El equipo de cirujanos opera a una paciente atendida en la nueva unidad en el Río Hortega.

El Río Hortega opera tumores invasivos con quimioterapia aplicada en el quirófano

El hospital implanta la Unidad de Cirugía Oncológica Peritoneal para casos sin otra alternativa de tratamiento

Ana Santiago

Viernes, 13 de marzo 2015, 08:17

La alternativa de tratamiento era ninguna. La esperanza de unos dos años y con una baja calidad de vida. Son casos gravísimos, en los que el cáncer ha invadido la cavidad peritoneal y que, tradicionalmente, eran considerados como un estadio avanzado e incurable de la enfermedad y, por lo tanto, únicamente subsidiaria de quimioterapia paliativa, con o sin cirugía reductora de la masa tumoral. Además, es frecuente que se diagnostique en personas de menos de 50 años, dentro, no obstante, de ser afortunadamente una patología de baja incidencia.

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Ahora, desde hace algunos años, existe un tratamiento avanzado que abre caminos y resultados de éxito. El Río Hortega de Valladolid acaba de implantar su Unidad de Cirugía Oncológica Peritoneal para evaluar y, en su caso, optar por un proceso «que combina dos procedimientos, ambos muy agresivos», explica el doctor David Pacheco, responsable de esta nueva unidad.

Por un lado, el equipo realiza una cirugía citorreductora. Esta intervención se emplea para eliminar todos los depósitos de cáncer visibles en el abdomen y puede incluir la resección intestinal, la esplenectomía, colostomía..., según sea necesario para eliminar todos los lugares en que asiente un tumor. Según la limpieza que sea necesario hacer y las partes que precise el cirujano eliminar serán las secuelas;pero «se intenta que sean mínimas, se estudia a fondo, y no siempre es necesario», destaca este especialista. Las ostomías (las heces o la orina se recogen en un dispositivo artificial) se dan entre el 10% y el 15%. De los efectuados hasta ahora en Valladolid no ha sido necesario en ningún caso.

La segunda fase es la de quimioterapia hipertérmica. El fármaco quimioterápico se mezcla en una solución líquida caliente y circula a través del abdomen durante un tiempo determinado según el tipo de tumor y fármaco utilizado. Este procedimiento utiliza una bomba de perfusión que garantiza tanto una temperatura permanente de infusión como un flujo determinado. La bomba hace circular la quimioterapia a través del abdomen y mantiene el fluido a una temperatura de entre 41 y 43 grados centígrados. Esta bomba es un complejo ordenador que controla la temperatura, la presión del fluido de quimioterapia; así como las constantes del paciente y ofrece un riguroso protocolo de seguridad ante cualquier desviación de los parámetros establecidos para el buen desarrollo del procedimiento.

La intervención quirúrgica dura entre ocho y diez horas, e incluso más, depende del grado de complejidad y el procedimiento de quimioterapia en el quirófano suele durar entre media y hora y media.

Por último, y tras esa doble intervención, se procede a la eliminación de la solución caliente de perfusión con los quimioterápicos, todo el fluido se succiona y se evacua del interior del paciente.

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La mayoría de los pacientes necesitarán quimioterapia intravenosa o sistémica adicional después de esta operación para ayudar a prevenir una recurrencia. «La terapia con quimio intravenosa, la habitual, llega mal al cáncer. La intraoperatoria se administra directamente en el interior del abdomen y ayuda a destruir cualquier remanente de células cancerosas y tumores muy pequeños, microscópicos, que no pueden ser vistos por el cirujano», explica Pacheco.

La quimioterapia circula así en el interior del abdomen y se distribuye por él de forma homogénea, lo que le permite llegar a todos los espacios del abdomen donde se esconden las células tras la cirugía. Así, logra eliminar todas estas células invisibles desprendidas durante el acto quirúrgico o durante la diseminación del tumor y prevenir el futuro crecimiento de estas células pasado un tiempo y que pueden ser el origen de una nueva recidiva tumoral.

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Las indicaciones son muy concretas. Este doble tratamiento se lleva a cabo con carcinomatosis peritoneales, es decir, en los casos en que el cáncer de tipo gastrointestinal, ginecológicos y de otros órganos se ha diseminado dentro de la cavidad abdominal. Es frecuente en ovarios, colon y recto.

El proyecto para poner en marcha la unidad en el RíoHortega, que es ya de referencia para toda Castilla y León, comenzó a gestarse en el verano de 2013 y tras todo un recorrido administrativo pero, sobre todo científico, Sacyl la autorizó a finales del cerrado año. El pasado día 12 de enero, la unidad realizó su primera intervención y hasta ahora se han sumado otras cuatro. Todos los casos han sido de mujeres de entre 55 y 70 años y han sido dos de colon, otros tantos tumores municiosos con pseudomixoma y uno de ovario.

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El cáncer colorectal

  • En Castilla y León anualmente se registran en torno a 16.000 nuevos casos de cáncer. En el caso de los niños la incidencia es mucho más reducida y los cerca de 60 casos diagnosticados anualmente son en su mayoría son de tipo hematológico y del sistema nervioso central. Los datos que acumula el Registro Poblacional del Cáncer en Castilla y León indican que los tumores son más frecuentes en los varones, con un 60 % frente a las 40 % de mujeres afectadas y, en cuanto a la edad, es más habitual en los varones a partir de los 50 años mientras que, en ellas, se observa un aumento de la frecuencia entre los 35 y los 49 años, dato que puede atribuirse a los de mama. En Castilla y León y para ambos sexos, los cánceres más habituales son los localizados en colon y recto, con el 15 % del total; en próstata, con el 13,2 %; en mama, el 10, 6%; y en pulmón, con el 8,3 %. La incidencia del colorrectal es muy alta, es el tumor digestivo más frecuente, y la afectación carcinomatosa ronda entre el 10% al 20% de los pacientes; bien inicialmente o a lo largo del devenir de la enfermedad.

El doctor Pacheco estima que cuando la unidad esté plenamente consolidada, el volumen anual será de entre 40 y 50 casos al año. Hasta la fecha, estos enfermos eran derivados a Santander, Madrid o Barcelona para poder ser sometidos a este tipo de cirugía. El equipo incluye, además de cirujanos y anestesistas, ginecólogos, enfermeras especializadas y auxiliares; pero implica también una preparación específica del servicio de Reanimación.

Pese a la agresividad de la cirugía, el postoperatorio no suele durar más de diez días y los resultados a cinco años son de una supervivencia de entre el 40% y 50% en los cánceres de ovario y colon y del 70%, en los pseudomixomas.

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Perfil

En cuanto al perfil del paciente, «lo importante es seleccionarlo muy bien, que se trate de carcinomatosis peritoneal, que en principio no tenga más de 70 años aunque depende de su edad biológica y de evaluar la posibilidad de eliminar todos los tumores. Nos derivan los casos, se les hace un escáner, analítica, estudio nutritivo y cardiológico si tienen problemas de corazón... nos remiten la documentación a la consulta virtual y, tras el estudio de Anatomía Patológica, se pasa al comité de especialidades y se decide sobre si es o no candidato. El primer filtro solo lo suele pasar el 30% aunque ahora estamos en el 50%», señala el doctor Pacheco.

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