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Elena Redondo, en su establecimiento de la calle Cánovas del Castillo. L. N.
La afición por la manicura como medio de vida

La afición por la manicura como medio de vida

Elena Redondo Estévez crea Rosalima, un centro especializado en manicura, pedicura y tratamientos de cejas y pestañas

Laura Negro

Valladolid

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Domingo, 18 de noviembre 2018, 10:32

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El respaldo de la familia es un factor fundamental en el emprendimiento, especialmente desde el punto de vista emocional. Muchas veces, los allegados son colaboradores activos e imprescindibles en el nacimiento de un nuevo negocio. Así al menos sucede en el caso de Elena Redondo, una joven vallisoletana para quien el soporte familiar ha sido primordial a la hora de poner en marcha su idea empresarial. Ella es el alma mater de Rosalima, un centro especializado en manicura, pedicura y tratamientos de cejas y pestañas, que está situado en la céntrica calle Cánovas del Castillo.

Elena siempre quiso ser profesora. Trabajar con niños era su vocación, por ello estudió el grado de Educación Infantil y al finalizarlo se marchó a Dublín a trabajar como 'au pair' durante tres meses. Aquella experiencia internacional se alargó 3 años, ya que encontró trabajo. Pasado ese tiempo, regresó a Valladolid para estar más cerca de los suyos, pensando que su titulación y su nivel de inglés le facilitarían la búsqueda de un empleo en el sector educativo. «No encontré nada de lo mío. Estuve trabajando en tiendas y en restaurantes como recepcionista, pero aquello no me llenaba. Necesitaba hacer algo con lo que realmente me sintiera realizada», cuenta esta joven, que siguió ampliando sus estudios con el grado de Educación Primaria.

Trabajaba como dependienta, cuando un local de la familia se quedó vacío. Aquello le hizo pensar en la posibilidad de ponerse por su cuenta. «Soy muy coqueta. Siempre me ha encantado arreglarme y desde los 16 años no he salido nunca a la calle con las uñas sin pintar. Pensé que aquella obsesión y afición por la manicura podía convertirse en mi medio de vida. El local se prestaba a ello. Es amplio, bonito y está en una zona de mucho paso, así que decidí hablar con la familia para ser yo la que lo alquilara», cuenta. Le dieron facilidades y buenos consejos para iniciarse en la aventura del emprendimiento. «Mi madre y mi hermano tienen sus propios negocios y antes de empezar me advirtieron que era duro, pero que si estaba segura, que fuera a por todas», dice Elena. Ella está convencida de que hubiera sido mucho más sencillo emprender bajo el sistema de franquicia, pero buscaba algo distinto. Quería que su centro resultara acogedor para que sus clientas se sintieran como en casa. Buscaba una decoración bonita y agradable y con esa idea acudió a Espacio Morada, unos expertos diseñadores que le ayudaron a ambientar el local. Consiguieron crear un espacio cálido y relajado, donde sentirse muy a gusto. «No pretendo hacer manicuras en serie. Quiero dedicar a cada clienta el tiempo que se merece, que pase un rato agradable, tomándose un café, mientras nosotras trabajamos en sus manos», expone.

La diseñadora e ilustradora vallisoletana Cristina de Isla fue la artífice de la imagen corporativa y de buscar un nombre adecuado, que fuera dinámico, fácil de recordar, juvenil y muy fresco. Rosalima fue el elegido. Elena se fue a Madrid a aprender de los mejores y a la vuelta formó el equipo de trabajo que está integrado por Juliana, Érica y Jazmín, profesionales de amplia experiencia y con una importante orientación al cliente.

Las tres están contratadas a jornada completa y, si todo sigue su curso, en diciembre, se ampliará la plantilla. «No es fácil encontrar buenos profesionales, dispuestos a trabajar. Estoy muy satisfecha y orgullosa de mi equipo, ya que se complementan a la perfección», dice esta emprendedora que está pendiente de solicitar ayudas. Este nuevo negocio, ubicado en el corazón de Valladolid, está respaldado por marcas punteras el sector de la manicura. Miman a sus clientes con esmaltes y productos de la marca OPI y, de cara al próximo año, empezarán a impartir cursos como centro oficial de esta marca. «El boca a boca está funcionando fenomenal», asegura esta joven.

Rosalima

  • Emprendedora. Elena Redondo Estévez (28). Graduada en Educación Indantil y Primaria.

  • Fecha de inicio de la actividad. 28 de octubre de 2018.

  • Contacto. Calle Cánovas del Castillo 11-47002 Valladolid. Telf: 983 08 77 74.

En el centro Rosalima ofrecen una amplia gama de colores para que cada clienta encuentre el suyo y distintas opciones de manicura y pedicura, en función del cuidado que las clientas quieran proporcionar a sus manos y pies, y del tiempo del que éstas dispongan para el tratamiento. «Hacemos esmaltados tradicionales y permanentes y dentro de cada uno de ellos tenemos la opción express, que lleva aproximadamente media hora y la completa, de una hora de duración. La manicura completa incluye limado, retirado de cutículas, esmaltado e hidratación. Somos innovadoras y nos gusta crear arte en las uñas. Nuestro centro es distribuidor exclusivo en Castilla y León de las 'sliders' (pegatinas) del centro Siberia de Madrid. Son tendencia y por lo tanto, lo más demandado», dice. «La mayor parte de nuestras clientas tienen el cuidado de las manos como una rutina diaria. Algunas prefieren un estilo más clásico y en cambio otras buscan algo rompedor y atrevido. Nos adaptamos a los gustos de cada cliente», añade

Este centro abre de forma ininterrumpida de 9:00 a 21: horas y los sábados de 10:00 a 15:00. También son especialistas el cuidado de la mirada. Hacen diseño de cejas, depilación facial y tratamiento de pestañas. «Realizamos lifting de pestañas, extensión de pestañas pelo a pelo y diseño de cejas con técnica brasileña con la que logramos potenciar la armonía de los rasgos y miradas impactantes», asegura esta profesional, que para dar a conocer su negocio, se aprovecha del efecto multiplicador de las redes sociales.

«Instagram nos está funcionando muy bien. En pocos días ya tenemos 600 seguidores y muchos nos hacen la reserva a través de esta vía. Emprender es complicado y darse a conocer todavía más. Este es un trabajo muy gratificante», concluye Elena.

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