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Tres años, plazo para el nuevo edificio de Industriales

Tres años, plazo para el nuevo edificio de Industriales

El aulario entrará en servicio en cuanto esté completo, mientras que las fachadas norte y sur se rehabilitarán este año

Antonio G. Encinas

Lunes, 16 de mayo 2016, 10:16

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Alfonso Redondo y Cristina Pérez, del actual equipo rectoral, pertenecen a la Escuela de Ingenierías Industriales, que cuenta con 2.500 alumnos y 250 profesores, y saben bien lo que significa estar repartidos entre tres sedes: la de Paseo del Cauce, la de Mergelina antiguo edificio de Ciencias y la de Francisco Mendizábal (frente a las Cortes de Castilla y León). Un maremágnum de idas y venidas que complica todo y que parecía destinado a convertirse en eterno por culpa de la crisis. Rehabilitar el monstruo de Ciencias implicaba gastarse 25 millones de euros, se calculaba años atrás. Imposible.

El anterior equipo rectoral guardó dos millones de euros en su últimos Consejo de Gobierno para iniciar el proceso de reforma, que se sumaban a otros dos millones del año 2014. Aun así, comenzar la obra se antojaba una utopía. El equipo de Daniel Miguel se marcó como objetivo comenzar por lo más urgente a fin de ir remodelando posteriormente otras áreas.Y se fijó la vista en el torreón que servía como aulario. En él cabían 24 aulas, pero reformarlo era una tarea más costosa que derribarlo y construirlo de nuevo.

Y por ahí se ha empezado. Las 42 aulas que acogerán a los 2.500 estudiantes de grado de Ingenierías Industriales deberían estar listas a finales del año 2018, según las previsiones del vicerrector de Infraestructuras,Luis Manuel Navas.

«Estamos empezando la demolición del torreón de Ciencias», inauguró ayer oficiosamente las obras el rector, tan satisfecho como los ingenieros de la Escuela por ver comenzar la obra. «Cuando se acabe tendremos las instalaciones necesarias para que todas las enseñanzas se impartan entre los dos edificios, Mergelina y Paseo del Cauce». Entre uno y otro, apenas una pasarela sobre el Esgueva, cien metros que quedarán más reducidos aún con el modo en que se conformará la zona.

Nuevo espacio

Hasta ahora, la antigua Ciencias miraba frontalmente al Clínico. La trasera del edificio, por la que accedían los estudiantes y profesores de Industriales hasta ahora, era un espacio semiabandonado, vallado y con una vegetación salvaje. El proyecto de renovación cambia eso por completo. El espacio ajardinado y la torre se abrirán a Prado de la Magdalena. La biblioteca y la cafetería se ubicarán también allí.

Y lo de la torre solo es una parte que se completará este mismo año con la renovación de las fachadas este y oeste. «La parte central y las alas van a ser reformadas», explicó Luis Manuel Navas. «Estamos en el proceso de licitación de la envolvente de las dos alas, norte y sur, del resto del edificio. Cuando esté licitada comenzaremos las obras con objeto de acabarlas antes de finalizar el año 2016».

Esta segunda obra, que ha sido posible gracias a una subvención, se realizará por tanto en paralelo a la construcción del nuevo aulario. «Hay una previsión temporal de tres años, con lo que la entrada en servicio de toda la sede Mergelina será a lo largo del año 2019», explicó Navas, aunque el rector matizó que el traslado de la docencia será posible en el mismo momento en el que «esté terminada la construcción del torreón aulario», lo que quiere decir que la mayor parte de los problemas que afectan a Industriales se solventarán antes de esa fecha.

Jesús Pisano, cuya labor también ha resultado vital para lograr avanzar en una reunificación de sedes muy demandada, consideró que «es un punto de inflexión para la Escuela y para la Universidad». «Ha sido muy complicado porque los alumnos y profesores se tienen que trasladar de una punta a otra de Valladolid».

Tal y como ocurrió con el edificioLUCIA, del campus Miguel Delibes, la Universidad de Valladolid vuelve a hacer hincapié en la sostenibilidad. Francisco Valbuena, director de la Unidad Técnica de Arquitectura de la UVA, explicó que incluso la demolición se ha contemplado del modo más sostenible.

«Todas las intervenciones van en ese sentido. Vamos a certificar en sostenibilidad el alcance de nuestra intervención. Por ejemplo, todas las demoliciones son sostenibles porque se reutiliza todo lo que se pueda reutilizar y lo que no, va a tratamiento de reciclaje, no a vertedero», explicó Valbuena. «Y los edificios que se construyan van dirigidas a la eficiencia energética.Conseguiremos que el aulario tenga la demanda mínima de consumo energético. Es complicado, porque tiene capacidad para 2.400 alumnos y todas las previsiones de instalaciones van acordes a ella, aunque no hay siempre ese volumen de estudiantes. El esfuerzo va a ir en regular que todo el tratamiento de aire que hay que hacer solo gaste el que realmente necesita», añadió.

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