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Construcción del puente de Arturo Eyries

El frustrado sueño de una magnífica ciudad-jardín

Anunciado el 24 de julio de 1964, «Vista Verde» pretendía hacer de Valladolid una moderna ciudad europea; actualmente es el Polígono Arturo Eyries

Enrique Berzal

Jueves, 24 de julio 2014, 11:55

El anuncio no podía ser más impactante: «Valladolid contará pronto con una magnífica ciudad-jardín». Apareció en portada en El Norte de Castilla el 24 de julio de 1964, junto a una quinta página que semejaba el remate espectacular a aquella década de desarrollo económico y prosperidad.

No era para menos. La aprobación del Polo de Desarrollo Industrial y la pujanza económica que empezaba a notarse en la ciudad alentaron grandiosos proyectos urbanísticos que apuntaban al horizonte inmediato de la modernidad europea. Así presentó el Ayuntamiento vallisoletano, hace hoy 50 años, el proyecto residencial «Vista Verde», una suerte de paraíso para las clases medias beneficiadas por el desarrollo económico de la época.

Cuando Santiago López González, alcalde de Valladolid en aquel momento, lo anunció en el pleno del Ayuntamiento, todo fueron parabienes. Situada en la llamada finca «El Palero», en la margen derecha el río Pisuerga, opuesta por tanto al barrio del 4 de Marzo, la proyectada Unidad Residencial «Vista Verde» abarcaría un total de 37,56 hectáreas de terreno con chalets, jardines, iglesia, colegios y centros comerciales.

Era la consecuencia del desarrollo económico de los 60. «El capital extranjero se ha interesado y ha adquirido ya los terrenos en proporción de un 50 por 100 por parte francosuiza, y otro 50 por 100 de capital español, en cifra que asciende a los 600 millones de pesetas. Un puente enlazará la ciudad-jardín con el 4 de Marzo, es decir, que la nueva ciudad satélite queda dentro del casco urbano», señalaba el primer edil.

Ciudad europea

El Plan, presentado con más detalle en el mes de septiembre, pretendía avanzar en la incorporación a la ciudad del río Pisuerga mediante la construcción del actual Puente del Doctor Quemada o Arturo Eyries, pero también permitir la descongestión del centro urbano por medio de unidades residenciales con amplias zonas verdes; de esta forma, los residentes disfrutarían de «una existencia placentera, lejos del tráfico ciudadano, sin necesidad de alejarse excesivamente del centro ().Valladolid, de este modo, adquiere auténtica fisonomía de población europea y de moderno núcleo urbano», aseguraba El Norte de Castilla.

Incluso se aportaban datos más precisos: la «magnífica ciudad-jardín» albergaría a cerca de 14.000 vallisoletanos en 3.400 viviendas, dispondría de una iglesia con capacidad para 1.000 fieles, colegios para 1.700 niños y zonas verdes que ocuparían el 62,67 % de la superficie total.

¿Pero quiénes eran los artífices de tamaño proyecto? Según la documentación depositada en el Archivo Histórico Provincial de Valladolid, la Sociedad «Vista Verde, S.A.», constituida formalmente en Madrid, el 31 de mayo de 1965, con objeto de construir viviendas de renta limitada o de protección estatal más las operaciones con ello relacionadas, la formaban Juan José Fernández Zumel, María Cruz de Jesús Fernández Zumel y Mariano Fernández Zumel en nombre de los propietarios de los terrenos, el archiduque de Austria, el industrial Saleh Haron Sohet, el financiero Beat Gastón Notz y el abogado Federico Silva Muñoz, el mismo que en 1967 sería nombrado ministro de Obras Públicas.

Los dueños de los terrenos, los citados Juan José, Mariano y María Cruz de Jesús Fernández Zumel, Ángel José Emilio y Pedro Caño Fernández, y María Concepción Tapia Guevara, esposa de Mariano Fernández Zumel, habían segregado 375.600 m² para venderlos a Vista Verde S.A. como título de aportación a la sociedad creada, por un valor de 40.000.000 pesetas.

El 23 de mayo de 1966, una vez aprobado el proyecto por el Ayuntamiento vallisoletano, el Ministerio de la Vivienda hizo lo propio con el pertinente Plan Parcial, que fijaba en un año el plazo para que la Sociedad diera comienzo a la ejecución del Plan y a la construcción del 25 % de las edificaciones previstas, y en cinco años la finalización de la ejecución y la construcción de la totalidad de las edificaciones proyectadas.

Dos años después, concretamente en abril de 1968, El Norte de Castilla volvía a desplegar los parabienes de la nueva zona residencial asegurando, además, que su urbanización estaba totalmente terminada. Destacaban las amplias avenidas jalonadas con farolas y, por supuesto, las numerosas zonas verdes. Habían hecho falta tres años de estudio y preparación del proyecto y uno de construcción. Además, la edificación en «Vista Verde» se beneficiaría de importantes ventajas tributarias, entre ellas, un periodo de 30 años de reducción de contribución urbana.

Incumplimiento

Pero en el fondo, no todo era tan idílico. En 1971, la empresa, incapaz de cumplir los plazos fijados en el plan parcial de mayo de 1966, solicitó una ampliación de los mismos, que el Ministerio no aceptó. Comenzaron entonces las negociaciones y en el mes de octubre, ambas partes, Sociedad «Vista Verde, S.A.» y Ministerio, acordaron la adquisición, por este último, de dicha urbanización.

La escritura de compra-venta, fechada el 23 de diciembre, establecía la compra de 349.783,95 metros cuadrados de suelo por el Instituto Nacional de la Vivienda, por un importe total de 176.138.249 pesetas, de las que aquel se reservaba 37.400.000 hasta que la sociedad cumpliera la condición de entregar las obras de urbanización de la finca a favor del Ayuntamiento de Valladolid conforme el proyecto aprobado por el Consistorio en septiembre de 1965.

Una condición que tampoco pudo cumplir la empresa, por lo que, para que el Instituto Nacional de la Vivienda pudiera disponer de los terrenos, le encargó la valoración de dichas obras; éstas ascendían a 5.860.000 pesetas, cantidad que se descontó de las 37.400.000 adeudadas.

En 1973, el INV presentó al Ayuntamiento una propuesta de ordenación de los terrenos como «Plan Parcial Ciudad Jardín Arturo Eyries», que ocpaba 37 hectáreas e incluía un total de 1.850 viviendas en lugar de las 3.400 proyectadas en un principio, en bloques de 4, 8 y 10 plantas; el nuevo plan de ordenación preveía una población residente de 7.400 personas.

El polígono se edificó entre 1972 y 1982 con un 50 % de viviendas de protección pública, encargadas a la Delegación Nacional de Sindicatos a través de la Obra Sindical del Hogar. El resto de parcelas se vendió a promotores privados, que desarrollaron su actividad entre 1976 y 1982. La parte norte se ocuparía veinte años más tarde a través del plan parcial El Palero. Fue en 1969, coincidiendo con la finalización del proyectado puente sobre el Pisuerga, llamado entonces de la División Azul, cuando el Ayuntamiento decidió poner a la calles el nombre de las repúblicas americanas.

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