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El agente de Medioambiente observa con un bombero el estado de uno de los polluelos.
Retiran un nido de cigüeña de la iglesia de Quintanilla

Retiran un nido de cigüeña de la iglesia de Quintanilla

Situado en la vertical de la entrada, su presencia era un peligro para la seguridad de feligreses y visitantes

Agapito Ojosnegros

Viernes, 30 de mayo 2014, 17:33

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Es sabido que las cigüeñas son unas auténticas y eficientes albañiles, pues los nidos que levantan en las atalayas más altas de cualquier localidad son sólidas construcciones que llegan a pesar varios cientos de kilos a base de ir añadiendo principalmente barro y ramas. Con ambos elementos, entre otros, confeccionan una urdimbre arquitectónica de tal envergadura que es capaz de producir importantes daños en las techumbres de muchos monumentos y, también, puede suponer un riesgo para los viandantes ante posibles desprendimientos.

Para evitar esto segundo este viernes se desmanteló de la iglesia de San Millán, de Quintanilla de Onésimo, el nido que una de las cigüeñas que ha anidado en la localidad había construido en lo alto de la espadaña, justamente en la vertical de la puerta de entrada al templo aprovechando la cruz allí instalada para consolidar su obra. Al estar la morada del ave justamente al borde de la fachada principal, desde el Ayuntamiento se consideró oportuna su retirada ante el peligro que esto suponía, pues se había producido algún desplome a la vía pública. Asimismo, el acceso a la parroquia se ensuciaba constantemente con los excrementos de los tres animales que habitaban a 20 metros del suelo: una hembra adulta y dos polluelos de unos dos meses de vida. Las dos crías fueron recogidas cuidadosamente por un agente medioambiental para ser trasladadas al Centro de Rehabilitación de Animales Silvestres (CRAS), ubicado en la Cañada Real, en Valladolid. Allí recibirán los cuidados necesarios y una vez alcanzada la edad y autonomía pertinente serán puestos de nuevo en libertad.

De reducir el nido a escombros se ocuparon los Bomberos del Parque de Peñafiel, quienes se trasladaron hasta Quintanilla de Onésimo con un camión escala, el cual fue utilizado también para coger los cigoñinos una vez adoptadas todas las medidas de seguridad de los hombres participantes en estas tareas. Según la estimación de estos profesionales, la masa compacta de ramas, tierra, paja, plásticos e incluso papel de periódico, con lo que la cigüeña había erigido su hogar pesaría unos 300 kilos. Por lo visto este tipo de trabajos por parte de los bomberos es bastante frecuente en la provincia. En Quintanilla no es la primera vez que actúan y hace unos meses retiraron hasta once nidos de cigüeña de una vez en Santovenia de Pisuerga. Contrariamente al tópico que dibujan películas o dibujos animados, los bomberos peñafielense tan solo han sido reclamados para bajar un gato de un árbol en los últimos años. Más frecuente, como se citaba, es la tarea realizada en Quintanilla de Onésimo así como el rescate de corzos en canales de riego. En una ocasión tuvieron que rescatar un buitre de un pozo al que descendió para alimentarse de una animal muerto.

El edil del municipio, Félix Redondo, explicó ayer que por seguridad de los vecinos había que retirar el nido. Hemos tramitado la solicitud a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, respetando escrupulosamente la legalidad y respetando a los animales en cuestión. De igual forma indicó que suponía un deterioro de la zona el constante vertido de residuos de los animales.

Para evitar que se produzca un nuevo anidamiento se procedió a colocar en la espadaña, por parte de dos miembros de los Bomberos peñafielenses, una fina tela metálica. De hecho, el ave adulta que echó a volar en cuanto comenzó a desarrollarse la operación, mientras se colocaba el obstáculo metálico, llegó a sobrevolar la zona con ramas en el pico y poco después incluso se posó sobre la misma espadaña.

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