Borrar
El ingeniero mecánico Antonio Alonso Muñoz durante su última visita a Valladolid. Rodrigo Ucero
La Liga del Talento

Antonio Alonso, el vallisoletano que trabaja en el CERN: «Me apasionan los desafíos técnicos»

Este ingeniero mecánico especializado en la Física de partículas lleva cinco años trabajando en el Departamento de Áreas Experimentales de Ginebra

Laura Negro

Valladolid

Lunes, 3 de noviembre 2025, 06:55

Comenta

A 175 metros bajo tierra, debajo de la frontera entre Francia y Suiza, cerca de Ginebra, se encuentra uno de los lugares tecnológicos más fascinantes del planeta, el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear). Se trata del mayor laboratorio del mundo dedicado a la Física de partículas, cuya misión es estudiar de qué se compone el universo y cómo funciona. En este increíble lugar, en el que se han alumbrado algunos de los más importantes descubrimientos científicos de los últimos tiempos trabaja, desde hace cinco años, el ingeniero mecánico vallisoletano Antonio Alonso Muñoz. «Yo me dedico al diseño, cálculo y fabricación de elementos para aceleradores, ya sea equipamiento, maquinaria auxiliar o soportes», explica durante su última visita a su ciudad natal. Su trabajo permite y facilita que los físicos del CERN puedan seguir explorando los misterios del universo.

Antonio Alonso estudió secundaria en el colegio La Enseñanza. Según explica, la ingeniería le atrajo por su equilibrio entre práctica y teoría. «En mi familia todos son de letras. A mí, la Física me gustaba, pero la Ingeniería me parecía más mundana, más de trabajar con las manos. Creo que elegí bien», dice. Así que decidió estudiar Ingeniería Mecánica en la Universitat Politècnica de València. Se graduó con un expediente muy notable y una nota de 9,5 en su proyecto de fin de grado. Tras una etapa laboral en Stadler, una empresa valenciana dedicada al diseño, fabricación y mantenimiento de vehículos ferroviarios, dio un paso adelante que cambiaría el rumbo de su vida. «Quise probar suerte y echar mi currículum en el CERN. Lo veía como algo inalcanzable, pero el 'no' ya lo tenía», confiesa este ingeniero. Y lo que él pensaba que sería un «no», finalmente fue un «sí», ya que el CERN lo reclutó para sus filas.

Su primer proyecto dentro de la institución europea fue de cálculo estructural, aunque luego ha pasado por distintas áreas según los requerimientos y proyectos que se ponían en marcha. Actualmente trabaja como ingeniero de proyectos en el Departamento de Áreas Experimentales. Está focalizado en la mejora del acelerador con vistas a 2027. «Estoy trabajando codo a codo con expertos de cálculo, diseñadores, físicos… para intentar mejorar la maquinaria actual y hacer que dé la máxima capacidad con la infraestructura que tenemos», cuenta.

En el CERN trabajan unas 12.000 personas de más de un centenar de países. Su jornada comienza con reuniones y lluvias de ideas frente a pizarras llenas de fórmulas y bocetos. Su día a día está repleto de cálculos, simulaciones y pruebas sobre el terreno. No es raro que las reuniones deriven en visitas a las instalaciones subterráneas del acelerador. «Lo que más me apasiona de mi trabajo son los desafíos técnicos».

«Tenemos muchos retos que no existen en ningún otro lugar de trabajo. Retos de espacio, de radiación, de temperatura… Encontrar los materiales, las herramientas y las maneras para resolverlos es realmente interesante», añade. «En algunos casos, las soluciones comerciales no existen. Si, por ejemplo, necesitas una válvula de vacío, lo probable es que ninguna de las que hay en el mercado aguante los niveles de radiación de esa zona. Entonces tenemos que darle vueltas, pensar un blindaje y un sistema nuevo para solucionarlo», detalla.

Antonio Alonso en la pasarela del Museo de la Ciencia. R. Ucero

Esa creatividad es, para él, la esencia de la ingeniería. «Mi trabajo me permite resolver problemas complejos con métodos avanzads y eso es algo con lo que disfruto muchísimo. A veces las herramientas que tenemos no están pensadas para ese tipo de problemas, así que hay que dar otra vuelta de tuerca y buscar una solución contraintuitiva que acabe siendo la que funciona», expone. Son momentos de concentración absoluta y de trabajo en equipo. «A veces puedes pasar horas mirando una pizarra pensando en la mejor solución. Ese proceso es lo que más me gusta», añade este ingeniero vallisoletano. «Ahora estamos trabajando en una zona de alta radiación y estamos intentando hacer la operación de manera robótica, porque es una zona de acceso muy complejo y con equipamiento criogénico», explica.

Foto 1.- Antonio Alonso prueba distintas formulas de recubrimientos para un detector de partículas Cherenkov en la sala limpia de la Universidad Politécnica de Lausana. Foto 2.-Revisando el funcionamiento de unos componentes en el interior de la caverna experimental subterránea ECN3. Foto 3.- Antonio Alonso en el detector ALICE. Foto 4.- Dando una charla en la Universidad de Aquisgran. Foto 5.- Haciendo un test de funcionamiento de un módulo de vacío de accionamiento remoto para el detector ATLAS.

Cuando se le pregunta si el CERN es su destino soñado, Alonso Muñoz asegura que está «encantado de trabajar en la máquina más grande del mundo. Como ingeniero, es como trabajar en esas excavadoras gigantes de las minas australianas, solo que esta máquina tiene 30 kilómetros de extensión», destaca. «He tenido la suerte de poder acceder a zonas que ninguna otra persona tiene acceso. Poder trabajar dentro de la máquina más compleja que el ser humano ha construido es un lujo», añade.

Reconoce que el talento abunda entre los pasillos del CERN y que «el 80% del personal son ingenieros y el otro 20% físicos. Hay ingenieros de todos los ámbitos, químicos, eléctricos, estructurales, de vacío… Hay, incluso algún que otro Premio Nobel, pero la mayoría somos gente normal», comenta. Lo suyo, dice, fue una mezcla de trabajo, preparación, decisión «y estar en el momento justo y lugar adecuados».

A pesar de llevar cinco años en Suiza, Antonio no olvida sus raíces. «Se echa de menos España y Valladolid. Sobre todo, la gente y la comida», admite. Volver, de momento, no está en sus planes inmediatos, aunque no lo descarta de cara al futuro.

La carrera del talento...

  • 2020- Actualidad: Ingeniero de proyectos y supervisión de trabajos en el CERN – Ginebra, Suiza

  • 2019-2020 Ingeniero Mecánico de Estructuras en Stadler Rail (Valencia).

  • 2020 Grado en Ingeniería Mecánica por la Universitat Politècnica de València (UPV). Especializado en diseño de máquinas. Trabajo Final de Grado calificado con 9,5/10.

Y la próxima semana...

Entrevistaremos a Pablo Núñez Novo, un investigador vallisoletano especializado en neuroimagen y neurociencia computacional. Es doctor en Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones por la Universidad de Valladolid, donde trabajó en el Grupo de Ingeniería Biomédica investigando la dinámica cerebral mediante EEG y MEG. Es investigador postdoctoral en el Coma Science Group de la Universidad de Lieja (Bélgica), dentro del proyecto europeo FLAG-ERA «ModelDXConsciousness», centrado en el desarrollo de biomarcadores para el diagnóstico de trastornos de la conciencia. Ha publicado numerosos artículos en revistas de alto impacto y participado en congresos internacionales. Entre sus reconocimientos destacan el Premio Extraordinario de Doctorado (UVa 2023), el galardón de la Real Academia de Ingeniería a la mejor tesis doctoral en Tecnología y Salud (2023) y el Premio Jóvenes Investigadores de CIBER-BBN (2021).

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Antonio Alonso, el vallisoletano que trabaja en el CERN: «Me apasionan los desafíos técnicos»