Una 'calculadora' predice si una dieta tendrá éxito a partir de datos de personas con sobrepeso
Es una investigación de un trabajo de fin de máster en la Universidad de Valladolid, de acceso abierto, que permite al especialista afinar en el tratamiento y barajar fármacos o cirugía
El trabajo de un alumno de máster en Ingeniería Biomédica en la Universidad de Valladolid ha cuajado en un modelo predictivo que augura si una ... dieta calórica moderada en personas con sobrepeso tendrá éxito o fracasará y lo hace a través de una especie de 'calculadora' en la que se introducen variables y parámetros que figuran en la historia clínica del paciente.
Tensión arterial, edad, colesterol, resistencia a la insulina y masa muscular son los parámetros más influyentes en el éxito o fracaso de una dieta moderada
La tensión arterial, la edad, los niveles de colesterol, la resistencia a la insulina y la masa muscular son los cinco parámetros que más peso tienen en la valoración que se realiza automáticamente aplicando técnicas de análisis de datos mediante inteligencia artificial, y que concluye con un vaticinio de éxito de la dieta o de fracaso. Si este último resultado se impone, el especialista en Endocrinología y Nutrición que trata a ese paciente, al que a priori le habría prescrito una dieta de restricción calórica moderada, podrá valorar desde el principio otras alternativas, desde el empleo de fármacos a contemplar la cirugía bariátrica.
El autor del trabajo es Rolando Andrade Calle, que ha desarrollado la investigación bajo la dirección, supervisión y validación de Daniel de Luis Román, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y catedrático de esta especialidad en la Universidad vallisoletana, y de Isabel Torre Díez, catedrática de la misma universidad en el departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones e Ingeniería Telemática. La aplicación práctica de la investigación es evidente.
La 'calculadora' para predecir el éxito en dietas de restricción moderada no es el primer proyecto conjunto de estas dos áreas. Otra investigación anterior culminó con una herramienta similar que desveló diez indicadores de salud que permitían vaticinar si una persona con obesidad mórbida lograrían cumplir objetivos de reducción de peso tras afrontar una operación de reducción de estómago. El umbral de éxito de esa cirugía se sitúa en el 30% de pérdida de kilos al año de pasar por quirófano. En el caso de las dietas de restricción calórica moderada la efectividad terapéutica se fija en el umbral de una reducción de peso del 5%.
«Un 5% menos de peso ya te mejora la tensión, la glucosa, el colesterol... Es un éxito terapéutico para una dieta»
Daniel de Luis
Catedrático de la UVa y jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valladolid
No se trata de cuestiones estéticas. La obesidad mórbida es una enfermedad muy grave y limitante y el sobrepeso ya deteriora la calidad de vida y aumenta la mortalidad, llegado a afectar hasta al 39% de la población adulta, en el segundo caso, y al 13% en el primero. Pasarse de romana en la báscula aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 o ictus.
El doctor Daniel de Luis, también director del Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición Clínica (IENVa) y miembro del Ibiovall (Instituto de Investigación Biosanitaria de Valladolid), destaca la utilidad de estas herramientas de valoración previa del resultado de los tratamientos para abordar el sobrepeso y la obesidad. La que puede aplicarse a personas susceptibles de seguir una dieta moderada en la que se reducen una 500 calorías diarias es, además, de acceso libre. El éxito de ese tratamiento lo marca una pérdida de peso en báscula del 5%. De Luis explica que aunque esa persona no alcance llegue a bajar a cifras consideradas ideales, «un 5% menos de peso ya te mejora la tensión, la glucosa, el colesterol... Es un éxito terapéutico para una dieta».
«En este estudio nos propusimos desarrollar y evaluar el rendimiento de varios modelos de aprendizaje automático para predecir la pérdida de peso corporal tras una dieta hipocalórica de tres meses en pacientes con obesidad», remarca el artículo que culmina la última investigación, en el que se precisa que «mediante el uso de datos clínicos y bioquímicos» se perseguía el objetivo de «proporcionar a los profesionales sanitarios una herramienta predictiva fiable para apoyar la toma de decisiones en intervenciones dietéticas personalizadas».
Tabaco, ácido úrico, bilirrubina...
Además de los indicadores que valoran la pérdida de peso, la investigación ha abordado también algoritmos cualitativos, estudiando cuáles son los indicadores de salud con los que se pueden predecir beneficios en el metabolismo de la persona que va a iniciar la dieta. «Son multitud de datos que nosotros tenemos en la práctica química y médica habitual y que permiten esa predicción», subraya el especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico y de la Universidad de Valladolid. A los cinco parámetros más decisivos en el sistema de predicción (tensión arterial, el nivel de colesterol, la resistencia a la insulina, la masa muscular y la edad) se incorporan otros que suman o restan en el resultado final: si la persona fuma o no, el ácido úrico, la bilirrubina o el peso basal, que es la energía mínima (en calorías) que el cuerpo necesita en reposo para mantener la funciones vitales.
Daniel de Luis subraya la oportunidad que supone que esta 'calculadora' predictiva sea de acceso libre para los profesionales médicos. «Tú entras en la historia del paciente y vas introduciendo todas las variables. Al final te sale un resultado en verde o rojo que indica si esa persona va a tener éxito o no con esa restricción calórica moderada», describe el especialista.
La 'calculadora' ha mostrado su efectividad, pero entre las conclusiones del trabajo figura la necesidad de darle continuidad con «investigaciones futuras que deberían integrar factores genéticos, conductuales y socieconómicos para mejorar la precisión predictiva y facilitar estrategias terapéuticas más personalizadas», concluye el artículo que firman Rolando Andrade, Isabel Torre y Daniel de Luis.
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