Valladolid, reino de rotondas
Las glorietas son uno de los rasgos urbanísticos característicos de la ciudad vallisoletana, tanto por su número como por su originalidad
EL NORTE
Jueves, 16 de julio 2015, 19:34
El río Pisuerga, los pinchos, el frío en invierno, la riqueza patrimonial, los tópicos sobre el carácter presuntamente seco de los vallisoletanos... hay muchas cosas características de Valladolid, y entre ellas también están las rotondas. La ciudad está llena de ellas y algunas se han convertido en verdaderos emblemas pucelanos. Dos claros ejemplos de zonas de glorietas son el Paseo de Zorrilla y la Avenida de Salamanca. La primera de estas vías principales de la ciudad alberga una que homenajea al cine. Su nombre exacto es 'Escenario para una película', creada por el fallecido artista estadounidense Dennis Oppenheim, con un monumento en el que se puede ver arriba del todo la casa del mago Oz. Otra muy característica es las 'Puertas de Valladolid', en la carretera de Rueda, en el barrio de Covaresa, creada por el artista Cristóbal Gabarrón, que simboliza una ficticia entrada a la ciudad con dos construcciones paralelas verticales que enmarcan la rotonda (aunque técnicamente pueda considerarse más bien una raqueta). Otra rotonda de Cristóbal Gabarrón es la emplazada en la Avenida de Salamanca, a la altura del municipio de Arroyo de la Encomienda, presidida por dos arcos de colores que se entrecruzan.
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La rotonda con el monumento 'Columna forma de sonido Valladolid', de Lorenzo Frechilla quizá no les suene de nada, pero seguro que saben de qué estamos hablando si revelamos su nombre coloquial: rotonda de Vallsur, por el centro comercial junto al cual está situada. Hay que reconocer que en su día fue una rotonda y hoy en día sería más bien una raqueta, como la de los arcos de Gabarrón, porque ahora los vehículos la atraviesan por el medio. Tampoco podemos cerrar este repaso a las rotondas vallisoletanas sin aludir a las presididas por fuentes (otro elemento muy típico de esta ciudad), como la situada a la altura del supermercado Hipercor de La Flecha, o la que hay en el Paseo de Zorrilla junto antes de la de Vallsur. Y como despedida, un antónimo. Una de las más llamativas es la rotonda de los holas de Ángel Marcos, a la altura de La Vega, plagada de señales en las que puede leerse la palabra 'hola' en nada menos que 316 lenguas vivas a modo de bienvenida. Para que luego digan que los vallisoletanos somos secos, porque somos más chulos que nadie y no tenemos miedo ni al que dirán. Quizá por eso colocamos dos rotondas juntas: antes del puente que cruza la Ronda Oeste en dirección a Ikea. Una está en Arroyo; la otra en Valladolid. Y casi se rozan.