El Villaralbo y el Tordesillas sellan un justo y disputado empate plagado de ocasiones
EL NORTE
Lunes, 22 de febrero 2010, 01:59
Los partidos entre el GCE Villaralbo y el Atlético Tordesillas suben cada año de intensidad. El pasado año era un enfrentamiento deportivo, pero también familiar, ya que las presidencias de ambos conjuntos se dividían en un matrimonio, y eso hizo que el atractivo aumentara. Esta temporada no ha sido así, pero la rivalidad desde que José Fernández dejó la presidencia del equipo vallisoletano ha ido aumentando como se demostró ayer en Villaralbo. Lo primero que sorprendió en el cuadro local fue el once inicial que puso en juego Alberto Parras, que dejó en el banquillo al portero habitual, José Luis, y a uno de los titulares indiscutibles, Sergio Lomba. Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó en los minutos de inicio del encuentro cuando el Tordesillas inició una buena jugada por la banda derecha, centraron el balón a punto de penalti, donde estaba preparado para rematar Óscar que no dudó y estrelló el esférico al fondo de la red.
La actitud de los jugadores del Villaralbo fue positiva, ya que no bajaron los brazos al verse por detrás, sino todo lo contrario, se lanzaron al ataque para buscar el empate lo antes posible. No se demoró mucho la espera puesto que en una jugada similar a la de sus rivales, aunque por banda izquierda, Mato batió a Alberto e igualó la contienda en el minuto 10.
Todo volvía a comenzar en la Ciudad Deportiva 'Fernández García' y quedaba un mundo. Fueron los jugadores del Tordesillas quienes se hicieron con el control del partido para dominar el balón y el juego, y poner en serios apuros al meta Domingo, que estuvo acertado al desbaratar todas las acciones de peligro que le creaban los delanteros visitantes.
Con el empate se llegó al descanso y con la reanudación fue el GCE quien tomó las riendas del juego e intentó el gol de todas las formas que se le ocurrían, aunque las más finas vinieron desde las botas de Emilio y Mato. En el cuadro visitantes tampoco se quedaron atrás e intentaban crear peligro, aunque tampoco vieron petróleo.
Todo apuntaba al empate, mientras que las hinchadas de ambos equipos empujaban a los suyos para lograr los tres puntos en juego. Sin embargo, hay veces que el fútbol es justo y esta ocasión fue así, puesto que el marcador no volvió a moverse y el reparto de puntos era lo más merecido.
El resultado deja al GCE cuarto y mantiene al Tordesillas en la cómoda zona media de la tabla.