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El Campo Grande cerrará sus puertas una hora antes.
Los vecinos piden más vigilancia ante las aglomeraciones de jóvenes en el Campo Grande

Los vecinos piden más vigilancia ante las aglomeraciones de jóvenes en el Campo Grande

«Los testigos sí vieron alcohol, pero no se trata de discutir sobre eso, sino de evitar que acabe como Las Moreras», reclaman los residentes

el norte

Jueves, 26 de enero 2017, 20:16

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«Los vecinos del entorno de Recoletos llevan más de un año pidiendo más control y vigilancia ante las aglomeraciones de jóvenes y los problemas que se producen allí los fines de semana desde la apertura de una hamburguesería», recordaron ayer fuentes de la asociación Calderón de la Barca, que representa a los residentes del centro, quienes aplauden las medidas adoptadas esta misma semana por el Ayuntamiento en cuanto al adelanto del cierre del Campo Grande y el incremento de la presencia policial para evitar incidentes como los registrados allí el pasado sábado por la noche, cuando tuvieron que intervenir tres patrullas. «Lo importante es actuar dado que estamos viendo que la situación está poco a poco yendo a más», añaden.

La portavoz de la asociación asegura que «los testigos que observaron lo ocurrido el sábado nos dijeron que sí hubo alcohol, pero no se trata de discutir sobre eso, sino de adoptar las medidas necesarias para evitar que la plaza de Zorrilla y el Campo Grande acaben como Las Moreras y el resto de las riberas del Pisuerga el botellódromo más concurrido de la capital». Los residentes tienen claro que el problema, al margen del consumo o no de alcohol entre los menores negado hasta la saciedad estos días por el alcalde, Óscar Puente, pasa por «los problemas de vandalismo, ruidos y basura que generan estas concentraciones, de las que llevamos recibiendo quejas desde hace muchos meses».

Un problema de salud pública

De manera que los vecinos aplauden las medidas anunciadas por el regidor para evitar excesos en torno al parque, que ya fue blanco hace una semana de un ataque vandálico que causó 40.000 euros en daños en el barco pirata infantil precintado desde entonces, pero matizan que «lo principal es afrontar el botellón de manera global como lo que es, un problema de salud pública que afecta a la convivencia, y plantear medidas globales con el resto de administraciones para erradicarlo».

El Campo Grande, de momento, cerrará sus puertas una hora antes a las 21:00 y las patrullas de la Policía Local estarán de manera permanente tanto en el interior del parque como en la plaza de Zorrilla durante las horas de mayor aglomeración de jóvenes, que habitualmente tienen lugar los viernes y los sábados entre las ocho de la tarde y las diez de la noche. El objetivo de estas medidas, inéditas en este lugar, es garantizar, en palabras del alcalde, «la seguridad de los menores» y evitar los problemas de suciedad que generan «al arrojar los restos de las hamburguesas y refrescos que toman».

Los vecinos y comerciantes que sufren cada fin de semana la presencia masiva de jóvenes añaden también que durante dichas concentraciones asisten «a algunas peleas entre ellos, gamberradas y actos vandálicos», como el que en la noche del mismo sábado acabó de rematar la aguja del reloj floral de la plaza de Colón. La Policía Nacional, de hecho, está investigando el incidente registrado en la tarde del domingo a las puertas del Burger King de la acera de Recoletos, el local que recibe cada fin de semana a decenas de jóvenes y que cuenta con seguridad privada, cuando tres menores denunciaron que otros tres habían intentado atracarles exhibiendo una navaja. Hasta tres patrullas acudieron al lugar, según confirmaron fuentes vecinales y del propio 091.

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