Palazuelo sopla los 20 años de su fiesta de la matanza con el objetivo de la declaración turística
El director de Castilla y León Televisión destaca en su pregón la importancia de los marraneros en la historia de la localidad
lorena sancho
Domingo, 15 de febrero 2015, 19:51
A Palazuelo de Vedija le avala la historia. Ese sinfín de documentos que cada cierto tiempo afloran para rescatar del pasado alguna de las tantas tradiciones que este pueblo terracampino atesora entre la herencia de sus antepasados. Algo así ocurre con la tradición marranera, oficio que en el siglo pasado dio a conocer a este municipio por medio país de la mano de tantos y tantos vedijanos que surcaron los caminos para vender las viandas del cerdo. Lo último ha sido un documento del siglo XVI sobre un pleito de unos vecinos de Tordesillas contra Pedro Cuadrillero. Un legajo que viene a confirmar la importancia que este oficio tuvo en Palazuelo y que, por tanto, se anexionará a la petición que el Ayuntamiento tramita ya para que su fiesta sea declarada de Interés Turístico Regional.
La documentación que presentará a la Junta la respaldaron ayer tanto el delegado territorial, Pablo Trillo Figueroa; como el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo; y los diputados provinciales Celiano Vielba y Juan Alonso. Lo hicieron durante la celebración de esa fiesta, la que ensalza el ritual de la matanza desde el punto de fista folklórico y gastronómico, que en este 2015 sopla su vigésimo aniversario. «Lo malo no es comprar un coche, sino mantenerlo. Y nosotros hemos alcanzado los veinte años de una fiesta que nos representa a este pueblo marranero con una labor de paciencia y aguante y con la que, de paso, reivindicamos el medio rural», destacó el alcalde de Palazuelo, Salvador Fernández.
El recuerdo a los ancestros, a las piaras que formaron una actividad que encumbró a Palazuelo, lo tuvo el director general de Castilla y León Televisión, Eduardo Álvarez, durante su pregón. Obligado por el mal tiempo a pronunciarlo en el interior del Ayuntamiento, el periodista destacó la de la matanza como una «fiesta única a prueba de plagios e imitaciones», como una pasión que «madrua desde el mismo embrión con una devoción que incluso roza lo fanático». Eduardo Álvarez repasó las raíces tan profundas de la matanza del cerdo, sus sonidos y olores, ese «sabor» que rezuma Palazuelo los 365 días del año. Porque aseguró que este municipio «imprime carácter» y que en Palazuelo la matanza es un orgullo. «Cochino matado, invierno solucionado», dijo echando mano del refranero, no sin antes agradecer al pueblo de Palazuelo la invitación para ser pregonero, así como haberlo podido compartir con su hermano «mayor», el distinguido como matancero de honor, Carlos Suárez (presidente del Real Valladolid) y su «hermano del alma y de profesión», en alusión al subdirector de El Norte de Castilla, José Ignacio Foces, allí presente.
Como un verdadero honor acogió la distinción de matancero de honor Carlos Suárez, quien compartió protagonismo con su amigo Eduardo Álvarez. «No soy de Valladolid pero al final uno es de donde se considera y venir a pueblos como éste me encanta», dijo el presidente del Real Valladolid.
Como viene siendo habitual, el Ayuntamiento distinguió tanto al matancero de honor como al pregonero con una blusa de marranero y una placa de agradecimiento. Fue Teodosia Fernández, vecina de la localidad, quien un año más puso la nota poeta al acto y recitó aquello de: «Al pregonero, con su bonito pregón, hasta el cerdo lo entendió, y pide su bendición».
El matarife Jesús Gil, vecino de Palazuelo, fue después el encargado de chamuscar y destazar el cerdo ayudado por colaboradores. Una comida popular daría posteriormente buena cuenta de estas viandas, en la que participaron cerca de 200 comensales. Muchos de ellos procedentes de puntos como Sevilla, cuyos colegiados de honor de Enfermería se desplazaron ayer en una excursión hasta Palazuelo para participar en la fiesta de la matanza.