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Demetrio Domindo, con sus hijos y nietos.
Traspinedo rinde tributo al oficio de pastor

Traspinedo rinde tributo al oficio de pastor

Organiza una exposición y un emotivo homenaje al vecino Demetrio Domingo

j. f.

Sábado, 22 de noviembre 2014, 12:13

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Ensalzar la figura del pastor y poner en valor la importancia de este oficio tan tradicional del medio rural son los pilares de la exposición Diario de un pastor y el pastoreo que se puede ver en el salón de actos del Ayuntamiento de Traspinedo. La muestra se abrió al público con el merecido y emotivo homenaje a Demetrio Domingo Olmedo, de 83 años, que ha sido pastor en el pueblo durante gran parte de su vida, y ahora son tres de sus hijos los que siguen de muy buena manera con las tareas de criar y cuidar a cerca de mil ovejas.

La exposición (abierta al público los viernes de 17:00 a 19:30 horas, y los sábados, domingos y festivos de 10:00 a 11:45 horas) está compuesta por fotos del vecino homenajeado -que fue obsequiado con una cachaba de madera-, y de la nueva generación de pastores, así como carteles informativos sobre el ordeño, el esquileo o la raza churra, y distintos utensilios del sector como cencerros, albarcas, hondas, lecheras, un medidor de leche, prensas para hacer queso y la propia la lana. En el acto de inauguración Demetrio Domingo recordó que también su padre fue pastor y que su madre y su mujer hacían el queso con la leche de las ovejas.

«Traspinedo llegó a tener doce pastores y cada uno llevaba de noventa a cien ovejas. Yo trabajé en varios sitios y para varias personas, recogí remolacha, cultivé las tierras, fui pastor para otros. A mis 54 años tuve mi propio rebaño. He trabajado con la raza churra, es la más dura, tiene rabo largo y rizado, orejas y hocico negro. Me levantaba bien temprano, a las seis de la mañana porque hay que ordeñarlas y son muchas, llegué a tener unas seiscientas. Luego se sale sobre las nueve al campo para que pasten y estamos muchas horas ya que volvemos sobre las seis de la tarde, y otra vez a ordeñarlas. Esquilábamos a las ovejas en mayo o junio, y ahora no quieren la lana ni regalada», comentó el vecino homenajeado.

Oficios como el de pastor, aunque se han ido adaptando a los tiempos y avances tecnológicos en los procesos y métodos de trabajo, perduran en el tiempo a pesar de que la jornada laboral no tiene horarios de oficina y la ganadería de ovino necesita una atención permanente y cuidado los 365 días del año. La muestra sobre el pastoreo en Traspinedo incide en que las nuevas tendencias sobre la venta de productos alimenticios para el consumo acrecientan la idea ante las nuevas generaciones de niños y jóvenes de que dichos productos y sus procesos de elaboración comienzan y terminan en una gran superficie comercial. Cuando la realidad es que en muchos casos los alimentos que se consumen a diario inician su fase de producción en granjas ubicadas en el medio rural.

Los rediles

En su Diario del pastor Demetrio Domingo recordó además que «a veces metíamos a las ovejas en rediles hechas de madera y nos quedábamos a dormir, pues en Traspinedo no llegó a haber corrales. Los lobos nunca me atacaron a las ovejas, tenía más miedo a los perros silvestres, pues son peores. Cada oveja puede tener dos crías de cada parto. Unas Navidades llegué a matar 62 lechazos», señaló.

A diario cada rebaño de ovejas requiere un mantenimiento, una alimentación seleccionada para procurar una buena producción lechera, cárnica y de elaboración de quesos de calidad. Los pastores a lo largo de los tiempos han transitado con sus rebaños por cañadas, cordeles y veredas de toda España y, sin ellos, no se hubiera podido producir una alimentación básica para la evolución del ser humano con la leche y la carne.

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