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El Pisuerga, a primera hora de la tarde por el centro de Valladolid.

El Esgueva y el Pisuerga amenazan, pero sin llegar a desbordarse

El Pisuerga cubre sus paseos inferiores en la capital y el Duero inunda un parque en Tudela sin alcanzar sus niveles de alarma

J. Sanz

Martes, 16 de febrero 2016, 06:20

Los dos grandes ríos de la provincia rondaron ayer la punta de su segunda crecida del año, causada de nuevo por las lluvias caídas en sus cabeceras, pero sin alcanzar sus niveles de riesgo real de desbordamiento. El Pisuerga, eso sí, cubrió de nuevo sus paseos inferiores a su paso por la capital y el Duero, por su parte, anegó un parque próximo al puente en Tudela.

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El caudal del Pisuerga, estaba ya a la baja a última hora de la noche de ayer, cuando arrastraba 486 metros cúbicos por segundo su nivel de alerta se sitúa en 619 y el de alarma, en 935 y el Duero, en principio, aún podría crecer hoy un poco más después de marcar un pico de 926 metros cúbicos en San Miguel del Pino la alarma se sitúa en 1.250.

Mientras, y casi de tapadillo, el hermano pequeño del Pisuerga, el Esgueva, marcó el domingo un pico casi histórico, con 28,41 metros cúbicos por segundo a su paso por Torre de Esgueva, lo que provocó que se desbordara aguas abajo en Villanueva de los Infantes, donde mantiene anegadas desde entonces tierras de labor, un parque y, por segunda vez este año, una finca agrícola y ganadera próxima al puente situado en las afueras del casco urbano. Su propietario, Manuel Coloma, relataba ayer que la crecida, al menos, «ha causado menos daños esta vez porque ya lo había arruinado todo en enero». Así que su nave de aperos estaba vacía y en la anexa, para animales, «no hemos metido pollos ante la previsión de que el río volviera a desbordarse». Sus instalaciones suman ya su novena inundación desde la crecida de 1997. El caudal del Esgueva descendió ayer de manera notable en su pueblo apenas arrastraba 13 metros cúbicos por segundo y en la capital dejó un pico de 10,16 sin causar daños.

Más espectacular, aunque también sin provocar daños de consideración, fue la crecida del Pisuerga en la capital, donde ayer marcó un pico de 501 metros cúbicos antes de comenzar a descender. El agua, como ya ocurriera en la avenida de enero, se comió los paseos inferiores entre los puentes Mayor y de Poniente e inutilizó el embarcadero del barco turístico La Leyenda del Pisuerga.

El Duero, por su parte, también se desbordó en Tudela, donde anegó el parque de Los Castrilleros; si bien en Tordesillas, según apuntaba su alcalde en funciones, Cayo Martín, «no ha llegado a cubrir el parque de la playa en el punto que nos marca el riesgo real de desbordamiento».

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