A un paso del precipicio
El Zamora aguantó durante 54 minutos, pero se hundió al recibir el primer gol en contra
GECASPORT
Lunes, 22 de febrero 2010, 09:52
Era una jornada importante con tres puntos de oro en juego entre dos equipos muy necesitados. Las bajas y las circunstancias del rival obligaron a Beto a introducir novedades en su once, pero respetando el carácter ofensivo de los últimos choques con dos delanteros. Sin embargo, todo lo trabajado durante la semana no funcionó ayer en el Reino de León y el Zamora vio cómo se le escapaba la victoria, y cómo desde que recibió el primer tanto en contra, por un nuevo error defensivo, se convirtió en un convidado de piedra a este derbi regional.
Y es que, mal empieza un partido cuando el principal protagonismo recae en la decisión del árbitro de mantener un enfrentamiento que nunca debió jugarse. Lo que se presentaba como un atractivo choque entre necesitados vecinos quedó convertido en un carrusel de fallos, despropósitos y juego impreciso. La intensa nevada caída la noche anterior en la capital leonesa dejó el magnífico terreno de juego culturalista impracticable para nada que se parezca al deporte. El caso es que se jugó un sucedáneo de fútbol sobre todo en la primera parte. Beto, contrario a jugar por el aspecto del campo, dispuso un once de circunstancias, con futbolistas de mucha talla y guerreros.
El guión estaba muy claro desde antes de salir de vestuarios; no se debía asumir el más mínimo riesgo, había que disputar balones largos y tratar de que se jugase siempre en campo rival. Ya se sabe que este tipo de partidos siempre se decide por fallos puntuales y nadie quería que fuera suyo.
Los primeros 45 minutos rojiblancos fueron notables, tratando de alejar el peligro, acudiendo a la batalla ahí donde fuera y jugando un partido muy serio. Los de Beto tiraron de oficio para dominar a una Cultural demasiado desquiciada por la actitud arbitral.
La primera polémica llegó rápido, en el minuto 7, cuando el goleador local, Jito, caía en el área pequeña y pedía penalti, mientras que los zamoranos exigían la tarjeta por considerar que había sido un 'piscinazo'. Finalmente ni lo uno ni lo otro, y el colegiado continuó con un partido en el que no se estaba viendo mucho fútbol.
La primera ocasión clara para los de Zamora, y la mejor oportunidad para ponerse por delante, llegó en un córner botado desde la derecha por Edu Roldán y rematado por Hugo Álvarez, que se fue contra el larguero, aunque varios jugadores del Zamora hablaron de 'gol fantasma' al asegurar que el esférico había entrado, aunque no sirvió de nada. Acto seguido continuó el asedio con Duque disparando de nuevo sobre el meta leones. El circunstancial extremo zamorano fue el mejor de los de Beto de la primera parte, poniendo en jaque siempre a la defensa leonesa en el costado derecho, mientras que en las galeras, Goffin se encargó de anular a Jito con excelente resultado para el central belga.
Hasta el momento, lo mejor del partido eran los defensas, que con sus acciones hacían imposible ver un gol en un césped impracticable.
Al inicio de la segunda parte se produjo un cambio de escenario, los Alpes franceses dejaron paso a un patatal encharcado de barro. Nada más comenzar la segunda parte Manu Barreiro gozó de una ocasión ante Mikel Saizar, pero el punta no acertó a controlar y dejó el balón muy fácil para el portero. Fue un simple escarceo rojiblanco ante la avalancha culturalista que estaba a punto de llegar.
El partido tenía otra cara, con más juego e intensidad, aunque la nieve acumulada en las bandas obligaba a los veinte futbolistas a vivir en el barrizal del medio campo.
Con otra cara salió también la Cultural en la segunda parte, mucho más metida en el partido y con el canterano Omar en el papel estelar. El menudo juvenil asturiano, se encargó de robar la cartera a los dos defensas rojiblancos, Hugo y Gomis, para apuntillar con suavidad ante Félix Campo con una vaselina. Este gol suponía además un nuevo despiste que salía muy caro a los de Beto y ya van demasiados, un gol lleno de habilidad y de pillería. El tanto fue también una lección de fútbol en si mismo, porque en un embarrado campo de batalla acabó venciendo la habilidad del menudo y frágil estilista. Después del gol, contestó el Zamora con un flojo remate de Barreiro que volvió a sacar Saizar sin demasiados problemas. Esa fue la única última ocasión rojiblanca del partido y es que el gol recibido hizo mucho daño a la frágil moral de los zamoranos.
De la posibilidad virtual de un empate se pasó a un sentencia culturalista real, cuando el niño Omar volvió a sentar cátedra con un balón colgado para que Chema Mato ajusticiara de cabeza al Zamora, que estaba casi desaparecido. En este momento, viendo lo que sucedía en el campo, Beto introdujo mordiente arriba sin obtener resultados. Los rojiblancos decidieron acortar el camino entre la defensa y el área rival con balones bombeados y era Agustín el que trataba de iniciar el juego de forma infructuosa. Para esas alturas el Zamora ya era un mero juguete en manos del vendaval leonés. Los de Uribe jugaban balones largos para Chema, Omar y Yahvé buscando siempre la espalda zamorana. Los minutos avanzaban y se bajaba la intensidad con un Zamora hundido y unos leoneses que intentaron poner la guinda a su pastel con un disparo de Chus Bravo que se estrelló con la red exterior.
Finalmente una nueva y triste derrota que, junto al resto de resultados, deja a los rojiblancos en el puesto de promoción, a dos puntos de descenso. Ahora hay que pensar en Guijuelo, que visitará el Ruta después de adelantar al Zamora.