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Revolución de cartón
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Revolución de cartón

Nintendo consigue aunar juego tradicional y tecnología con 'Nintendo Labo', una serie de periféricos de cartón con los que la compañía invita a jugar en familia

Domingo, 21 de octubre 2018, 14:27

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Todo comenzó el 23 de septiembre de 1889, cuando Fusajiro Yamauchi fundó Nintendo como empresa dedicada a la fabricación de naipes tradicionales japoneses, las llamadas barajas Hanafuda. No deja de ser sorprendente el hecho de que una de las compañías más importantes del sector de los videojuegos comenzase con algo tan sencillo como las cartas. Ahora bien, el salto al ocio electrónico no fue una conversión sencilla, y es que la compañía tuvo que decidir allá por los años 80 abandonar el juguete analógico tras más de 100 años de especialización en este campo. Quizás con la mente puesta en lo que sería el entretenimiento del futuro.

No se equivocaban si tenemos en cuenta que hoy por hoy la industria del videojuego genera a nivel global más de 100 mil millones de dólares (datos del pasado año de la consultora Frost & Sullivan). Sin embargo, es ya una realidad el hecho de que la compañía ha querido recuperar ese componente juguetero de sus raíces con diferentes propuestas adaptadas a los nuevos tiempos. Un ejemplo son los 'amiibo', figuras basadas en sus principales licencias. Su éxito se suma al conjunto de decisiones acertadas de la compañía, que con el lanzamiento de Nintendo Switch como punta de lanza aumentó en un 115% sus ventas netas con respecto al año pasado y un 36% sus beneficios.

La innovación ha sido la clave en el giro de los acontecimientos. Fue un lanzamiento que sorprendió a todos, pero si algo ha caracterizado a Nintendo en las últimas décadas, ha sido su capacidad para ir por libre. Lo han vuelto a hacer. Su último as en la manga, 'Nintendo Labo', es un producto con el que Nintendo quiere conquistar a las familias con pequeños en casa y que parece aunar todo lo comentado hasta el momento: innovación, ADN juguetero y una búsqueda constante de nuevos públicos a los que agradar y sorprender.

Imagen principal - Revolución de cartón
Imagen secundaria 1 - Revolución de cartón
Imagen secundaria 2 - Revolución de cartón

'Nintendo Labo' es, a priori, un producto difícil de explicar, aunque a los mandos su utilización es de lo más sencilla. Se trata de una serie de periféricos fabricados en cartón que el usuario debe construir previamente para, después, interactuar con ellos gracias a la consola Nintendo Switch. Leer en un mismo texto consola y cartón puede resultar de lo más extraño, pero Nintendo Labo consigue que no lo sea. Cuando uno abre la caja de uno de los kits disponibles, lo que se encuentra son una serie de láminas de cartón con diferentes troqueles que sirven para, pieza a pieza, formar los juguetes (bautizados como Toy-Con por Nintendo). Además, la caja incluye una tarjeta del juego para insertarla en Switch, que sirve principalmente a modo de guía y tutorial para crear, y espacio donde se albergan las diferentes experiencias interactivas.

La clave reside en el proceso completo, es decir, en ir desplegando cada pieza para montar el juguete y después dar el salto al juego con tu propia creación. En el kit variado, por ejemplo, las opciones van desde una caña de pescar hasta una suerte de vehículo teledirigido que se mueve al ritmo marcado por la vibración de los mandos acoplables a Switch o, incluso, un piano. Cada juguete cuenta con sus propios mecanismos, con detalles de lo más sorprendentes como el carrete de la caña de pescar, hecho todo ello de cartón. Es una experiencia de lo más curiosa, pero el hecho de que el sedal que tú has montado se digitalice en pantalla es extrañamente gratificante.

Como explicaron en su día los responsables del proyecto, el quid de la cuestión se encuentra en el interior de los mandos de Switch. Estos cuentan con una serie de sensores que permiten formas únicas de interacción entre ellos. Por otro lado, el hecho de ofrecer juguetes de cartón eleva el nivel de accesibilidad al máximo. Al fin y al cabo, es algo que cualquier pueda manipular y entender. Una característica clave a la hora de acercar el producto a su principal objetivo, lo más pequeños de la casa.

El producto ha tenido una gran acogida por parte de los usuarios, hasta el punto de que ha distribuido 1,39 millones de copias según datos de la propia Nintendo. Al éxito ha contribuido la campaña de promoción que ha hecho la compañía, que incluso lanzó un concurso internacional titulado Nintendo Labo Creators Contest en el que los usuarios podían presentar sus propios inventos de cartón. Dos participantes españoles se hicieron con el primer premio en dos de las tres categorías del concurso, Creación y Personalización.

Si por algo ha sorprendido Nintendo Labo es por las múltiples formas de disfrutar con estas láminas de cartón. El nuevo kit de vehículos incluye materiales para construir varios Toy-Con, o creaciones de cartón, entre ellas, los mandos de un avión, un submarino y un coche, formas de automoción que después cobran vida en la pantalla. Resulta sorprendente ver la cantidad de opciones que tienen las piezas de control, como poner el limpiaparabrisas o activar diferentes efectos con palancas y demás botones. Cada uno de los tres vehículos de este kit de Nintendo Labo se maneja de manera diferente, con controles específicos y movimientos especiales.

Los jugadores pueden lanzar anclas con el submarino, disparar misiles con el avión, y realizar caballitos y desplegar armas mientras conducen el coche. Para enriquecer la experiencia, el juego incluye un modo aventura con diferentes entornos y modos en los que desplegar los vehículos. Algunas de las experiencias de juego incorporadas al jugeo incluyen: «rally», en el que los jugadores pasan por los puntos de control mientras corren hacia la meta; «carrera», un juego de carreras en el que los jugadores pueden lanzar golpes a los oponentes; «minicarreras», un juego clásico que solo se controla con el Acelerador Toy-Con; y «combate», donde los corredores pueden participar en combates automotrices uno contra uno con otros jugadores.

Pese a que las creaciones de 'Nintendo Labo' también consiguen sorprender a un adulto por su sencillez y respuesta, en un niño el efecto se multiplica. Como explica Cristian Viver, director del blog especializado Akihabara Blues y padre de dos niños, «mis hijos se quedaron alucinados al ver sus creaciones en movimiento. Tiene un toque mágico porque no esperas que funcione tan bien». Además, resume su experiencia con sus peques en que «es el primer videojuego que recomendaría para niños de cualquier edad ya que, aunque no soy fan de dejar a menores de 8 años jugar a videojuegos, esta es una experiencia totalmente diferente».

Resulta alentador el hecho de que Nintendo lance este tipo de productos para un sector al que aún le persiguen ciertos fantasmas como la provocación de adicción (sobre todo a raíz de fenómenos como 'Fortnite') o el fomento de la violencia. Pese a que nada en exceso es bueno, el empeño en destacar «los males» de los videojuegos no permite a algunos reconocer apuestas como 'Nintendo Labo', que sirven de ejemplo de cómo el sector es un foco de innovación tremendo (Microsoft, por ejemplo, acaba de lanzar un mando para personas con discapacidad), apto para todo tipo de públicos e industria de presente y futuro.

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