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El coordinador del Banco del Tiempo de Valladolid, Juan Manuel Primo, en su despacho en el centro de mayores del barrio de La Victoria .Ramón Gómez
El Banco del Tiempo afianza el intercambio de servicios pese a la ligera caída de socios

El Banco del Tiempo afianza el intercambio de servicios pese a la ligera caída de socios

La entidad municipal se consolida a la salida de la crisis con la cifra de 621 inscritos y con una media de 100 trueques mensuales

Ó. SJ. H.

Valladolid

Jueves, 12 de abril 2018, 20:20

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Servicio por servicio y favor por favor durante casi trece años. Si el dicho es cierto, los intercambios que propicia elBanco del Tiempo de Valladolidson oro. En los últimos años, los intercambios de servicios entre las 621 personas inscritas en esta organización a fecha de abril de 2018, dedicada a «construir comunidad y fomentar los lazos vecinales», se han consolidado y han experimentado incluso una ligera tendencia al alza –especialmente el pasado año 2017–.

Si bien el número de socios ha caído de forma mínima, los que permanecen son más activos, algo que es muy bien visto desde la coordinación de la entidad, dependiente de la concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valladolid y que lleva paso de seguir sumando años desde su apertura allá por el año 2005.

Luisa Marciel (socia nº 211): «La relación entre inscritos puede llegar en ocasiones a la amistad»

Luisa Marciel Martín es, a sus 64 años, la socia número 211 y una de las que mejor conoce desde dentro el Banco del Tiempo. Vallisoletana de nacimiento, se inscribió en 2009 y llegó a celebrar el décimo aniversario de la entidad que tuvo lugar en 2015. «Los servicios que más demando son reparaciones en el hogar, que me venga un 'manitas' a casa, aunque también transporte en coche cuando lo necesito», afirma. Por su parte, ofrece habitualmente servicios de costura y cuidado de personas mayores válidas y asistidas. «Esa ha sido mi profesión y la sigo ejerciendo de forma solidaria aunque llevo prejubilada unos meses». El ambiente entre los socios, asegura, «es muy bueno». «La relación llega en ocasiones a la amistad».

Con la tibia mejora que han experimentado en Valladolid algunas variables económicas, como la tasa de paro provincial –que ha visto caer a 34.949 personas el número de desempleados después del techo de los 54.138 parados de 2013–, la duda no sobrevuela el tejado del Banco del Tiempo ni amenaza su marcha normal.

Al contrario de lo que suele pensarse, «el Banco del Tiempo no responde tanto a la intención de sus socios de ahorrar dinero en determinados servicios que pueden canjear por otros, como a la intención de ampliar relaciones sociales, por ejemplo». Así opina el coordinador de la entidad en Valladolid, Juan Manuel Primo, desde cuya sede en el centro de mayores del barrio de La Victoria gestiona las altas y las bajas de los inscritos, y lleva a buen puerto los designios de un banco con el que «estamos muy contentos». De esa forma, Primo destierra las conexiones que suelen hacerse entre la crisis económica y el éxito del proyecto, que corre por sí solo al margen de contextos a pesar de que los años fuertes de la recesión sí pueden aumentar la actividad.

«A nosotros nos interesa mantener el número de socios entre 600 y 650, como ahora, porque más sería incontrolable y no nos ayudaría en el propósito real de fomentar lazos entre los vecinos», indica. «Es cierto que en los últimos años ha habido una caída de inscritos, pero hay más intercambios y con eso estamos muy satisfechos». El Banco del Tiempo de Valladolid, que bebe de una partida económica municipal con la que Primo se muestra contento –«el equipo de gobierno anterior, que lo impulsó, nos mimó mucho y el equipo actual también»–, es de los más longevos en España y desde 2010 asesora a otros bancos que quieren crecer y no saben cómo hacerlo.

«El perfil común es el de una mujer hasta los 50 años con empleo y familia». La filosofía no pasa tanto por ofrecer tiempo, sino por servirse del tiempo que a otros les sobra. «La mayoría de bancos rondan los 50 intercambios mensuales y nosotros estamos en la media de 100», apunta Primo, quien entiende que lo fundamental para la buena marcha es «creer en la filosofía del proyecto». Los socios, como demostraron en una encuesta realizada con motivo de los diez años del banco, «también creen de forma mayoritaria que el valor reside en el fomento de las relaciones sociales»

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