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Coordinadores, colaboradores de empresas, autoridades académicas y alumnos, en la presentación del proyecto europeo TIMMIS. El Norte
La UVA capta 1,5 millones de Europa para crear empresas a partir de trabajos universitarios

La UVA capta 1,5 millones de Europa para crear empresas a partir de trabajos universitarios

El plan empieza con 10 equipos «de alto rendimiento», de los que solo tres lograrán abrir un negocio

A. G. E.

Valladolid

Lunes, 12 de marzo 2018, 18:42

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Desde que el Plan Bolonia implantó en las titulaciones los trabajos de fin de grado (TFG) o de fin de máster (TFM), los profesores universitarios se han percatado de que en ese último paso para obtener la titulación se esconden, muchas veces, diamantes sin tallar. A veces pueden ser embriones de empresas a los que les falta un poco de experiencia laboral y un mucho de transversalidad. Proyectos de comunicación que necesitarían un informático. O planes de empresas tecnológicas a los que les falta un economista que ponga en tierra firme las cifras.

Beatriz Fernández y Patricia Sanz captaron ese potencial escondido y consiguieron captar un proyecto europeo, dotado con 1,5 millones de euros, que busca convertir esas ideas aisladas en grupos de trabajo de los que obtener empresas reales. Con números tan concretos como ambiciosos. De los 10 primeros grupos esperan conseguir un porcentaje de éxito del 30%. ¿Y qué es el éxito en este caso? «El éxito es crear una estructura de empresa. No siempre tienen que ser empresas nuevas, sino también integrarse en empresas existentes. La importancia está en que las empresas que tengamos, crezcan», explica Patricia Sanz, presidenta de Exportun y directora técnica de los equipos TIMMIS Emprendedurismo.

Los objetivos, por tanto, ya están fijados. «Cada año trabajamos con cursos académicos. Este curso trabajamos con diez equipos de los que se prevé obtener un 30% de éxito, aunque creo que habrá más. El año siguiente haremos quince equipos y el éxito se sitúa en el 40%. Y al siguiente, veinte equipos y el éxito se amplía a su vez», señala Sanz. Entre las cifras, además, se encuentran otros aspectos relevantes. Así, «más del 50% de alumnos son mujeres», mientras que en el caso de quienes colaboran como mentores externos, «casi todos son hombres». Una imagen fija que describe bien el cambio que está en marcha y que será aún más visible en los próximos años.

El modo mediante el cual van a trabajar los diferentes grupos de alumnos aúna el método académico con el profesional.De hecho, a los tutores de la universidad se añaden otras figuras que aportan lo que falta para conseguir que las ideas pasen al siguiente escalón. Beatriz Fernández, directora de la Cátedra de Comercio Exterior de la UVA, resume el proyecto como «juntar alumnos de distintas titulaciones para que realicen el estudio de un proyecto empresarial aprovechando que, obligatoriamente, tienen que hacer su trabajo fin de grado o máster para obtener su titulación».

Que fueran equipos transversales era casi obligado, porque la idea era que se complementaran durante todo el proceso. Pero no solo eso.Además había que contar con otros profesionales «para que los alumnos puedan enriquecerse con la experiencia de distintos individuos del mundo empresarial».

Eso se ha hecho a través de tres figuras también complementarias. «Incorporamos en primer lugar al padrino, que suelen ser siempre instituciones, empresas, que proponen una idea empresarial a desarrollar o, en otros casos, ponen a disposición de los alumnos sus recursos para que puedan llevar a cabo una idea empresarial propuesta por ellos mismos». Después hay dos tipos de mentores, el interno, vinculado a la empresa en cuestión, y el externo. «El mentor interno les va a proporcionar toda la información que necesitan para llevar a cabo el proyecto empresarial, mientras que el externo es una persona no vinculada con esa empresa pero procedente del mundo empresarial, con experiencia en el campo del proyecto que están desarrollando».

Como, al fin y al cabo, se trata de aprovechar los trabajos de fin de grado o máster, cuentan también con la tutorización de un profesor universitario, igual que cualquiera de sus compañeros de estudios. El proyecto no pierde de vista en ningún momento que se trata de crear estructuras de empresas lo más reales posible. Por eso se añade, a toda la formación, otra serie de aspectos que responden a lo que ahora se ha dado en llamar competencias blandas y que cada vez demandan más empresas de gran tamaño. «Para favorecer la constitución de un equipo altamente cualificado estamos trabajando con un grupo de expertos en formación y recursos humanos que les capacita en competencias relacionadas con determinadas habilidades, como el trabajo en equipo, la comunicación o la inteligencia emocional», señalaba Beatriz Fernández.

Los equipos, casi siempre de cuatro alumnos, han comenzado ya a trabajar en sus ideas. En el proyecto participan, además de la Universidad de Valladolid, el Instituto Politécnico de Braganza, la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, Nerba, Exportun y Fuescyl.

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