrega un billete de color azul a cambio de un envoltorio blanco. Tras ser identificado, comprobaron que el paquete contenía cocaína con un peso de 0,36 gramos.

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Durante los meses siguientes, el clan familiar mantenía su método de trabajo, con intercambios de dinero por paquetes desde las ventanillas de los vehículos, a pesar de que en la mayoría de los siguientes no se terminaba por interceptar al receptor de esos envoltorios. Hasta que llegó el 17 de enero de 2017. Ese día, la Policía observó a Carlos Hernández salir desde la calle Mirlo para dirigirse directamente a la ventanilla de un coche estacionado. Allí, el conductor le entregó «varios billetes de 50 euros» a cambio de varios objetos que este guarda en la guantera. Más tarde, tras ser identificado, le incautaron cuatro bellotas de hachís y un envoltorio de plástico con sustancia blanca.

El total de las sustancias intervenidas hubieran alcanzado en el mercado ilícito el valor de 312,11 euros.

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