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Edificio rehabilitado en la esquina de las calles Lonja y Alarcón.
Cuatro edificios del casco antiguo salen del quirófano

Cuatro edificios del casco antiguo salen del quirófano

La retirada de los andamios de inmuebles catalogados en Valladolid deja ver el resultado de años de rehabilitación

J. Sanz

Martes, 24 de junio 2014, 16:47

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Los andamios casi formaban parte ya del paisaje urbano del casco histórico de la ciudad. Un sinfín de edificios emblemáticos del centro llevaban lustros al borde de la ruina o cubiertos por complejas estructuras de hierros y trampantojos. La crisis del ladrillo, además, retrasó posibles intervenciones en ellos, si bien precisamente el parón en la construcción y las ayudas a la rehabilitación de bloques antiguos han permitido que algunos de ellos hayan comenzado en las últimas semanas a salir del quirófano urbanístico en el que llevaban inmersos, incluso, lustros.

La progresiva retirada de los andamios de cuatro de estos veteranos inmuebles, en su mayoría centenarios, dejan entrever por fin sus remozadas fachadas al completo, como en el caso del edificio que hace chaflán entre las calles Lonja y Alarcón sus bajos acogían la cerrada tienda de La Oca, reconvertida hoy en una clínica dental, o de manera parcial, como en los bloques de Banesto, en la esquina de Duque de la Victoria y Constitución; el edificio que acogía en sus bajos la histórica sede de El Paraíso del Plástico reubicada ahora en la cercana calle San Felipe, entre Teresa Gil y Regalado, y el eterno bloque en obras que recibía a los peatones que accedían a la Plaza Mayor, entre las calles Ferrari y Duque de la Victoria, cuyo mecano de hierros llegaba hasta la calzada.

Los cuatro muestran por fin el resultado de años de obras y lucen colores de lo más variopintos en sus fachadas protegidas, como el amarillo chillón del edificio de El Paraíso del Plástico y Casa Juanito, el marrón del que albergaba La Oca o el rojo habitual del inmueble de la calle Ferrari, que cierra por fin la fila de los soportales de la Plaza Mayor, acompañado de un marrón suave por la cara que da a Duque de la Victoria. Mención aparte merece el edificio de las oficinas de Banesto, situado unos metros más arriba de esta última vía, y con vuelta a la calle Constitución. El mal estado de su fachada obligó a acordonarlo hace un año al perder parte de sus grecas decorativas y sufrir desprendimientos de cascotes de sus balcones. Hoy muestra por fin el resultado de la rehabilitación del lado de Duque de la Victoria. El reloj que corona la esquina, sin embargo, continúa parado.

Así que el casco histórico, en el que aún continúan muchos edificios cubiertos por andamios véase el de la esquina de Pasión y Santa Ana o la eterna Villa Julia de Zúñiga, comienza, al menos, a levantar cabeza después de años en coma urbanístico.

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