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Entrada de una de las tres sedes de la Escuela de Industriales de la Universidad de Valladolid.
La UVA quiere anular una de las tres sedes de Industriales para el 2017-18

La UVA quiere anular una de las tres sedes de Industriales para el 2017-18

La intención de la Universidad es construir un nuevo aulario en la torre de la antigua facultad de Ciencias y abandonar el edificio de Mendizábal

Antonio G. Encinas

Martes, 14 de abril 2015, 08:50

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Una clase en un aula y las prácticas en otra. Nada fuera de lo corriente salvo que seas profesor o alumno de Ingenierías Industriales. En ese caso puede que entre una y otra tengas que cubrir cuatro kilómetros de distancia, los que separan las sedes de Mergelina y Paseo del Cauce de la de Álvarez Mendizábal.

Esta situación deriva del traslado de la antigua facultad de Ciencias al campus Miguel Delibes, en los años 2009-10. En Mendizábal se iban a impartir desde ese momento una serie de titulaciones, a la espera de que se agruparan todas las enseñanzas de Ingenierías Industriales en la antigua facultad de Ciencias y en la sede de Paseo del Cauce. Pero entonces llegó la crisis, con sus dolores, y borró del Bocyl, el BOE y el BOP el apartado de presupuesto para obras mastodónticas.

Y la de la Facultad de Ciencias lo es. 30.000 metros cuadrados de mole cuya rehabilitación integral, calculaban en el anterior equipo rectoral, saldría por unos 30 millones de euros nada menos.

¿Qué ha cambiado? Pues el paso más del nuevo equipo rectoral respecto a lo iniciado por el anterior. Antes de que las hipotecas se hicieran omnipresentes, había dos formas de hacerse la casa en el pueblo.O ahorrar y construirla de golpe, o ir construyéndola poco a poco con el dinero que se iba manejando. Y esa es la opción elegida ahora.Dos millones que reservó el equipo del rector Marcos Sacristán, más dos millones que ha presupuestado el de Daniel Miguel, igual a 4 millones de euros para comenzar a ver excavadoras antes de final de año.

Estos cuatro millones no son la panacea, como es obvio, pero suponen un paso importante.Tanto, que el plan pasa por tener listo, para el curso 2017-18, un nuevo aulario en la sede de Mergelina (antigua facultad de Ciencias) que permita cerrar la de Mendizábal.

«De aquí a final de año queremos presentar el proyecto básico para poder empezar a demoler el torreón y vaciar. Y si no nos da tiempo a presentarlo todo conjunto, a separar actuaciones, el proyecto por un lado y la demolición por otro», explica AlfonsoRedondo, vicerrector de Economía.

«La posibilidad que estamos barajando es que en el 2017-18 se puedan conjuntar todos los grados en el aulario nuevo de Mergelina», señala Jesús Pisano, director de la Escuela de Ingenierías Industriales y uno de esos profesores que recorren la ciudad de punta a cabo para impartir sus asignaturas.

Puede parecer exagerada, a simple vista, tanta obra para tan pequeña molestia, pero es que entre las tres sedes hay casi 2.800 alumnos matriculados, entre másteres, grados y licenciaturas casi quinientos aún no han terminado estos títulos próximos a extinguirse, además de 250 profesores.

«De los siete grados que tenemos, tres están en Cauce y cuatro en Mendizábal, y la idea es llevarse todos, unos 2.700 alumnos, a ese aulario que se quiere construir en la sede de Mergelina», comenta Pisano. Cauce, en tanto, quedaría «para departamentos, despachos y másteres, principalmente».

«La idea principal es derruir la torre y construir un edifcio completamente de aulas, de 40 ó 50 aulas en seis o siete pisos», concluye Pisano.

El proyecto trata de implicar al máximo a la Escuela, además. Algo lógico si se tiene en cuenta que en el equipo rectoral hay varios vicerrectores que conocen de primera mano el problema al que se enfrentan en Industriales: Alfonso Redondo (Economía) y Cristina Pérez (Estudiantes).

Luis Manuel Navas, vicerrector de Infraestructuras y Patrimonio, explica que en todo momento se ha contado con la opinión de la junta directiva de la Escuela, y Redondo y Pisano lo corroboran. De hecho, se hace hincapié en que se está tratando de ver la reforma con el máximo realismo, porque acometer la tarea de rehabilitar todo el edificio es algo, a día de hoy, impensable. «Lo que se ha hecho es algo que no se hizo el año pasado, crear una comisión que ha tenido varias reuniones con el equipo de dirección de la escuela para ver hasta dónde quieren llegar ellos y hasta dónde podemos llegar nosotros», admite Redondo.

De hecho, se realizó un plan inicial y desde la Escuela de Ingenierías Industriales se han introducido algunas mejoras.

«Se va a empezar por demoler el torreón y vaciar ciertas zonas para comenzar a construir instalaciones generales, además de levantar un nuevo torreón de aulas que sería muchísimo más funcional y a partir de ahí perfilar mucho más, en función de los recursos de que vayamos disponiendo, cómo se iría ir abordando el resto de subfases», explica el vicerrector de Economía.

Instituciones

El momento es ahora. Año electoral, cierta holgura en el puño que apretaba los presupuestos y una oportunidad para solicitar una ayudita extra como la que se ha conseguido para la segunda fase del campus de Segovia, otra de esas peticiones que parecían destinadas a ser eternas. «Esto es como una familia. La UVA ha estado ahorrando granito a granito con un fin, ahora lo que queremos hacer es destinar parte de esos ahorros a obras que son necesarias. Haciendo ver a la administración pública que son tan necesarias que las vamos a empezar con nuestros recursos», señala Redondo.

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