El inquilino de un bar de Delicias desvalija el local justo antes de su desahucio por impago
Los vecinos llegaron a avisar a la Policía al ver al hostelero sacar máquinas y mobiliario durante la madrugada anterior al desalojo
J. Sanz
Viernes, 30 de mayo 2014, 10:11
El inquilino que cogió el traspaso de un bar de Delicias hace un año, y que apenas mantuvo abierto el negocio seis meses, fue desahuciado el pasado martes del local situado en la esquina de las calles Canterac y San José de Calasanz por el impago del alquiler debía el último medio año. Lo llamativo del caso, al margen de tratarse de un episodio habitual en tiempos de crisis de un negocio que sale mal, es que los agentes que acudieron a ejecutar el desalojo se encontraron con el interior del local literalmente vacío.
Los hechos ocurrieron a las diez de la mañana en el ya desaparecido bar El Pucherito, que así se llamaba, cuando acudió la comisión judicial y los policías municipales a llevar a cabo el anunciado desahucio por el impago de la renta por parte del inquilino desde que cerró en diciembre, seis meses después de abrir.
Cuando entraron al local se encontraron con que en su interior «apenas había dejado la barra, y porque no pudo llevársela, y cuatro botellas medio vacías». El arrendatario se había llevado la máquina de hacer hielos, la cafetera, el lavavajillas, el grifo y los barriles de cerveza e, incluso, había arrancado los extractores del aire acondicionado y algunos plafones del techo, además de coger el mobiliario mesas, sillas y taburetes del interior y de parte de la terraza o el toldo del exterior.
Nada de esto, según señaló el propietario del local a los agentes, era suyo. Así que a la deuda contraída por el impago de seis meses de alquiler se sumó el martes el robo de cientos de euros en máquinas y mobiliario del interior del antiguo bar.
«Podía tener algunas cosas suyas, como vajillas, bebidas y demás, pero el equipamiento del bar era del establecimiento», señaló el propietario a los policías que acudieron al local el martes por la mañana. Pero la aparatosa mudanza del inquilino, que tuvo lugar durante las horas previas a la ejecución del desahucio, ya había llamado la atención de los vecinos del entorno, que llegaron a avisar al 091-092 la noche anterior (22:45 horas) al creer que se trataba de un robo al uso. Los agentes, sin embargo, no intervinieron al identificarse el hostelero como el responsable, que lo era, del negocio.
«Estuvo sacando cosas hasta las ocho de la mañana», confirmaron después los testigos. El local, con la cerradura y el candado cambiados, permanece ahora cerrado a la espera de un hostelero que quiera reabrirlo.