Alejandro Carrasco (izquierda) y Miguel Campano (derecha) posan junto al Peugeot 306 que llevarán el próximo agosto durante su travesía por Europa Sergio Borja

Dos vallisoletanos, un 306 de 25 años y una aventura solidaria por Europa

Alejandro Carrasco y Miguel Campano participarán en el 'Uniraid Europe 2021', una cruzada benéfica por Europa en la que aportarán material escolar en una localidad albanesa desfavorecida

Lunes, 17 de mayo 2021, 09:31

«De primeras es un susto, luego vienen a decirte que no lo vas a conseguir, que es muy difícil, y cuando ven que vas ... avanzando en el proyecto, te ayudan y están detrás de ti para apoyar y echar una mano». Esas son las tres fases que los familiares y amigos de Alejandro Carrasco y Miguel Campano han pasado tras contarles la aventura en la que se habían embarcado. A diferencia de cruzar el desierto del Sahara, reto que también les hubiese gustado afrontar, estos jóvenes de 22 años se han propuesto recorrer Europa del Este en el mes de agosto para vivir una aventura única y, además, ayudar a mejorar la vida de las personas que se crucen en su camino.

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Este es el doble propósito de Uniraid Europe 2021, un viaje solidario dirigido a jóvenes universitarios que llevará a esta pareja de intrépidos aventureros a recorrer los Balcanes en una travesía que arrancará el próximo 5 de agosto en el norte de Italia, en la ciudad de Venecia, con el objetivo de llegar a la capital de Grecia, Atenas, el 15 del mismo mes. En el recorrido atravesarán, además del país transalpino, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte y Grecia en un total de 5.000 km que deberán realizar en 10 etapas divididas en 12 días de expedición.

La más especial, sin lugar a dudas, llegará cuando arriben a la población de Lin, junto al lago Orhid, en la frontera entre Albania y Macedonia del Norte, lugar donde realizarán la entrega de cuarenta kilos de material escolar solidario en una escuela que cuenta con unos 270 alumnos, con edades entre 3 y 15 años, que habitan en uno de los entornos rurales de más difícil acceso por los que pasa la prueba.

El objetivo es generar un impacto directo en las comunidades que allí viven y se encuentren en una situación más desfavorable y tanto Alejandro como Miguel, tienen claro que hablarán con la organización para tener en cuenta las necesidades de los niños y llevar «lo que les puede venir mejor para poder ayudar en lo que más se necesite« porque su intención no es llegar allí y «soltar el material» sino que quieren implicarse con esa gente y «crear algo que perdure en el futuro para ellos, que deje huella», comentan.

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Respecto a la pandemia, lamentan que la pregunta de si se podrá celebrar o no el Uniraid «siempre está ahí» aunque explican que ellos mantienen la esperanza de que finalmente sí se pueda realizar, algo que desde la organización, de momento, les han confirmado.

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Galería. La pareja de universitarios prueba su coche por los pinares vallisoletanos antes de prepararlo para su travesía por el viejo continente Sergio Borja

Aunque el camino lo recorrerán ellos, no estarán solos, pues la organización garantizará la seguridad y la ayuda mecánica a lo largo de todo el raid. Y les hará falta. Puesto que uno de los requisitos de la organización del evento para poder participar es que el medio de transporte en el que se muevan sea un coche que busquen y preparen ellos mismos, con una antigüedad de más de 20 años y que sea todoterreno. Por suerte, eso ya no es problema.

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Un Peugeot 306 con 25 años recién cumplidos -matriculado el 1 de junio del 96- y 113 mil kilómetros a sus espaldas será su compañero de viaje. Además, el Instituto Politécnico Cristo Rey se ha ofrecido a preparar el coche para que todo esté a punto cuando tenga que transitar por lugares que les dificulten el camino como, por ejemplo, el Parque Nacional de Durmitor en Montenegro, el de los Lagos de Plitvice en Croacia o las Grutas de Postojna en Eslovenia.

Ambos han coincidido en que de las dos rutas disponibles para cada una de las diez etapas de la ruta, intentarán escoger siempre «la de aventura». Esta pasión por la naturaleza les surge desde pequeños, desde una infancia en el Grupo Scout 'Manitoba', al que pertenecen desde los 6 años. Allí, han desarrollado un gran interés por todo lo relacionado con las rutas y los retos, desafíos a los que como ellos mismos reconocen se han lanzado en varias ocasiones sin pensarlo mucho.

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Dormir en la cima del Curavacas para ver amanecer desde uno de los techos de la montaña palentina o emprender un viaje en bicicleta desde Valladolid hasta la localidad gallega de Os Blancos, sin más acondicionamiento que la ropa para cinco días en las alforjas, son algunas de las ideas que Alejandro y Miguel recuerdan como su particular «preparación» a este nuevo viaje.

Poder afrontar esta expedición no es sencillo. Alejandro y Miguel han tenido que buscar patrocinadores que financien el coste de tal aventura y aunque reconocen que en el comienzo «se vieron un poco perdidos» y sin saber «qué hacer o por dónde tirar», rápidamente se pusieron a ello. De igual manera, aseguran que no son muy amigos de las redes sociales por lo que se tuvieron que poner al día con «Instagram y demás» en lo que ellos afirman que ha sido «otro reto».

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Para conseguir el material escolar que donarán, su intención es buscar una colaboración con una ONG o alguna asociación de ayuda humanitaria que les pueda conseguir el material. Si esta propuesta no sale adelante, otra de las opciones que barajan es que una empresa de papelería o material escolar facilite la donación como aportación al viaje y a esa escuela desfavorecida en Albania, en lugar de realizar un desembolso con un patrocinio económico.

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