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Dos ciudadanos pasean delante del cartel de un bar de Valladolid que pide respeto para el descanso vecinal. Alberto Mingueza

Una campaña concienciará en las zonas de copas de Valladolid sobre el respeto al descanso vecinal

El Ayuntamiento trabaja con hosteleros y vecinos en el diseño de este plan para marzo, centrado en áreas como San Miguel y Macías Picavea

Lorena Sancho

Valladolid

Martes, 19 de febrero 2019, 13:21

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Sábado noche. Un grupo de jóvenes mantiene en la calle –en cualquiera de las céntricas zonas de copas de Valladolid– una conversación que incrementa el tono a la par que avanzan los minutos de esta madrugada de cualquier fin de semana del año. No son conscientes de que justo encima de ellos, en el primer piso de un bloque cualquiera de esa vía, una familia lucha por conciliar el sueño y poder descansar. Dos calles más allá, la situación se repite con los residentes de otro edificio que cuentan los minutos para que esa puerta del establecimiento hostelero de abajo se cierre y deje de arrojar decibelios descontrolados hacia el exterior.

Son dos casos, dos ejemplos, pero hay más, probablemente muchos más, en ese histórico listado que cada lunes engrosa las quejas de vecinos que anhelan su descanso en medio de una zona de ocio nocturno. Una vieja demanda de colectivos y residentes a título individual a la que ahora la Concejalía de Seguridad y Movilidad que dirige Luis Vélez quiere plantar cara, con la venia de los hosteleros, mediante el fomento de la responsabilidad ciudadana para divertirse sin molestar.

Será un diseño a tres bandas, entre el Ayuntamiento –están implicadas además las concejalías de Urbanismo, Medio Ambiente y Participación Ciudadana–, las federaciones de asociaciones de vecinos Antonio Machado y Conde Ansúrez y la Asociación Provincial de Hostelería, con propuestas y compromisos concretos de cada una de las áreas, que en unos días se plasmarán en un documento que servirá de base para la empresa que resulte adjudicataria. En la toma de contacto mantenida ayer entre los colectivos citados se habló ya de incidir en el refuerzo del cumplimiento de la normativa en cuanto a horarios de apertura y cierre de bares y en la vigilancia para evitar que las bebidas salgan a la calle. Pero también de lanzar una serie de folletos y carteles que adviertan en las zonas de copas de que se encuentran en un lugar residencial y que sean sensibles con el descanso de los demás. «Es una campaña de concienciación, de sensibilización, dirigida tanto a los hosteleros como a los propios ciudadanos, a los que acceden a un bar y a los que se quedan fuera, o disfrutan del ocio en la calle», explicó el concejal de Seguridad y Movilidad, Luis Vélez, quien aclara que la intención de la campaña no es sancionar, sino educar y concienciar. Y, como tal, según añadió, tanto los hosteleros como los representantes vecinales la han acogido con buena disposición. «Porque los vecinos no quieren que los negocios se cierren, pero sí que sean conscientes de la problemática que hay», puntualizó.

El proyecto, previsto mara marzo, está pensado para toda la ciudad, pero focalizará las acciones especialmente en zonas como San Miguel o la calle Macías Picavea. En este ámbito, la Federación de Asociaciones Vecinales de Valladolid Antonio Machado, a través de su representante, José Manuel Conde, planteó la posibilidad de limitar la velocidad del tráfico rodado en estas vías y colocar carteles que avisen de que se encuentran en una zona «de especial sensibilidad». «Estaríamos incluso dispuestos a acudir a esas zonas a ayudar en la concienciación con la que nace esta campaña», añadió.

Por más medidas «disuasorias», con un plan de acción en lugar de concienciación abogó la otra federación vecinal, la Conde Ansúrez, cuya presidenta, Elvira Yáñez, se muestra más incrédula con la sensibilización. «Es muy difícil concienciar a la gente cuando está acostumbrada a actuar así, y está claro que no es culpa del establecimiento ni del vecino, sino que se trata de educación y de civismo», precisó.

El año 2018 se cerró en Valladolid con 55 actas de la Policía Municipal por incumplimiento del horario de cierre, 474 denuncias por consumo de alcohol en la vía pública, dos más por el suministro de bebidas alcohólicas a menores en establecimientos hosteleros y otras seis por su suministro en supermercados. Además, se levantaron 38 actas por medición de ruidos en bares y otras 38 por otro tipo de molestias acústicas, mientras que en 21 casos más se detectaron irregularidades en el limitador del equipo de música. Aunque el concejal Luis Vélez precisa que la conciliación entre el disfrute y el descanso no responde a un mayor número de quejas o denuncias, sino que «una propuesta en la que se viene trabajando desde hace tiempo»

La Asociación Provincial de Hosteleros apuntó directamente al ruido que se provoca en la calle cuando los establecimientos ya no están abiertos, de ahí que incidiera en la importancia de concienciar sobre el botellón «porque es lo que provoca más jaleo a las cinco o las seis de la mañana», señaló la secretaria general del colectivo hostelero, María José de la Calle.

La propuesta de los hosteleros pasa así por incidir en la campaña en este tipo de ruidos, así como en el que se genera tras el cierre de «aquellos locales que acogen a menores habitualmente sin licencia». Pues aseguran que está constatado que «cuando más ruido hay es a las seis de la mañana, y a esas horas los bares ya están cerrados».

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