Ciudadanos afectados por los desahucios en Valladolid y cuyas historias se cuentan en este reportaje.

El drama de los desahucios golpea cada día a dos familias de Valladolid

Seis vallisoletanos le ponen rostro a un problema que el año pasado alcanzó a 672 hogares

Víctor Vela

Sábado, 20 de diciembre 2014, 16:35

Si usted es de los que se conforman con los números y las estadísticas, con este primer párrafo tendrá más que suficiente. Durante los nueve primeros meses del año (últimos datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial, hechos públicos el viernes), 419 familias han sufrido un desahucio. El año pasado, durante todo 2013, fueron 672. Esto hace una media de 1,8 casos al día. Osea, casi dos familias se ven expulsadas cada día (¡cada día!) de su vivienda en Valladolid. Los tres abogados de Stop Desahucios en la ciudad reciben cada lunes (¡cada lunes!) siete casos nuevos. Los voluntarios de este colectivo social intervienen en más de 300 procesos abiertos tan solo este año. Si levantamos la mirada hacia lo que ocurre en todo el país son 184 desahucios al día. Y más datos, «importantes para el contexto», dicen desde Stop Desahucios. Entre 2001 y 2011 la población de Valladolid ha crecido el 6,9%y el número de viviendas construidas aumentó el 21%. La «burbuja inmobiliaria» ha dejado 26.319 casas vacías en la provincia «y el 31%de los pisos sin vender pertenecen a los bancos». Rematamos:«Los recortes en Sanidad y Educación entre 2008 y 2013 han sido de 13.800 millones.El rescate a los bancos, con dinero público, asciende a los 100.000 millones». Y son esos mismos bancos y cajas ponga usted el nombre que quiera, que seguro que no falla los protagonistas del reverso de estas páginas. Yhasta aquí, el primer párrafo.

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Pero si es de los que no se conforman con los datos y las estadísticas, lo mejor sería seguir leyendo. Porque a partir de ahora vienen nombres. Y apellidos. Y rostros. La imagen de varias de esas dos familias que cada día (¡cada día!)tienen que hacer frente al drama del paro en Valladolid.

Nuria Martín y José Ángel Gómez. Compraron su piso en Delicias en 1996. Un préstamo de 131.000 euros. Una casa tasada en 154.300. Él trabajó hasta 2007 en la fábrica de papel Smurfit. Ella, en la limpieza. En diciembre de 2012, después de 18 años de pagar sin retraso sus recibos, se vieron incapaces de seguir haciendo frente a la cuota hipotecaria. «Solo cobramos los 426 euros. ¿Qué hacemos con eso?Hay días que me voy a casa sin cenar. Estoy cansada de dar de comer patatas a mi hijas (7 y 13 años)porque no hay para filetes», apunta Nuria. Cuando llamaron a las administraciones públicas para obtener ayuda, les remitieron al grupo de Stop Desahucios. «Las instituciones ni se preocuparon. Es más, me dijeron que esta plataforma era la que me podía ayudar». Yen ello están. La caja rescatada reclama una deuda de 9.000 euros. Si no, se quedará con la casa, después de que la familia hubiera pagado sin problema sus cuotas durante 18 años. «La única solución para rehabilitar el préstamo una vez suspendida la adjudicación de la vivienda al banco es conseguir 2.000 euros», explican desde Stop Desahucios. La pareja ha encontrado ahora trabajos (precarios)que les permitirían pagar las cuotas de la hipoteca (230 euros al mes), pero necesitan, para empezar, esos 2.000 euros con los que ahora no cuentan. Hace un mes iniciaron una colecta por Internet (lanzanos.com/proyectos/nuriasequeda)y ya han conseguido casi la mitad. Tienen 20 días para obtener el resto.

Alternativas

Julio García. Padre de familia.Tres hijos de 26, 23 y 11 años. En septiembre de 2013 perdió su trabajo como comercial. Durante dos meses y después de siete años de pago religioso dejó de ingresar la cuota a la caja (también rescatada). En total, 1.500 euros (de los cuales 900 eran de capital) que con los intereses han alcanzado ahora los 4.500. «Solo pedimos que se refinancie la cantidad que debemos. Lo podemos pagar, pero poco a poco. Nos piden unas cuotas mensuales de 850 euros que son inviables. Ofrecemos alternativas (como pagar mil euros de una vez y luego ir saldando las cuotas), pero no nos hacen caso, se queja Julio, quien recuerda:«Las personas en paro recibimos la prestación el día 10 y el banco apremia varios días antes. No es lógico que nos cobren intereses por una supuesta demora en el pago cuando aún no hemos ingresado».

Aida Blanco. Su hija compró un piso en 2004, en Cigales, y ella se la avaló por 18.000 euros. «Fuimos engañados». En realidad no firmaba un aval, sino que en el acuerdo de la hipoteca de su hija (préstamo de 105.000 euros)hipotecaron su propia vivienda. «Es decir, dos casas hipotecadas para comprar una sola. Ahora el banco puede sacarlas a subasta y quedarse con las dos viviendas (el 2 de febrero). «Lo que pido es que se queden con la casa de mi hija, pero que no toquen la mía, que ya estaba pagada», suplica. Su hija y su marido han tenido que emigrar, a Bulgaria, para encontrar trabajo.

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El papel de los notarios

Rosa Pérez Castaño. Un caso similar al de Aida. Ella pensaba que simplemente avalaba a su hermano para montar un negocio cuando en realidad estaba hipotecando su piso de Delicias. La empresa no fue bien. El hermano de Rosa no pudo hacer frente a las cuotas y fue ella quién las asumió. Hasta que su pensión dijo hasta aquí. «La caja ejecutó la hipoteca, intentó subastar la vivienda de Rosa dos veces, pero conseguimos suspenderla», explican desde Stop Desahucios. Los bienes hipotecados son la casa de Rosa (tasada en 185.148 euros)y una finca rústica en un polígono (tasada en 470.436), cuando el contrato hipotecario ascendía a 266.000 euros. Fueron 230.000 euros de origen.«Fuimos a renegociarlo y en realidad firmamos otro préstamo encubierto por 36.000». «Solicitamos que se ejecute la finca rústica, que con eso se salde la deude y no se subaste la vivienda de Rosa», dicen en la plataforma. «En el banco me engañaron, pero los notarios tampoco te explican lo que firmas», critica Rosa, uno de los muchos rostros que, más allá de la estadistica, deja el drama de los desahucios en Valladolid.

«Las instituciones han decidido salvar a la banca. La sociedad organizada intenta salvar a sus vecinos». Victoria Hernando es abogada y portavoz de Stop Desahucios, colectivo que asesora y presta ayuda en la actualidad a más de 300 familias amenazadas por un desahucio. «Estamos demostrando que sí se puede, que juntos se consiguen cosas», apunta Hernando. «Cuando vas solo a renegociar tu hipoteca o a buscar soluciones, los bancos te cierran las puertas, no te reciben. Solo te empiezan a hacer caso cuando vas en grupo», dice NuriaMartín. «Lo triste es que se tengan que conseguir las cosas a base de movilizaciones, de encierros, de acampadas frente a entidades bancarias. Yla mayor parte de los problemas de impago no es porque la gente no quiera, sino porque no puede». Un altísimo porcentaje de casos tiene sus orígenes en la pérdida del empleo. Todo iba bien mientras había trabajo. Nómina. O ingresos. La crisis económica ha empujado a millones de personas al paro, a la economía de supervivencia. Y muchos no han podido hacer frente a las deudas contraídas. Con un sueldo no habría problemas, pero sin ingresos... «Y lo peor es que no vemos brotes verdes.Esto no va a ir a mejor». En 2008 hubo 287 lanzamientos hipotecarios. En 2013 fueron 704 (el 145,2%más).

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«Pero se consiguen cosas». Michael García concertó un préstamos hipotecario en 2005 con UCI, por 290.000 euros, para comprar una vivienda en la calle Primo de Rivera. De nuevo el truco del falso aval. La madre de Michael en realidad estaba hipotecando su piso de Amor de Dios. Después de siete años de pago (durante tres, solo intereses, con una cuota de 1.200 euros), debía 284.188. Entraban dos nóminas en el hogar, así que, en principio, no había problemas para afrontar el pago. Pero uno de los dos propietarios falleció. Michael cayó enfermo, incapacidad permanente total, sin empleo. «Gracias a la acampada que hicimos en la calle Santiago, a las movilizaciones, me hicieron caso». Michael logró firmar la dación en pago de la vivienda de Primo de Rivera y se liberó la casa de su madre. ¿Yahora?«Ahora estoy mucho más tranquilo. Vivo de alquiler en La Rondilla».

La presión social también logró una salida para el caso de Yolanda y Javier (y sus hijos de 1 y 4 años). La caja les concedio un crédito por 136.000 euros paa adquirir una vivienda de 50 metros cuadrados en Pilarica (tasada en 204.000). Su cuota mensual rondaba los 600 euros. En seis años entregaron al banco 43.000. Él era albañil. De nuevo el paro. Y sin posibilidad hacer frente al pago de las cuotas. El 26 de diciembre de 2013 consiguió la dación en pago. La caja se quedaba con la vivienda y la deuda se daba por saldada. Ahora viven con la familia.Sin deudas. Porque a veces «sí se puede».

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