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De izquierda a derecha, Miguel, Francisco y Fran Pahino en el Pahino café. Al fondo, la pantalla donde se proyectan las imágenes antiguas.
La máquina del tiempo de La Victoria

La máquina del tiempo de La Victoria

El Pahino café recopila 200 imágenes que repasan la historia del barrio vallisoletano y su transformación a lo largo del siglo XX

Rebeca Alonso

Viernes, 25 de marzo 2016, 17:03

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Entrar en el Pahino Café es como conducir el DeLorean de Regreso al futuro y viajar a otra época, eso sí, amenizando el camino con una consumición y una tapa. Como prácticamente en cualquier bar de España existe una pantalla que preside una de las paredes pero no cuente con ver allí una película, serie o programa. Lo que emite son vídeos montados con fotografías antiguas. El primero de ellos se realizó con instantáneas de Valladolid y, después del éxito cosechado, el pasado sábado han estrenado uno del barrio de La Victoria coincidiendo con el Día del Padre que se sigue reproduciendo diariamente. Detrás de este proyecto hay meses de esfuerzo de Francisco Pahino, padre de los dueños del establecimiento: Fran y Miguel. Francisco lleva años recopilando imágenes y, gracias a la ayuda de sus hijos, amigos, clientes, internet, libros, ha reunido unas 200 instantáneas que conforman toda una radiografía del barrio a través del tiempo y que cuentan una historia: la del crecimiento y transformación de sus calles, edificios y vecinos.

«Mi familia y yo hemos crecido aquí en La Victoria. Queríamos hacer algo distinto donde nos hemos criado, no olvidar nuestras raíces. Al principio lo hicimos por dar un ambiente especial al bar pero pronto vimos que la gente se quedaba mirando las fotografías y las comentaba», explica Fran Pahino.

Uno de los elementos que aparece en varias fotos es la antigua fábrica textil, que se ubicaba en la zona que hoy ocupa la plaza de la Solidaridad donde se conserva una pequeña parte de la estructura original. Francisco Pahino lo sabe bien, ya que su padre fue uno de sus empleados. «Llegó a tener más de 400 trabajadores en su día y vino a inaugurarla Franco. Tuvo una influencia muy grande en el barrio. Existen aún muchas viviendas que pertenecían a la Textil Castilla. Jugábamos de pequeños en los grupos de la Textil como si fuera un poblado», recuerda nostálgico.

Francisco tiene grabado en su memoria el 6 de enero, y no solo por la llegada de los Reyes Magos y el momento de abrir los regalos en casa, en pijama, con toda la familia. «Cuando te arreglaba tu madre y veías a los Reyes Magos aparecer con una banda de música era toda una festividad. Todos los hijos de empleados de la fábrica menores de 12 años recibíamos juguetes en la calle Manuel López Antolí», evoca emocionado.

Otro gran protagonista del barrio es el Canal de Castilla. «Yo he conocido el canal con sus barcazas que transportaban grano. En su día dicen que venían arrastradas por animales, por mulas yo solo las vi con motor», relata Francisco. A su hijo Fran le llaman poderosamente la atención las instantáneas de la pasarela que cruza el canal. «Muestran cómo la trajeron de las Delicias y su montaje. Había que transportarla de una pieza entera, en un vehículo especial. Fue un despliegue enorme para aquella época», subraya Francisco Pahino. Y cómo olvidarse de otro de los emblemas del barrio: La iglesia de Nuestra Señora de La Victoria. Actualmente se encuentra en la esquina de la calle Fuente el Sol con Dársena pero su primera ubicación fue la Avenida de Burgos, donde hoy está el cuartel de la Policía. «La fachada fue trasladada pieza a pieza. Tengo una foto donde se ve que las piedras están enumeradas para no equivocarse con el orden. Fue como un mecano», relata.

Homenaje a Alfonso Pahino

Pero no solo las construcciones conforman el barrio de La Victoria sino también -cómo no- sus gentes. Entre las instantáneas reunidas por Francisco Pahino abundan las de grupos de amigos con sus mejores galas para ir a algún guateque o ataviados con el uniforme de su equipo de fútbol para disputar un partido. Una de ellas es de la peña BYM, de la que Francisco era miembro. «Éramos dos equipos y jugábamos siempre entre nosotros. El nombre viene de las siglas de Buenos y Malos. No sé por qué pero creo que pertenecía al grupo de los malos», asegura entre risas. La familia también ha hecho un pequeño homenaje al cantante Alfonso Pahino, hermano de Francisco, que aparece por ejemplo en una imagen con el grupo Los lazos cuando tenía 17 años.

Otra foto qu despierta muchos recuerdos en Francisco Pahino es la de una cantina con la inscripción Aquí está Jesús en el cielo. «Yo la conocí como El cielo y me ha sorprendido saber que venía de esa frase. Por la vestimenta de las mujeres debe ser de principios del siglo XX. Está en la Avenida de Gijón, cerca de la gasolinera. Era una especie de merendero. Mi abuela vivía en la cuesta de la Maruquesa así que íbamos toda la familia a merendar con mis padres y mis tíos. Llevábamos la comida y allí comprábamos el vino y la gaseosa», rememora.

Recién estrenada la proyección de la segunda hornada de imágenes antiguas, la familia Pahino deja una puerta abierta hacia el futuro. «Tenemos material para hacer más», asegura Francisco mientras mira con complicidad a sus hijos Fran y Miguel. En la barra, varios clientes comentan la pantalla, recuerdan dónde estaban y qué hacían en diferentes años y descubren curiosidades del barrio. Está claro que la caña y la tapa sabe mejor con un poco de nostalgia.

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