161 nuevas razones para tener esperanzas frente al cáncer
La AECC presenta en Valladolid los proyectos nacionales de investigación en tumores hematológicos
Ana Santiago
Jueves, 30 de abril 2015, 12:03
Mejorar los tiempos y la precisión del diagnóstico, integrar los diferentes trabajos y ensayos clínicos y lograr tratamientos a la carta, para cada paciente y no solo para que la terapia sea más efectiva, que por supuesto, sino para reducir en lo posible sus secuelas y daños colaterales. En definitiva, investigar e investigar. En todas las facetas relacionadas con el cáncer. Esta es la apuesta, junto a su día a día asistencial y preventivo, de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que cuenta con una línea de financiación para amparar este desarrollo desde el año 2007 y que ayer eligió la más antigua Facultad de Medicina de España, la de Valladolid, para presentar balance y resultados de las últimas investigaciones, concretamente de cinco de las 161 nacionales, aún en marcha, en su IX Simposio, y centradas en los tumores hematológicos.
La presidenta de la AECC, Isabel Oriol, abogó por la investigación como «lo único que logrará vencer al cáncer». «Dando pasitos pequeños». La Fundación Científica de esta organización destina una inversión de más de 29 millones de euros «surgidos de la sociedad civil euro a euro» a dichos proyectos y, concretamente, para los tumores hematológicos, que ayer centraron este encuentro, son 4,4 los millones que podrían beneficiar a 14.000 personas al año. «Todos conocemos los fondos que dedican las administraciones públicas y las limitaciones que ha habido, pero nosotros no nos hemos quedado parados. Nos hemos puesto en marcha para generar fondos que permitan financiar la mejor investigación», defendió Isabel Oriol.
Un apretado congreso, en una sola jornada matinal, que contó con Miguel Ángel Piris, jefe de Anatomía Patológica del Hospital de Valdecilla, en Santander. Este experto, presidente también de la sociedad científica de la especialidad, presentó su proyecto, ya avanzado y con ensayos clínicos. Su equipo ha logrado «identificar marcadores para mejorar la eficiencia en la terapia en pacientes con cáncer hematológico». Con estos trabajos, el hospital podrá concretar «cuál es la terapia más adecuada para cada enfermo de acuerdo con sus características genéticas. Hemos estudiado los marcadores moleculares que nos permiten entender cada tipo de cáncer concreto y seleccionar el tratamiento apropiado para tratarlo. Hemos subido un peldaño más, pero es una escalera larga, porque el cáncer no es una sola enfermedad, sino un conjunto y ni siquiera sabemos cuántos peldaños tiene la escalera», apuntó. Basándose en el análisis integrado de datos obtenidos mediante diversas técnicas de estudio molecular a gran escala, este proyecto pretende obtener información acerca de los mecanismos moleculares del origen de los cánceres hematológicos, incluyendo los mecanismos comunes y eventos específicos de cada tipo de tumor. «Esto contribuirá a una más precisa clasificación de las mismas, a la identificación de nuevas dianas terapéuticas que serán validadas in vitro y en muestras primarias de pacientes, así como al desarrollo y aplicación de nuevas drogas».
Fue una jornada que abrieron el rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel, y el presidente de la AECC en Valladolid, Javier Arroyo, que destacó la importancia de la investigación y que condujo la periodista de Onda Cero Susana Cañizo.
Otro de los proyectos presentados se basa en un tipo de leucemia, la linfoblástica aguda que afecta a niños menores de seis meses y que «tiene un pronóstico fatal. En cinco años, el 72% de los afectados fallece, por lo que el índice de supervivencia es muy bajo, del 28%». El trabajo se orienta al desarrollo de modelos celulares encaminados a descifrar y analizar el comportamiento de esta leucemia y posibles vías terapéuticas, debido a que los modelos desarrollados en ratón no reproducen la latencia ni el fenotipo de la enfermedad. En palabras de su responsable, Pablo Menéndez, del centro catalán Josep Carreras, «es necesario que contemos con un modelo de esta enfermedad para poder estudiarla en el laboratorio, imitarla, y, por tanto, desarrollar aproximaciones terapéuticas».
Por su parte, el trabajo que dirige otra científica, Anna Bigas, consta de dos partes. Por un lado, «un análisis en animales para buscar nuevas formas de estudiar estas leucemias y otra que, directamente, estudia las muestras leucémicas de pacientes del Hospital Sant Joan de Déu, el Vall dHebron de Barcelona y el Niño Jesús de Madrid».
Identificar nuevas dianas que puedan utilizarse para el tratamiento del cáncer y explorar el correcto control de la división celular como posible causa de la inestabilidad génica típica de esta dolencia es el objetivo de la investigación de Elena Díaz y del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca. Un trabajo que ha permitido ya encontrar efectos en la regulación de esta vía.
El último proyecto presentado en Valladolid fue el de Rocío González, de la Universidad de Oviedo. Según explica, «las células tumorales presentan numerosas alteraciones epigenéticas (mecanismos no genéticos). En este proyecto planteamos el estudio detallado de una concreta, de la histona H4 en leucemias, que constituyen el 30% de los casos de cáncer que se detectan en niños. Proponemos que las alteraciones de los niveles de esta marca pueden tener un papel principal en estos tumores y que estos cambios pueden determinar su respuesta a la terapia con una clase de fármacos epigenéticos específicos para estas modificaciones que están siendo evaluados para el tratamiento de ciertos tumores hematológicos».