El grupo teatral 'El pedregal' rinde un homenaje a uno de sus impulsores

Desde el sábado el teatro municipal de Campaspero lleva el nombre de Oroncio Javier García Campo. Lo hace como sentido y profundo homenaje a un vecino cuyo corazón se ha fortalecido con la cultura de esta tierra. Arropado por su gente, este campasperano fue homenajeado en la tarde noche pasada por sus compañeros del grupo de teatro Pedregal, agrupación de la localidad churra que este año cumple su trigésimo quinto aniversario. Oroncio fue uno de los impulsores de Pedregal, así como de otro emblema del municipio, la Media Maratón de Santo Domingo de Guzmán que, también, acaba de soplar 35 velas y en la cual él ha participado activamente pues otra de sus pasiones es el atletismo.

Sus compañeros, con los que tantas horas ha compartido, le organizaron una gala en el teatro municipal, perdón, en el Teatro Oroncio Javier García Campo, a la que acudieron convecinos, autoridades municipales, provinciales y representantes de la cultura.

Bajo el título `Así pasen 35 años, casi 50 actores representaron un ensamblaje de fragmentos de distintas obras representadas a lo largo de la historia de Pedregal, con guiños a la vida de Oroncio, como su desbordante creatividad, sus inquietudes por el folclore, la lectura y la escritura.

Durante el montaje teatral se lucieron vestidos confeccionados por Oroncio, sastre de profesión, y también se escuchó la voz del etnógrafo Joaquín Díaz -quien apareció en un audiovisual-, la guitarra del nieto del homenajeado, Javier García Verdugo; la dulzaina (otra de sus pasiones), y se proyectaron montajes multimedia.

En el acto institucional, con unas palabras de agradecimiento a cargo del alcalde, Julio César García, y de sus compañeros de Pedregal, se descubrió una placa con el que quedó establecido el nuevo nombre del teatro y que lucirá a su entrada.

Nací en Campaspero y aquí he vivido siempre

Campasperano tanto o más que las famosas canteras del pueblo, Oroncio, ya jubilado, a los 8 años tuvo que dejar la escuela para trabajar, lo que no le impidió continuar acariciando cada noche el lomo de un buen libro como gran lector que es. Fue al borde de la jubilación cuando consiguió el graduado escolar, por libre, dedicándose a escribir sobre etnografía en distintas publicaciones y editando un libro. Con su tarea como escritor ha conseguido varios premios, uno de ellos el concedido por la Diputación vallisoletana en el año 2000 por `Cuentos del abuelo. Exitosa también ha sido su trayectoria teatral en los grupos Pedregal, Arlequín y Águedas, premiados en certámenes provinciales, regionales y nacionales.