Secciones
Servicios
Destacamos
Lorena Sancho Yuste
Domingo, 29 de noviembre 2015, 15:02
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Pasan las diez y media de la noche de ayer en un barrio vallisoletano. Tres grados. Cuatro como mucho. Manuel, «español y vallisoletano», se dispone a dormir. Sustituye el colchón por un cartón, se tapa con una manta y se acurruca bajo un techo, donde construye su hogar desde hace un tiempo. Le acompañan tres hombres más. Uno de ellos, rumano, llora desconsoladamente por la situación de pobreza extrema en la que se encuentra. Las lágrimas casi le impiden degustar el café que le acaba de preparar Isabel García. La joven le escucha, intenta entenderle, con la mirada en busca de la comprensión, de una adaptación a la bofetada que brinda realidad. «Quiero salir de la burbuja, abrir los ojos a lo que hay fuera, porque lo hemos tenido muy fácil, nos han dado todo hecho».
26 años y opositora, Isabel García se estrenaba anoche como voluntaria. Se despertó con una convocatoria en las redes sociales que invitaba a todos los interesados a participar en la noche de ayer en la entrega de ropa de abrigo a personas sin hogar. Llegaba a Valladolid la iniciativa del Voluntariado Express, la otra manera de celebrar el Black Friday y que de forma espontánea convoca a los ciudadanos a prestar parte de su tiempo en beneficio de aquellos que no tienen un lugar donde dormir.
Aunque surgió en Madrid hace ya unos años, ayer llegó por primera vez a Valladolid coordinada por Red Íncola y con el apoyo en la organización del voluntario Chus Landaburu, que desde primera hora remitió por correo eléctronico, web y redes sociales esta convocatoria espontánea para participar en la jornada solidaria.
Recaudación conjunta
El método era el siguiente. Hasta las 18:00 horas de ayer se podía hacer una transferencia a un número de cuenta con una cantidad a elegir, de mínimo 15 euros, con la que posteriormente se adquirirían paquetes de ropa térmica y un saco de dormir que se entregarían durante la noche a las personas que duermen en la calle. Aunque la recaudación es conjunta de todas las ciudades participantes, en Valladolid se estimaron en 25 los kit necesarios para entregar entre quienes carecen de un techo.
A las nueve de la noche, los interesados en participar en la entrega de los kit estaban citados en la sede de Red Íncola. Más de veinte hombres, mujeres e incluso un niño acudieron a la llamada de la solidaridad. Algunos, colaboradores habituales de este colectivo vinculado a la Compañía de Jesús, otros en cambio era la primera vez que acudían. Era el caso de Isabel García. «Lo he visto esta mañana en redes sociales y con el frío que hace pensé que era un buen momento para colaborar y ver lo que hay, la realidad que no vemos», señalaba.
Teresa Sanz recibió el correo y cambió el cumpleaños de su vecina por el voluntariado. También María y Maru, y Bea o Cristina. Todos colaboraron en preparar los kit, valorados en 108 euros, con un saco térmico de 0 a 5 grados bajo cero, calcetines, guantes, camiseta, pantalón, polar, gorro, chubasquero y braga de cuello. Acto seguido, Eduardo Menchaca, coordinador de Red Íncola, preparó las siete rutas que se repartirían por los barrios de la ciudad para entregar la ropa de abrigo.
Salieron en grupos de tres personas, cargados además con café, zumo y galletas. El objetivo era paliar el frío invierno de Valladolid para las personas que duermen en la calle.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.