Borrar
Belén juega con G. y con Z., los dos niños de familias trabajadoras que atiende en su casa de Parquesol.
El auge de las madres de día

El auge de las madres de día

Llega a Valladolid la oferta de profesionales en Educación que adaptan su casa para atender a menores de tres años de familias que apuestan por una crianza al margen de las escuelas infantiles

v. m.v.

Domingo, 5 de febrero 2017, 12:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Bienvenidos a mi madriguera», saluda Belén Álvarez cuando abre la puerta de su casa, un tercer piso en Parquesol. Hay en el vestíbulo un calendario escolar, unas perchas bajitas, a cinco palmos del suelo, de las que cuelgan abrigos y delantales. Hay un papel de colores en el que dice que los lunes pintura de cera y canciones, que los martes repostería, que los miércoles acuarelas... Hay una puerta abierta que conduce a un salón que ya no es salón, sino una enorme estancia de paredes rosas en la que juegan y aprenden un niño (le llamaremos G.) y una niña (le diremos Z.)de dos años. Ellos son los vallisoletanos que han estrenado la madriguera de Belén, madre de día pionera en Valladolid. Para empezar, claro,la pregunta obligada. ¿Qué es una madre de día?

«Se trata de una figura de crianza, de educación respetuosa y alternativa a la guardería o a la escuela infantil». Belén ha adaptado y equipado su vivienda para prestar este servicio desde septiembre. Ha dividido su hogar en dos partes. Una para el uso familiar, donde vive con su pareja y una hija adolescente (ha convertido, por ejemplo, en sala de estar uno de los dormitorios) y ha transformado el salón, la habitación más grande del piso, en una sala de juegos, cuidado y aprendizaje para los niños de familias que encomiendan a Belén su cuidado.

Desde Europa

«Es un modelo conocido en Alemania, Francia, Suiza... que se empieza a extender por España. Hay comunidades que ya la han regulado, como Navarra (con una orden específica del año 2006) o más recientemente Madrid, dentro del catálogo de servicios sociales. Aquí en Castilla y León todavía no existe esa normativa que nos de seguridad y visibilidad», reconoce Belén, quien cumple por voluntad propia con los requisitos que, por ejemplo, exige la Comunidad de Madrid en su territorio. Ha firmado un contrato privado con las familias. Se ha dado de alta en la Seguridad Social. Dispone de seguros de hogar y de responsabilidad civil. Cuenta con un titulación oficial en Educación Infantil (también valdría pedagogía o psicología infantil), además de cursos en primeros auxilios y manipulación de alimentos. Ha tomado en su hogar medidas de seguridad e higiene (enchufes, luz, ventilación). Y se ha fijado un límite: tres niños si alguno tiene menos de un año, cuatro niños si todos tienen más de uno.

Este curso solo son dos: Z. y G., que ahora mismo juegan a las comidas en una enorme casa de madera ubicada en el salón. Todos los juguetes son de materiales nombres:madera, lana, casi todos hechos a mano.No hay plásticos. Esta mañana Belén teje unos patitos de calceta, mañana harán juntos pan. «Las madres de día ofrecemos una atención más individualizada, basada en el cariño, el juego libre. El trabajo de los niños es jugar. A veces pensamos que si el adulto no interviene no está pasando nada... y sí que pasan cosas», asegura Belén, quien sigue el método de pedagogía Waldorf.

Imaginación y creatividad

«El niño tiene que desarrollar sus capacidades a través de la imaginación, la creatividad. A veces están sometidos al mismo estrés que un adulto:los papás a la fábrica y los niños a su puesto. Yo he trabajado muchos años en una escuela infantil, la labor que allí hacen es fantástica... pero no es lo que me hacía sentir bien. Este es el trabajo de mis sueños», dice Belén, quien ofrece sus servicios (450 euros al mes) de 8:00 a 16:00 horas, durante el curso escolar.

Una vistazo por Internet permite descubrir que esta propuesta de las madres de día (así llamadas) está en auge. Hay decenas de ofertas en Valladolid y la provincia, aunque no todas las personas que se anuncian para prestar este servicio tienen una titulación vinculada con la educación. Y esto, aseguran desde la asociación Madres de Día (con presencia en toda España) es fundamental para garantizar la crianza y desarrollo de los pequeños y para no confundir esta figura educativa con la de una canguro.

Irene es la mamá de Z. «Mi manera de entender al crianza es a fuego lento, basada en el juego libre, las emociones... y ya conocía la existencia de las madres de día, sobre todo por su desarrollo en Francia. Cuando supe que las había en Valladolid, ni me lo pensé. Están en el calor de un hogar, juegan, están con otros niños, pero solo hasta cuatro, por lo que reciben más atención... Estoy muy contenta, muy tranquila. Es un poco más caro, pero el balance es positivo», asegura Irene, quien defiende la necesidad de una regulación para dar más seguridad a las familias... pero también a las educadoras. «Esto está comenzando, es una propuesta nueva e innovadora que a veces provoca recelo y que tiene sus lagunas. Hay otras mamás que me dicen, ¿pero estás segura?Yclaro que lo estoy», asegura Irene antes de recoger, a las 16:00 horas, después de la siesta, a su hija.

La jornada se ha pasado volando entre juegos y canciones, que los niños bailan con Belén:«A recoger y a guardar cada cosa en su lugar;sin romper, sin tirar, que mañana hay que jugar».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios