Unas jornadas cosen la relación de los cuentos con la moda en el colegio Martín Baró

El catálogo de agujas y dedales es tan amplio en el mundo del colorín colorado que la idea ha dado para una semana plena de actividades. Ahí está El sastrecillo valiente, El zapatero y los duendes, Las zapatillas rojas... o El traje nuevo del emperador. Historias tradicionales que se han escrito entre patrones. El colegio Martín Baró se ha propuesto reventarle las costuras a famosos cuentos infantiles durante unas jornadas en las que modistas y diseñadores desvelan a los pequeños los secretos de su trabajo. El pasado martes, Irene de la Cuesta y Raquel Díez realizaron una simulación de desfile con alumnos de tercero y cuarto de Primaria. Este miércoles, el diseñador de interiores Erico Navazo ha apuntado pistas sobre su trabajo. Yel jueves, los sombrereros Pablo y Mayaya ofrecerán la charla La moda en la literatura. Porque de eso se trata, de ver qué relación han mantenido las letras con las tendencias en el vestir. Dicen desde la dirección del centro que siempre buscan nuevos ángulos sobre los que abordar la lectura. Y este año ha tocado la ropa.

Por ejemplo, La cenicienta. Los alumnos del primer ciclo de Primaria han comparado cómo era el vestir de la heroína del cuento antes y después de calzarse el zapatito de cristal.De los harapos del inicio del relato a los vestidos de princesita que luce después de su conversión. Y además, los alumnos se han tenido que dibujar como si fueran un personaje del cuento, eligiendo para ello si prefieren estar en el antes o en el después.

Las actividades desarrolladas en el centro incluye también talleres de maquillaje, de decoración de camisetas o de trajes elaborados con papel de periódico. Los chavales de quinto de Primaria han descubierto conceptos de ropa que seguro nunca se han puesto (corsé, babucha, chal, brocado, blonda, chaqué) y en sexto han participado en un taller de muñecas recortables con vestuario sacado de diferentes épocas de la historia, desde los burbujeantes años 20 hasta las minifaldas de los 60 o los coolhunters del nuevo milenio. Leer está de moda es el nombre elegido por el centro y un gran cartel en el vestíbulo lo certifica para hilvanar el mundo de los cuentos con el del vestuario.