Los padres piden más y mejores ayudas con los libros

Todo lo que se haga con los libros de texto sabe a poco. Es el gran desembolso de cada año, y los padres piden que se haga lo posible por paliar ese gasto. Si la Junta pidió a los centros que mantuvieran los libros en este primer año de implantación de la Lomce, exponiéndose a las quejas de los editores, y garantizó la continuidad del programa Releo, los padres aún piden un poco más.

«El año pasado el programa Releo no funcionó todo lo bien que debiera porque el dinero no llegó a tiempo», explica María José Gómez, que espera que esta vez todo vaya más acorde con el ritmo de las necesidades de las familias. «Hace falta un programa que funcione de verdad, y se necesita inversión, renovar los fondos de libros, y también información. Este curso ha salido antes y hemos intentado hacer llegar la información a todos los centros y aún así ha habido directores con muchas dudas. Y cuando llegue septiembre, que los fondos estén disponibles para que los centros recojan los libros solicitados».

Según FAPAVA, las recientes declaraciones del director general de Política Educativa, Fernando Sánchez Pascuala, permiten inferir que «se ha bajado el presupuesto de 900.000 euros a 700.000 euros» para este programa de reutilización de libros de texto. «Esperemos que sea la totalidad de lo que se ha solicitado a los centros. Y que lleguen los fondos a tiempo», explica María José Gómez. Y es que algunos centros han decidido cambiar los libros para amoldarse a los matices que introduce la Lomce, lo que puede haber influido en las peticiones de los centros escolares en este sentido.

FAPAVA propone que esos 200.000 euros de menos en el presupuesto del programa Releo «se incrementen en las ayudas a los libros de texto».

En la federación de asociaciones de padres y madres de alumnos desconfían de este inicio de curso con tantas novedades precipitadas. «La desorganización en los centros va a ser grande, para organizar asignaturas, grupos...», advierte María José Gómez, que añade que «los padres se han encontrado sin respuestas en los propios centros. «Acabamos con mucha incertidumbre, porque ni los centros nos podían contar nada, porque los currículos no se habían terminado, y empezamos igual».