«Se está avanzando en la proactividad en la gestión de riesgos»

A los riesgos tradicionales vinculados a la industria de agroalimentación, en los últimos años se le han sumado otros que podían parecer insospechados: desde el tiempo hasta una pandemia. AON trabaja con el sector intentando minimizarlos, lo que requiere de una cultura interna dentro de las propias empresas, como explica su Director Centro, Santiago Toca, y como se analizará este miércoles 18 en una mesa redonda que se celebrará en la hemeroteca de El Norte de Castilla.

-¿Cuál es el principal riesgo que amenaza a la industria agroalimentaria?

-Hablar de uno solo es complicado, porque estamos en un momento en el que cada vez hay más riesgos, más complejos de cubrir y más volátiles. Existen, por ejemplo, riesgos como eventos de la naturaleza, que cada vez preocupan más, el ciberriesgo, el precio de las materias primas, la falta de las mismas o los fallos en la cadena de suministro por las guerras reales o comerciales… Antes del 2020 nadie pensaba que una pandemia fuera a parar el mundo, y así sucedió. Además, la sociedad y la forma de ver la vida están cambiando mucho, a pasos agigantados, y hay una gran incapacidad para atraer o retener talento, y eso se ha convertido en una gran preocupación para los empresarios. Además, hay riesgos de toda la vida, como la pérdida de beneficios por interrupción del negocio o el peligro por siniestros como los incendios, preocupaciones que ya existían como el galimatías de la burocracia y otras nuevas como los daños reputacionales, sociales o de buen gobierno que preocupan y pueden afectar al consumo.

-¿Es consciente el empresario de las amenazas que se ciernen a su alrededor?

-Se está avanzando mucho en trabajar de una manera más proactiva en la gestión de riesgos, pero todavía falta cultura empresarial en la gerencia de riesgos; en general, en Europa, pero particularmente en España. Nosotros lanzamos bianualmente una encuesta global de riesgos en todos los países en los que estamos y vemos cómo van cambiando sus preocupaciones, adaptadas a los tiempos. En el sector agroalimentario hay diez riesgos principales que se perciben: el precio o la falta de materias primas, los fallos en las cadenas de suministros, la interrupción del negocio, el ciberriesgo, el cambio climático, los eventos de la naturaleza, los daños reputacionales o de marca, la regulación o los cambios legislativos, la retención o atracción del talento y la responsabilidad del producto o la retirada de productos. Es importante que las empresas organicen un mapa de riesgos que incluya todos los que pueden correr en la empresa, donde se identifiquen, se analicen y se cuantifiquen los riesgos. Habrá una parte que pueda ser asegurable, como un incendio, otros que no lo serán, como cambios acelerados de valores de mercado o cambios de regulación, o parcialmente asegurables, como los fallos en la cadena de suministro. Con eso, pueden tener una continuidad del negocio y marcar las estrategias necesarias para cubrir cualquier riesgo. Esto también incluye a las políticas de recursos humanos y la capacidad para atraer talento o que permanezca.

-Frente a esto, existen soluciones u opciones de prevención pero, ¿sabe la gente que las hay? ¿Sabe que son asumibles para ellos?

-En líneas generales lo saben, pero al no existir esa cultura, eso hace que se ciñan mucho a temas típicos. Si hablamos, por ejemplo, de los daños naturales, es cierto que su riesgo más grande es un siniestro en forma de incendio o inundación, y que ha habido unos años durante los cuales el aseguramiento ha sido muy restrictivo y han subido mucho los precios. ¿Qué se puede hacer ante esto? Intentar prevenir esos riesgos en las propias instalaciones; desde implantando planes de emergencia o procedimientos de seguridad sencillos en los departamentos, invertir en sistemas de prevención… Si hablamos de personas, hay herramientas que no son costosas para la empresa, como puede ser la compensación flexible. Hay muchas soluciones que pueden ayudar y que no son costosas.

-Da la sensación de que este combate significa modernidad. ¿Está modernizado el sector? ¿Cree que tiene capacidad para estarlo?

-El sector agroalimentario de Castilla y León es punta de lanza en I+D+i en España y en toda Europa; trabaja con tecnología súper puntera, lanza productos que salen a todo el mundo y va muy por delante respecto a otras regiones, pero es verdad que hay empresas de muy diferentes tamaños y de distintos subsectores, y que cada una tiene su singularidad. No es igual, por ejemplo, una industria galletera que una que se dedica al grano. En lo que yo creo que se está avanzando es en la concienciación sobre la importancia de la seguridad y en el nivel de calidad del riesgo en cuanto a los materiales de construcción, sistemas contra incendios... Ahí se está avanzando.

-¿Qué impacto cree que puede llegar a tener la tecnología disruptiva en la mejora de la seguridad de estas industrias?

-No solo tiene importancia en la mejora de los procesos productivos, sino que afecta a toda la cadena dentro de la empresa, incluida la seguridad, que está comprometida y mejorada. Todavía no se está utilizando mucho, pero viene un futuro en el que a través de la IA se podrán conocer las empresas sin tener que visitarlas. Creo que va a ahorrar tiempo y costes en la mejora de los sistemas de prevención, aunque creo que lo que más los mejorará es la mayor concienciación en la prevención y gestión de riesgos. Una empresa en la que el CEO y todo su consejo estén concienciados en ello, tiene muchas más posibilidades de evitar riesgos que otra que no. Es una parte de la cultura de la empresa lo que hace que puedan tener menores riesgos.

-¿Cómo diría que ayuda AON a las empresas a encontrar su camino en materia de prevención?

-Lo primero que hacemos es modelizar mejor los riesgos para que pueda haber capital para asegurar y acompañar a nuestros clientes en temas de consensos de seguridad y aseguramiento para poder hacer informes de riesgos con recomendaciones de mejora o segmento de las mismas, y para ello contamos con los mejores especialistas que nos ayudan a asesorar. En la parte de personas, cada vez dista más lo que puede ofrecer una empresa en temas de bienestar con lo que quiere la gente, y en eso nosotros buscamos una parte más integrada, para ayudar a la empresa a que favorezca al bienestar de sus empleados. Para nosotros lo más importante es el cliente, y eso requiere que no haya barreras geográficas y tener un conocimiento altamente cualificado. Nosotros hemos desarrollado una industria vertical del sector agroalimentario en la que trabajan más de veinte personas de todas las áreas de AON que se dedican a ver qué riesgos tiene el sector y qué soluciones podemos dar. Por último, les estamos ayudando a tomar mejores decisiones en sus inversiones en sistemas para dar el mejor servicio y poder estandarizar operaciones, tener procesos más eficientes, invertir en plataformas tecnológicas… Nosotros nos especializamos mucho por sectores e industrias y lo que intentamos es ayudarles a tomar las mejores decisiones que les ayuden a proteger su balance.