Los concejales rendirán cuentas dos veces al año de su acción en los barrios

No será una mera figura testimonial, alguien que se da un paseo por un par de plazas una vez al año y que aplaude cuando llegan las fiestas del distrito. El Ayuntamiento quiere fortalecer la responsabilidad del concejal de barrio algo que ha funcionado en la ciudad durante los últimos años, pero que asumirá ahora nuevos compromisos. El edil de Participación Ciudadana, Alberto Bustos, ultima ya el plan de acción que regirá este cargo durante el presente mandato. La principal novedad es que este concejal deberá rendir cuentas semestralmente sobre todas las medidas, actividades, necesidades o quejas del distrito cuya supervisión tenga encomendada.

Será una especie de auditoría a los barrios. «Deberá consignar con quién se ha reunido, qué cuestiones le han planteado, qué tramites ha puesto en marcha para solucionarlas, cómo se han resueltos». La idea es que ese concejal aún no se ha hecho el reparto de zonas ni se han asignado nombres para cada una de ellas mantenga reuniones periódicas con las entidades vecinales y sociales de cada barrio o que incluso cree una línea directa para que los vecinos de esas zonas puedan plantearle necesidades. Se comprometerá así a realizar visitas periódicas más habituales que durante los pasados mandatos, «donde hubo concejales que ni siquiera pisaban su barrio» y, después, a elaborar un informe de su actividad.

Con esta memoria, el concejal de barrio deberá «rendir cuentas» semestralmente de su actividad. En principio, esta auditoría a las distintas zonas de la ciudad se analizaría en la comisión de Participación, sin que esto excluya que después, a modo de resumen, según la relevancia, pueda ser debatidoen el pleno.

La asignación de los concejales a cada uno de los barrios se hará entre las personas con responsabilidad de Gobierno en el Ayuntamiento, pero la intención es abrir la colaboración a otros concejales, «incluso de la oposición». «Es algo que tendremos que hablar con los otros grupos, pero la presencia de otros concejales en los encuentros o reuniones podría favorecer esta relación con los ciudadanos. Eso sí, la acción directa tiene que recaer en el equipo de Gobierno, no podemos renunciar a esa responsabilidad de rendir cuentas de lo que se ha hecho». Este fortalecimiento de la figura del concejal de barrio caminará de forma paralela al refuerzo de los encuentros con los vecinos. Durante el pasado mandato, el exalcalde Javier León de la Riva celebró doce concejos abiertos en otros tantos barrios de la ciudad. Esto hace una media de tres asambleas al año.

El equipo de Puente quiere que estas asambleas vecinales tengan lugar todos los meses, el jueves posterior a cada pleno (se celebran un martes de cada mes). La previsión es que el primero de estos concejos se celebre el jueves 8 de octubre, aunque aún no se ha decidido el barrio concreto.

Más participación vecinal

Los centros cívicos, teatros o inmuebles públicos han sido durante estos años el lugar habitual de estos encuentros libres en los que el alcalde, acompañado de sus concejales, respondía a las dudas de las asociaciones de vecinos y a los residentes que, de forma particular, planteaban sus dudas o quejas a los políticos.

Esta seguirá siendo la base. «Pero queremos que haya más participación del concejal que directamente lleve cada asunto». Habrá más reuniones previas a la celebración del concejo con los colectivos del barrio y después de la asamblea, «el concejal de barrio se comprometerá a volver para responder todo aquello que no se haya podido resolver en el concejo», apunta Bustos, quien en estos tres meses en el cargo ya se ha reunido con más de cien colectivos de la ciudad.