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Alba San José, junto a su madre, muestra varias de sus creaciones.

La peluquera de Valladolid que pelea por trofeos en Europa

La joven Alba San José lleva sus creaciones a torneos internacionales desde la calle Gabriel y Galán, con negocios que se preparan para el Día de Todos los Santos

Víctor Vela

Lunes, 27 de octubre 2014, 17:38

Merche Lorenzo, con sus atrevidas mechas rosas en el pelo, recuerda aquellas tardes de sábado en las que su hija Alba San José, un retaco por entonces, se colaba en la peluquería que tenía en la calle Doce de Octubre. «Venía, miraba... y aprendía». Alba tuvo buena maestra. «Yo le dije, si quieres ser peluquera, tienes que ser la mejor peluquera». Y en eso está Alba. Sacándole partido a una inmejorable mano para el peine, una gran destreza con las tijeras, una imaginación desbordante para hacer virguerías con flequillos y melenas. Su oficio le ha aupado al podio en los campeonatos europeos de peluquería que organiza la firma Wella. Fue medalla de bronce en la competición celebrada en Praga. No quedó en primera posición por los pelos (nunca mejor dicho). Y ahora, desde la peluquería Meyal que madre e hija tienen en la calle Gabriel yGalán se prepara para participar en una nueva edición del concurso. Ya tiene varias ideas. Y algunas de ellas pueden verse por las calles de Valladolid, en las cabezas de clientas que se atreven con las rompedoras propuestas de Alba. «Esta temporada, en el pelo como en la ropa, se llevan los tonos pastel: rosa, verde. Y las ondulaciones desde medio rostro». Eso sí, madre e hija reconocen que las mujeres suelen ser mucho más tradicionales.«Como se encuentren bien con un peinado son poco dadas a cambiarlo. Los chicos (jóvenes) suelen ser más atrevidos: planchas, mucho color. Prueban y, si no les gusta, al mes siguiente se lo cambian», dicen estas campeonas de la peluquería.

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Hay un triunfador más en la acera. David Heredero. Cocinero.Su madre Milagros le animó a ponerse el delantal. Dice que tenía buena mano para el arroz con leche y la leche frita. Comenzó a formarse en la adolescencia y desde entonces ha paseado su arte en los fogones por restaurantes de Segovia, de Madrid, de Barcelona o Cartagena. Dio el salto al otro lado del Atlántico y trabajó en Miami, en un restaurante con el apoyo de la Junta, de Excal, donde servía productos castellanos y leoneses. Esa ruta por ollas y pucheros de varias ciudades le llevó quince años, hasta que hace unos meses decidió volver a Valladolid. Ymontar un nuevo negocio de aceitunas y encurtidos.Se llama DeVerdeo. Dice el diccionario que verdeo es la recolección de las aceitunas antes de que maduren para consumirlas después de aderezadas o encurtidas. David aprovecha sus conocimientos en cocina para preparar los productos (brochetas, pinchos, salpicones, escabechados) que ofrece en una tienda que ahora se abre a nuevos productos de la comunidad, como jamones.

¿Ha entrado hambre por hablar de comida? Al otro lado del río (aunque la calle sigue siendo la misma) está el Mesón Esgueva, clasicazo del barrio. Juan Carlos Herreras comenzó como camarero en el local. Estuvo así dos años y hace 19 le surgió la oportunidad de coger las riendas. Ofrece menús diarios (ocho euros) y comidas especiales: pinchos de lechazo, cochinillo asado... y el bacalao con tomate como plato estrella. La culpa la tiene el boca a oreja. Un día se acercaron a comer los integrantes del centro de personas mayores de Pilarica y, de todo lo que había en la carta, eligieron el bacalao con tomate. Un plato de tantos leído en el menú. Pero gustó. Y mucho. Yse corrió la voz. Y hasta el Esgueva se acercaron grupos y más grupos dispuestos a probar el delicioso bacalao con tomate que prepara Juan Carlos y su hermana María del Carmen.

El postre lo sirven en El Obrador, la pastelería que hace 34 años abrió Antonio Aguado. Ahora el horno lo tienen en la calle Pérez Galdós (allí también hay tienda), pero mantienen este despacho que atiende Feli González. Y sí, estamos en plena época de buñuelos. Aquí ya los tienen en el mostrador. De crema, de nata. También de chocolate. «Todavía recuerdo cuando los hacíamos justo para la víspera y el día de todos los Santos. Se estaba toda la noche preparándolos». Ahora cada vez hay que ofrecerlos antes. El cliente lo reclama. «Desde mediados de octubre ya nos los pedían. Incluso hay gente que los busca en cualquier época del año», apunta la dependienta de esta confitería que vive ahora, con motivo del 1 de noviembre, un pico de actividad.

También hay más trasiego en la floristería que Nines Benito regenta desde hace 20 años, con la ayuda de su hija Soraya Arias, quien además abre por estas fechas un puesto junto al cementerio del Carmen. Son los días de más jaleo en el sector. Noches en vela para preparar los centros y los ramos con los que honrar a los difuntos. Sobre todo clavel rojo, margarita, también crisantemos. «Son flores españolas, de Lucena (Sevilla), de Murcia. Yes un poco triste ver cómo se pierde la tradición de llevar flores a los seres queridos y sufrir que los bazares vengan, saquen fotos a tus creaciones, y luego las falsifiquen con plástico y flores de mala calidad», apuntan las floristas de la calle Gabriel y Galán.

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