Borrar

Podemos y el discurso tuit

No hace tanto, apenas unas elecciones europeas, que la televisión marcaba el tempo y el tiempo de los discursos políticos ahora, los 140 caracteres, mandan

Antonio G. Encinas

Jueves, 20 de noviembre 2014, 12:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No hace tanto, apenas unas elecciones europeas, que la televisión marcaba el tempo y el tiempo de los discursos políticos. Conexión en directo, luz roja, el candidato deja lo que está diciendo y suelta sus treinta segundos de frase estudiada para el informativo nacional. Hoy, a unos meses de comenzar un periplo electoral apasionante por las posibles consecuencias y por los vaticinios que ya circulan, la televisión sigue siendo un factor predominante. El juego político de Podemos-La Sexta contra el omnipresente Pedro 'Sálvame' Sánchez o el intento de control popular de la televisión pública con fichajes de altos cargos nada disimulados.

Pero el discurso, ay, ese es ahora territorio Twitter.

Y Twitter son 140 caracteres. Ni uno más. Sin espacio para reflexiones profundas, sesudas, sobre políticas educativas o económicas.

Es el reino del zurriagazo contundente. No te has dado ni cuenta y ya eres el hazmerreír de los 'trending topics'.

Los asesores de los partidos políticos clásicos ya lo advirtieron hace tiempo. «Miren a Obama, yes he can», el rey del carisma en esto del 'social media', cercano en el ciberespacio. Y cientos de políticos españoles obedientes se lanzaron a crearse una cuenta de Twitter que duró activa durante, aproximadamente, lo que duró la campaña. Eso cuando ellos mismos la manejaban, que en el caso de los líderes, entonces Rajoy y Rubalcaba, apenas se daba una mínima parte de las veces.

Sus mensajes, por otro lado, eran consignas sin alma, programáticamente aburridas y sin apenas interacción con nadie, mucho menos con aquellos que se pueden considerar el voto a conquistar, los indecisos o los partidarios de la oposición. Tuits para ellos mismos. Tú que me votas, este tuit es para ti.

Si el camino es este, Podemos gana.

No solo es un partido nacido de movimientos sociales que tienen una relación simbiótica desde su origen con las redes sociales. Así se movilizaron y así continúan. Es que Podemos ha conseguido concentrar su discurso en un inmenso bucle de tuits ganadores.

En el reino del TT, Podemos ha cambiado las ideas difusas, el «crearemos empleo» teatrero, por un puñetazo de rabia.

Sentimientos, sí. Ideas, cuando llegue el momento. Si acaso. O quizá no. Ya se verá.

Porque Podemos sabe que no le vale con coger votos acá y allá en el devastado lado izquierdo del electorado. Si quiere ganar, y a eso dicen aspirar, necesitan picar por el centro, incluso captar algún derechista decepcionado. Así que el discurso se tiene que centrar, por fuerza, en el «nos» aglutinante contra el «ellos».

Buenos contra malos.

Nosotros contra ellos.

Y es entonces cuando el imberbe Íñigo Errejón sube al escenario de la Feria de Muestras de Valladolid y comienza a lanzar frases que suenan a tuit. Algunas, muy pocas, superan los 200 caracteres. El resto encaja sobradamente en 140.

«Hay que recuperar las instituciones del saqueo, del despojo y la desvergüenza». 77 caracteres.

«Las instituciones han sido secuestradas por tramas de gánster». 61.

«Hay una minoría que se ha colocado por encima de la ley». 58.

«En este país, decir cosas de sentido común es antisistema y radical». 67.

«Ningún país aguanta la sangría permanente a la que nos someten. Se lo están llevando crudo». 90.

«Nos dicen:Hay que trabajar más y cobrar menos. Pues que se apliquen el cuento». 79.

Son ejemplos de entre las más de treinta consignas similares que Víctor Vela, redactor de El Norte, apuntó en su libreta fielmente.

Casi se diría que están pensadas para poder incrustar la etiqueta y la mención a @ierrejon. La tentación es enorme. ¿Cómo no mover esas frases, llenas de reivindicación, de lucha por los derechos de los ciudadanos, de protesta contra la corrupción y el todo vale, por las redes sociales? ¿Cómo no seguir la inercia que nos marcan las tripas, el grito que lidera el hartazgo?

Y sigue el círculo social de la tendencia tuitera haciendo su efecto. Podemos, nosotros, contra la casta, ellos.

Y ellos, mientras, siguen erre que erre en su antigua idea de que cuentan las ideas, el electorado fiel. «¿Qué programa tienen?», preguntan. La respuesta es: «¿Y qué más da?». Los sentimientos no entienden de razones. Se comparten con más facilidad que los argumentos, son más cohesionadores, especialmente si se detecta una injusticia que afecta a muchos, y aquí lo que está en juego son votos. Y no solo los que pueda movilizar cada porción política, sino los de los demás.

Y así, como lanzó Íñigo Errejón a modo de último tuit, como un 'hashtag' electoral, cabe pensar que «¡Claro que se puede!».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios