El Barça humilla de nuevo al Madrid
Los blancos, negados ante la exhibición de un rival demoledor, sólo resistieron el primer cuarto
AMADOR GÓMEZ
Lunes, 22 de febrero 2010, 10:44
Para acercarse a un solo título del Real Madrid en la historia de la Copa y confirmar su condición de que es ahora el mejor equipo de Europa, el Barça humilló de nuevo a su eterno rival con una exhibición de baloncesto. En el momento de la verdad, cuando se demuestra lo que vale cada uno, se juntó el mejor Barcelona con el peor Real Madrid. El poderosísimo equipo azulgrana con un decepcionante y triste conjunto blanco que sólo le duró el primer cuarto al que era indiscutible favorito a proclamarse campeón. El resto fue una auténtica lección que nunca olvidará el Madrid, cuya maldición continúa en un torneo que no gana desde hace 17 años.
El Madrid (nueve puntos en el segundo cuarto y 25 al descanso) fue flor de un día ante el Baskonia y todo lo que prometía el duelo definitivo por el título muy pronto se diluyó. En realidad no hubo final. Sólo un Barça arrollador, una apisonadora, y un Madrid anulado al que le resultó imposible hacer frente a la espectacular defensa azulgrana. A un Barça inmenso. El Madrid se fue al descanso, cuando el título ya estaba decidido, con sólo siete tiros de campo acertados, ¡de 25 intentos! en 20 minutos. Y no es excusa para el Madrid el cansancio por tres partidos consecutivos, porque la final estaba ya vista para sentencia en sólo 20 minutos. El Barcelona funcionó como un martillo, sin alardes maravillosos antes del descanso, pero con una eficacia asombrosa, y con su trabajo defensivo, en individual y en zona, barrió de la pista a un Madrid que tenía hambre de gloria pero que volvió a fracasar el día decisivo. Víctima de un Barça demoledor, enorme como equipo, aunque el 'MVP' fue con merecimiento para Fran Vázquez, máximo anotador de la final (cinco canastas de cinco intentos) e imparable en la pintura, con cuatro mates para hacer más daño todavía al Madrid.
También quedó el subcampeón en ridículo con un porcentaje de tiro nefasto al descanso: el 31% en tiros de dos y el 22% en triples.
Las muñecas blancas temblaron cuando eran más necesarias. Estaba claro que el Barça estaba regulando en esta Copa para dar el golpe más contundente en la final, al odiado enemigo, que mejoró algo sus números y no se despidió con una diferencia aún más amplia porque el Barça se lo permitió en un último parcial. Ya había hecho demasiada sangre hasta alcanzar una máxima diferencia de 28 (62-34), con el Madrid desbordado por el espectacular despliegue ofensivo y defensivo de los azulgrana.
No fue necesario que Ricky o Navarro deslumbrasen en la final. Aparte de Vázquez, se confiaba en ellos si la final se ponía fea, pero la máquina azulgrana se puso a carburar desde el principio, maniató con su defensa a los mejores jugadores madridistas, y se acabó el Madrid. Se tiró hasta siete minutos y medio en el segundo periodo sin anotar ni una canasta de dos, mientras el Barça iba abriendo una brecha descomunal, con Ricky en pista pero también sin él. Mickeal se comió a Jaric, los pívots azulgrana a Reyes, Velickovic y Lavrinovic, y el Barça jugó como quiso. Defendiendo al límite, el Madrid a veces no se atrevía ni a tirar, porque enfrente tenía a un equipo entregado a la causa en el que también tiene mucho mérito Xavi Pascual, el técnico más joven en conquistar una Copa . Al descanso el Madrid había perdido 10 balones, cegado, inquieto, impreciso, sin saber cómo hincar el diente a una roca y sufriendo atrás ante la velocidad azulgrana y la intensidad de Vázquez y Morris.
Con un solo equipo en la pista, la final estaba sentenciada al descanso, pero el recital continuó porque el Barça no aflojó el ritmo y Ricky volvió para dirigir la orquesta que también se sobrepuso de su malísimo porcentaje en el tiro. Al Madrid, le ocurrió todo lo contrario, cuando había estado certero en días anteriores. Será porque el Barça le tiene comida la moral.