Simancas paga a sus proveedores a los 67 días frente a los 560 de hace un año
El Ayuntamiento prevé congelar los impuestos y reducir la presión fiscal para el próximo ejercicio
j. hernando
Sábado, 27 de septiembre 2014, 19:38
El Ayuntamiento de Simancas aprobó, en el último pleno municipal, la Cuenta General del ejercicio 2013. Para el alcalde de la villa, Miguel Rodríguez (PP), las cifras, que serán remitidas al Tribunal de Cuentas, les permiten ser optimistas, «porque estamos cumpliendo con todas las obligaciones legales, salvo el pago a proveedores». Este apartado se debe amortizar a 30 días, si bien Rodríguez subrayó que se está pagando a 67, frente a los 560 del pasado año. Actualmente se está abonando el mes de julio, a una media de 100.000 euros mensuales.
Respecto al techo de deuda, que no puede sobrepasar el 75% de los recursos corrientes, el 2013 se cierra con el 62%, y para 2014 se vaticina el 50%. Otro de los capítulos de las cuentas municipales del 2013 es el remanente de tesorería que, en el caso de Simancas, es positivo, y llega a los 840.432 euros.
Con estos datos el equipo de Gobierno del PP se marca como objetivos para 2015 seguir prestando servicios a los ciudadanos, así como congelar impuestos, reducir la presión fiscal, y disminuir progresivamente la deuda el próximo año, en el que se renovará el Ayuntamiento con la convocatoria de elecciones.
La oposición
El PSOE, aunque votó favorablemente al expediente, basó su postura crítica en la deuda a largo plazo de casi 2,7 millones de euros, a la que añadió los 800.000 euros a corto plazo, «el total del presupuesto de 2013», según palabras de la portavoz socialista, Elena Sanz: «Deuda generada por ustedes, con su falta de proyecto político, con su pésima gestión económica, con sus irregularidades y con su falta de ilusión para gobernar, han llevado a Simancas a la asfixia económica más absoluta».
Desde el segundo grupo de la oposición, UPyD, que votó en contra de las cuentas de 2013, el portavoz, Pedro Bardisa, dijo que se trataba de un debate «descafeinado por la demora en realizarse», y censuró que la «buena gestión económica sea a costa de los vecinos, con una subida de la presión fiscal del 7% ese año, pasando de 520 a 557 euros por habitante, y además con unos servicios deficitarios».