El PSOE gestionaría cinco áreas del Ayuntamiento de Valladolid y Toma la Palabra, tres

En la quiniela del futuro gobierno municipal, que aún no es tal los simpatizantes de Toma la Palabra deciden hoy si sus concejales participan o no en la gestión directa del Consistorio, ya comienzan a asociarse algunas áreas de trabajo a nombres concejales electos. La idea del posible bipartito (con apoyo de Sí se Puede solo para la investidura de Puente) es que el PSOE se haga cargo de la Alcaldía y de cinco departamentos municipales, mientras que la formación que lidera Saravia tome las riendas de tres.

El próximo martes ambas formaciones se reunirán para cerrar el esquema definitivo, siempre que la bases de Toma la Palabra refrenden la entrada, pero sobre el papel ya habría cuatro decisiones avanzadas. Así, del equipo de Puente, Antonio Gato se haría cargo de Hacienda y Promoción Económica (se elimina la subconcejalía de Empleo tras el acuerdo para no engordar la actual estructura); Ana Redondo dirigiría la Concejalía de Cultura, Turismo y Deportes y Rafaela Romero podría ser la responsable del área de Servicios Sociales, sin duda uno de los puntales del mandato. Aquí podría surgir alguna contrapropuesta de Toma la Palabra, ya que esta candidatura siempre ha mostrado su interés por dar un impulso a las políticas en favor de los más desfavorecidos y puede que reclame el área.

Lo que también se da por cerrado es que, de participar en el gobierno, Manuel Saravia se haría cargo del Urbanismo, una materia que domina como arquitecto especialista en planeamiento. Los otros dos puestos para Toma la Palabra estarían aún por determinar. De esa distribución final depende también a quién designen como portavoz de esta lista.

El encuentro que se celebrará el martes será clave para determinar el organigrama definitivo, así como su reparto. En Toma la Palabra no tienen claro, por ejemplo, que se cree una Concejalía de Participación Ciudadana que, a priori, no tendría excesivo contenido, según su criterio. Todo está abierto aún.

Ayer, el que puede ser futuro alcalde, Óscar Puente, lamentó el tono de carta de despedida de León de la Riva donde apunta a un panorama de inestabilidad en la ciudad. A juicio de Puente, la misiva destila que «es demócrata porque no le queda más remedio». «Se marcha a regañadientes con esta coz, verdaderamente infumable». «Es el colofón a una salida muy triste, condenado por un delito y por la puerta de atrás y empujado por la ciudadanía; estoy profundamente enfadado y creo que hace un flaco favor a su figura, muy dañada, y a la ciudad», apuntaló.