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Sepultura megalítica de Los Zumacales. J. H.
El sepulcro abandonado

El sepulcro abandonado

La sepultura megalítica del 5.500 A. C. es una de las cinco zonas arqueológicas de Valladolid pendiente de su declaración como Bien de Interés Cultural

javier hernando

Lunes, 11 de agosto 2014, 11:41

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La Dirección General del Patrimonio Cultural, a través de la página web de la Junta de Castilla y León, recoge que cinco zonas arqueológicas de la provincia de Valladolid están pendientes de ser declaradas como Bien de Interés Cultural (BIC). Entre ellas, el sepulcro megalítico de Los Zumacales, uno de los descubrimientos arqueológicos de mayor relevancia de la provincia, según apuntó en mayo de este año el catedrático de Arqueología Germán Delibes, dentro del ciclo La Historia de la Provincia de Valladolid.

Un evento organizado por El Norte de Castilla para conmemorar el 160 aniversario: «El dolmen de los Zumacales, del 5.500 A . C., es un yacimiento funerario que demuestra que, ya en el primer Neolítico, el vallisoletano dejó de ser cazador y recolector para dedicarse a la agricultura», apuntó entonces Delibes. El arqueólogo vinculó la existencia de este panteón familiar a la propiedad de la tierra. Los dólmenes se situaban en lugares visibles desde los que se dominaba el territorio de cultivo «y constituían la mejor escritura de propiedad de un territorio».

Las otras cuatro zonas pendientes de resolución favorable en nuestra provincia son el yacimiento La Ermita-Las Arenas, en Cabezón de Pisuerga; el yacimiento romano de Las Calaveras, en Renedo de Esgueva; y la Villa romana del Prado y el yacimiento del Soto de Medinilla, ambos en Valladolid capital. En el resto de la comunidad, otras nueve zonas esperan su declaración como BIC: dos en Ávila, León y Soria; y una en Burgos, Segovia y Zamora.

Pese a la importancia de este hallazgo, un paseo por la zona muestra al incrédulo visitante el estado de abandono en el que se encuentra, con algunas de sus piedras desplazadas por la mano del hombre de su original ubicación, en la ladera anexa, desde hace ya varios años. El sepulcro sigue a la espera desde hace más de tres décadas y en la actualidad es competencia de la consejería de Cultura y Turismo, para ser declarado Bien de Interés Cultural.

El 21 de abril de 1983, el Boletín Oficial del Estado (BOE), publicaba una resolución de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos, con fecha del 24 de febrero de 1983, que informaba del acuerdo sobre la incoación del expediente para declarar monumento histórico-artístico al sepulcro. Años más tarde, en el BOCYL de 22 de abril de 2010, se publicaba una información sobre la tramitación del expediente de declaración del Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, para la presentación en su momento de posibles alegaciones a la pretendida declaración.

Unos días después, el 26 de abril de 2010, la comisión de Cultura y Turismo de las Cortes de Castilla y León debatió una proposición no de ley del Partido Socialista, con el objetivo de instar a la Junta la agilización de los trámites necesarios para declarar Bienes de Interés Cultural a las cinco zonas arqueológicas de la provincia de Valladolid referidas. La proposición fue rechazada con diez votos en contra y seis a favor.

El yacimiento arqueológico, localizado en la región central de la provincia de Valladolid, está situado a unos 1.700 metros al noreste del municipio de Simancas. En concreto, el monumento se emplaza en plena transición entre la campiña arenosa del valle del Pisuerga al sur y el reborde meridional de la estructura caliza de los Montes Torozos. Se trata de un emplazamiento a 740 metros de altitud, elevada unos 60 metros sobre el valle inmediato, de amplio dominio visual sobre el espacio circundante, y en especial, sobre la confluencia de los ríos Duero y Pisuerga.

Los Zumacales es un sepulcro megalítico de corredor, objeto de campañas de excavación en los años 1982, 1989 y 1990, a través de las cuales se ha podido documentar tanto su secuencia de uso como sus características constructivas y los elementos materiales implicados en los rituales funerarios celebrados en él. Consta de una cámara central, un pasillo o corredor y un túmulo terrero que envuelve y monumentaliza la estructura interna. El sepulcro de corredor de Los Zumacales constituye un testimonio único junto al túmulo de Villanueva de los Caballeros de las manifestaciones funerarias en la provincia de Valladolid, si bien la Junta lo atribuye al Neolítico de finales del IV milenio A.C. El área ocupa 1.820 metros cuadrados, y se circunscribe al terreno definido por la arquitectura megalítica y su marco inmediato.

El entorno de protección se extiende por 7,66 hectáreas. Su excavación ha permitido reconocer el mantenimiento en la memoria colectiva de los primeros grupos campesinos de ciertos lugares emblemáticos, que fueron inicialmente ocupados de manera eventual, para posteriormente ser monumentalizados mediante arquitecturas megalíticas, como verdaderas marcas permanentes en el paisaje.

Leyes

La zona está presidida por un gran cartel que anuncia el sepulcro de Corredor, y apela a la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español para su protección. En base a la ley se podría afirmar que el yacimientos está expoliado: «A los efectos de la presente Ley se entiende por expoliación toda acción u omisión que ponga en peligro de pérdida o destrucción todos o alguno de los valores de los bienes que integran el Patrimonio Histórico Español».

Este mismo apartado indica que «la Administración del Estado, con independencia de las competencias que correspondan a las Comunidades Autónomas, podrá interesar del Departamento competente del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma correspondiente, la adopción con urgencia de las medidas conducentes a evitar la expoliación». Más adelante, el artículo séptimo de la ley, establece que «los Ayuntamientos cooperarán con los Organismos competentes para la ejecución de esta Ley en la conservación y custodia del Patrimonio Histórico Español comprendido en su término municipal, adoptando las medidas oportunas para evitar su deterioro, pérdida o destrucción». Visto el dolmen, ni unos ni otros han ejercido su responsabilidad.

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