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Saravia señala la ubicación del parque agroalimentario.
Valladolid, ¿futura capital de la agroalimentación?

Valladolid, ¿futura capital de la agroalimentación?

El Ayuntamiento presenta las bases del gran parque de transformación y transporte que pretende construir a partir de 2020

J. Asua

Jueves, 17 de noviembre 2016, 12:04

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Plaolid. Quédense con este nombre, porque lo oirán y leerán en los próximos años. Se lo traducimos: Plataforma Agroalimentaria y Logística de Valladolid. Es el proyecto estrella del equipo de gobierno. Más que eso. Pretende convertirse en el nuevo rumbo para la economía local, necesitada de diversificación tras décadas de hiperdependencia de la automoción.

El alcalde, Óscar Puente, y el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, presentaron ayer de forma oficial las bases del Parque Agroalimentario que se quiere desarrollar en el entorno de los nuevos talleres de Renfe en el Páramo de San Isidro, un polígono de referencia en una comunidad con un sector primario (incluida la transformación) muy fuerte y con una ubicación estratégica para el movimiento de mercancías por tren, según defienden sus promotores.

El proyecto, anunciado hace ya años por León de la Riva, pasa de los programas electorales «no se había movido ni un papel», recalcó el primer edil a los planos. Pero tranquilos, porque este polo productivo, que conllevaría la creación de cinco mil empleos directos, va para largo. Las cifras son abrumadoras. 239 hectáreas para empezar y otras 376 en reserva para acoger posibles empresas interesadas. Y una inversión 148,2 millones de euros para convertir la zona este de la capital en un gran almacén y fábrica de productor alimenticios. En esa cantidad se incluyen los 50 millones de euros que costará construir la nueva estación de mercancías junto al nuevo complejo ferroviario, una obra de la que aún no se sabe nada, pero que aseguran Óscar Puente y Manuel Saravia que se desarrollará en los próximos años.

Básica también para este parque será la conclusión del by-pass ferroviario, el arco férreo que se ha dejado a medio hacer y que circunvala la ciudad muy pegado a la Ronda Exterior. De esta infraestructura depende en buena parte el éxito del proyecto y también de que pueda prosperar algún día el soterramiento de las vías en la trama urbana.

La Junta de Gobierno del Consistorio dio el primer paso ayer para ir haciendo caja. Recurrirá a las ayudas europeas para redactar un proyecto que solo en tramitación se comerá más de 1,6 millones de euros. Será la primera petición a la UE, pero no la última, porque la subvención comunitaria será, hasta que el parque coja marcha, el principal medio de financiación. Pero no el único. El Ayuntamiento tiene intención de «echar el resto». «No vamos a parar», subrayó ayer el regidor, quien estaría dispuesto, si en 2020 mantiene el bastón de mando, a tirar del presupuesto municipal para costear la urbanización de esta nueva área industrial, que, de prosperar, verá pasar varios equipos de gobierno.

¿Y esto cuándo arranca?, se preguntará el lector. Pues a partir de 2020, si todo va bien. Con un periodo de ejecución de diez años (2030) y de consolidación total de dos décadas (2050). Es lo que se llama un proyecto estratégico y de futuro ,destinado a las próximas generaciones de vallisoletanos. En una provincia en la que se ha confirmado el fiasco de muchos polígonos de nueva factura, dan vértigo estos plazos, pero asegura Óscar Puente que todas las opiniones de los expertos en logística, entre ellos Juan Carlos Sánchez Valencia (Centrolid) y Javier Pastor (Mercaolid), apuntan buenas expectativas.

La creación de un consorcio será la base de gestión de este macroparque en el que se espera la participación de Mercasa y de Vitartis, la Asociación de Industria Agroalimentaria de Castilla y León.

Este no será un polo aislado. Haciendo honor al producto se plantea un desarrollo «de racimo». Esto también se lo traducimos. El Ayuntamiento de la capital pretende implicar a los municipios del entorno para que sus polígonos formen parte de este nodo, que pretende aprovecharse de su situación en esas redes transeuropeas de transporte, que quieren potenciar el movimiento de cargas por ferrocarril.

Plaolid. Quédense con este nombre, porque lo oirán y lo leerán en los próximos años. Nuevo y esperanzador rumbo, según defiende el ejecutivo local, tras décadas de automoción.

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