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El aumento de natalidad alrededor de Valladolid evidencia la necesidad de nuevos institutos

El aumento de natalidad alrededor de Valladolid evidencia la necesidad de nuevos institutos

Antonio G. Encinas

Miércoles, 21 de octubre 2015, 09:30

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Arroyo clamaba por un instituto dentro del municipio, aunque cuenta con uno tan cerca, en la ladera de Parquesol, que unos metros más allá y sería arroyano y no vallisoletano. La Cistérniga reclamaba otro, prometido tiempo atrás, allende la crisis. Y mientras tanto, los centros de Valladolid empiezan a encontrarse con la nueva realidad demográfica: pocos alumnos, muchos profesores y aulas ya preparadas y unas infraestructuras que hay que mantener abiertas.

El problema, con el que combatió la Consejería de Educación de Juan José Mateos y que ahora se ha encontrado de nuevo Fernando Rey, se recrudecerá a partir de este momento.Lo dice la curva de población. La estadística. Números que resultan aplastantes, especialmente en la margen derecha del río Pisuerga. Allí se concentran seis institutos públicos tres de ellos en Parquesol, pero también el problema más grave. Zaratán, Arroyo de la Encomienda e, incluso, Villanubla, han crecido de forma exponencial en cuanto a población infantil en los últimos años.De momento ha bastado con ir abriendo o ampliando colegios uno en Zaratán y con el quinto en lontananza en Arroyo, pero esos niños del boom de natalidad están cada vez más cerca de la Secundaria.

Un dato. Entre Arroyo, Zaratán y Villanubla hay 188 jóvenes de 17 años empadronados. Sin embargo, hay 247 de 12 años. Y 532 de dos años.

Empieza a crecer la curva.

Los institutos más cercanos a esas localidades pueden absorber parte de ese incremento juvenil. Ocurre, sin embargo, que a medio plazo se unirán cuatro generaciones salidas de esa explosión de nacimientos. Coincidirán, entre 1º de ESO y 4º de ESO Bachillerato no es obligatorio los niños nacidos en Zaratán, Villanubla yArroyo entre 2009 y 2012, por ejemplo. Es decir, 2.073 estudiantes. El pasado curso, si nos atenemos a la misma fuente estadística, el INE, coincidieron 834 niños de entre 13 y 16 años de esas mismas poblaciones.

Habrá que colocar a 1.239 alumnos más que ahora.

Es cierto que un porcentaje importante de ellos acudirá a centros concertados o privados, pero ese tanto por ciento será similar al que existe hoy día.

Ese aumento de estudiantes podría paliarse en parte con el descenso demográfico en los barrios de ese lado izquierdo de la ciudad. Parquesol, Villa de Prado, Huerta del Rey, Girón, Arturo Eyries... La curva en este caso es decreciente.

La estadística arroja que en esos barrios se concentran, a día de hoy, 2.804 jóvenes de entre 13 y 16 años. Para cuando llegue el boom de los que viven en los alrededores de la capital, serán 2.533. Habrá caída, por tanto, pero de tan solo 271 posibles alumnos.

En el otro punto caliente de este asunto de infraestructuras educativas está La Cistérniga. Una localidad que a día de hoy suma alrededor de 340 estudiantes en edad de estudiar la ESO, pero que en unos años reunirá en torno a 600. Un incremento notable.

La Consejería de Educación ha echado cuentas durante todos estos años de reivindicaciones. Construir un instituto y dotarlo de infraestructuras cuesta unos siete millones de euros. Después hay que contatar profesorado y mantenerlo. Otros tres millones más, en números redondos. ¿Qué es más económico, construir un instituto de Secundaria enArroyo o crear rutas escolares desde allí y desde Zaratán a los institutos de la margen izquierda del río cuando empiecen a perder matrículas?

La ecuación no es tan sencilla de resolver como parece.Por eso, en plena crisis económica, la Consejería de Educación se mostró reticente a aprobar la construcción de esos dos institutos en Arroyo y La Cistérniga. Algo que ahora, con los presupuestos regionales recién desvelados, parece haber cambiado. Habrá partidas económicas para ellos el próximo año, aunque no será en 2016 cuando llegue el maná que permita construirlos definitivamente.

Además, Valladolid es desde el curso 2013-14 distrito único, por lo que los alumnos pueden elegir cualquier centro de la capital sin importar si su lugar de residencia está más o menos lejos. Y ahí, sumando los IES de barrios más envejecidos, sí que hay plazas suficientes para albergar a todos. Otra cosa es que los padres de los jóvenes de Zaratán estén conformes con que sus hijos estudien, por ejemplo, en Los Pajarillos. O que los de Arroyo vean con buenos ojos que los suyos se desplacen hasta el Instituto Zorrilla, al lado de San Pablo.

El resto de la región, fuera

Había otras localidades que reclamaban su propio instituto, pero el consejero Fernando Rey ya había advertido de que no habría para todos. «Estableceremos criterios conocidos y asumidos por todos para tomar la decisión», anunció en la presentación del curso escolar. «La explosión demográfica funciona como una ola, con un momento de máxima expansión que luego decrecerá», explicó en una entrevista concedida a El Norte.

10 millones para empezar

  • Entre seis y siete millones para construir un Instituto de Enseñanza Secundaria.Es el presupuesto medio habitual de una infraestructura de este tipo.Dotarla, mantenerla y contar con el profesorado necesario puede suponer, según las cuentas de la Consejería, otros tres millones de euros. En

Carbajosa de la Sagrada y, Villares de la Reina, en Salamanca, y Villaquilambre, en León, eran tres localidades que también pedían con insistencia su instituto. En Carbajosa de la Sagrada esa ola de la que hablaba Rey ya ha comenzado a decrecer. De los 145 nacimientos de hace cinco años a los 85 del último, con una caída continuada desde hace tres años. En Villares de la Reina se llegaron a superar los noventa nacimientos al año, pero ahora se ha estabilizado justo por encima de los ochenta. Villaquilambre es la localidad que mantiene una mayor cuota de nacimientos. Alcanzó los 294 hace cinco años, y aunque la cifra se ha rebajado, lo cierto es que conserva de 250 en los últimos años, con 230 en el último del que hay datos oficiales disponibles (a 1 de enero de 2014).

Ninguna de estas localidades recibirá una partida en los presupuestos de 2016. Por ahora, solo el alfoz de Valladolid justifica, a ojos de la Consejería de Educación, la inversión en los institutos.

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