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Uno de los radares de Arroyo de la Encomienda.
Decathlon recibe cientos de vallisoletanos en su primer día de apertura

Decathlon recibe cientos de vallisoletanos en su primer día de apertura

Los conductores deberán tener cuidado con los seis radares por los que deben pasar al acceder a la tienda

jota de la fuente

Sábado, 15 de noviembre 2014, 09:30

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Decathlon abrió a las nueve en punto de la mañana del viernes su tienda número cien en España. Sin grandes aglomeraciones, desde un primer instante, los vallisoletanos más curiosos por estrenar los 6500 metros cuadrados de la multinacional francesa fueron accediendo a la tienda con mayor comodidad y modernidad de material y artículos deportivos con los que cuenta Decathlon.

Pero algo que puede enturbiar la compra de los vallisoletanos en Decathlon son los seis radares instalados desde hace años en las principales vías de acceso a la tienda inaugurada el viernes. Los seis aparatos chivatos de los excesos de velocidad controlan que la velocidad no sea superior a los 50 kilómetros por hora, aunque saltan con margen suficiente por encima de esa velocidad, cumpliendo la normativa en vigor y el porcentaje de error de los cinemómetro. Todo aquel que exceda esa velocidad a su paso por ellos, recibirá pocos días después la pertinente notificación del Ayuntamiento de Arroyo con la sanción impuesta. No es ninguna novedad, porque ya existen en Arroyo desde hace varios años, pero sí son una realidad.

De los seis radares de Arroyo, tan solo funcionan y denuncian cuatro, que son las cajas interiores de las que dispone el Ayuntamiento. La ubicación de las cuatro cajas es aleatoria y rotatoria, aunque los cuatro que a día de hoy están en funcionamiento se ubican en la Avenida de Salamanca -dos- y en la Avenida de Aranzana -otros dos-. Existen dos más, uno antes y otro después, en ambos sentidos de la marcha, en las inmediaciones de la conocida como rotonda de las holas, justo en la entrada del Decathlon, frente al Hotel La Vega. En cualquier momento pueden pasar a funcionar. Basta con que uno de los técnicos cambie la caja interior para que comiencen a detectar y fotografiar vehículos con exceso de velocidad.

Así pues, la compra puede llegar acompañada de dos recetas, una a la ida y otra a la vuelta, encareciendo el precio del producto. Para quien sea más curioso, los radares activos de Arroyo pueden ser controlados fácilmente de una forma visual. Aquellos que presentan una luz anaranjada en la ventana inferior rectangular son los que están operativos. Se trata de una resistencia de ese color que mantiene alerta al flash, a modo de calentador, para disparar en cuanto se detecta el exceso de velocidad.

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