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La lenta conquista del reconocimiento facial

La lenta conquista del reconocimiento facial

Occidente se abre a regañadientes a esta tecnología, mientras que China ya es común ser vigilado y observado constantemente

José Antonio González

Madrid

Lunes, 7 de octubre 2019, 00:23

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El reconocimiento facial ha encontrado en los smartphones la pértiga para asaltar los cielos y convertirse en la tecnología de los últimos años. Pagar por la cara ya no es una expresión coloquial, sino que es una realidad. Con la aparición de Face ID en los iPhone, el juego comenzó para desbloquear pantallas de los dispositivos del gigante de Cupertino. Sin embargo, su historia comienza en la década de los años 60 del pasado siglo.

El profesor Woodrow Wilson Bledsoe puso en marcha un sistema capaz de clasificar imágenes de rostros a mano utilizando lo que se conoce como una tableta RAND, un dispositivo que las personas podían usar para ingresar coordenadas horizontales y verticales en una cuadrícula utilizando un lápiz óptico que emitía pulsos electromagnéticos.

Gracias a este sistema podría llegar a usarse en 1960 para registrar manualmente las ubicaciones de coordenadas de varias características faciales, incluidos los ojos, la nariz, la línea del cabello y la boca. La información recopilada por el esquema planteado por Bledsoe permitía, además, recuperar una imagen lo más similar a la aportada. Así, se considera al profesor Woodrow Wilson como el padre del reconocimiento facial.

El avance de esta tecnología facial parece la gran candidata a ser coronada la como la huella digital de este nuevo milenio

Con el nuevo milenio, los avances tecnológicos adquirieron velocidad de crucero y el reconocimiento facial llegó hasta los sistemas de vigilancia en la Superbowl estadounidense de 2001, donde se archivaron fotografías de los sistemas de vigilancia y se compararon con bases de datos digitales.

El avance de esta tecnología facial parece la gran candidata a ser coronada la como la huella digital de este nuevo milenio. Un sistema destinado a mejorar la seguridad en ciudades y espacios cerrados.

España, lento aterrizaje

Desde el pasado mes de marzo, Aena cuenta con un sistema de reconocimiento facial en el aeropuerto de Menorca. Se trata de una prueba piloto para instalar el primer sistema de identificación biométrica para autoembarque y de reconocimiento facial en un aeropuerto español, «un proyecto que permitirá mejorar la operativa acelerando el paso por el filtro de seguridad y el embarque de pasajeros», asegura Aena.

El proyecto, en colaboración con Air Europa y su empresa de 'hadling' GroundForce, e implementado por las empresas everis Aeroespacial, Defensa y Seguridad (everis ADS) y dormakaba España, permite a los pasajeros acceder a la zona de embarque y subirse al avión utilizando únicamente su rostro.

El sistema de reconocimiento facial incorpora un lector de documentación y una cámara con la que se fotografiará al pasajero, lo que permitirá comparar sus facciones con la imagen del documento que se muestra al lector. Si coinciden, el pasajero podrá acceder tanto al filtro de seguridad como a la puerta de embarque sin necesidad de volver a mostrar su documentación, aunque siempre deberá llevarla consigo.

Alicem, la aplicación francesa, se combinará con el uso de un pasaporte biométrico, que contará con un chip que almacenará la fotografía escaneada y 2 huellas digitales del titular del documento

El otro gran proyecto en España tiene como centro Madrid. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) ha creado un proyecto pionero que involucra a la empresa pública, a Mastercard y a la startup británica Saffe. Esta iniciativa permite la activación del pago biométrico facial. Mediante el registro en la aplicación, una tablet reconocerá la cara del usuario al acceder al autobús e, inmediatamente, se hará el cargo en la cuenta bancaria del ciudadano.

Este proyecto se lanzará en los próximos meses y ya está previsto que un grupo de 100 usuarios comiencen a probar esta sistema de pago en una línea concreta de la EMT, aunque todavía no está determinada.

Francia, DNI facial

El país vecino, Francia, está dispuesto a echar el resto por el reconocimiento facial y en los próximos meses desplegará un sistema que nada tiene que envidiar al que se usa en China, aunque, eso sí, a una escala menor. Según avanza Bloomberg, el gobierno de Macron podría lanzar en noviembre su aplicación de reconocimiento facial llamado Alicem. Este sistema asegura que el registro en la aplicación será único y no se conservarán los datos ni se integrarán en las bases de datos oficiales.

Alicem se combinará con el uso de un pasaporte biométrico, que contará con un chip que almacenará la fotografía escaneada y 2 huellas digitales del titular del documento. El Gobierno francés aspira a que Alicem proporcione acceso a aproximadamente 500 servicios públicos disponibles en Francia: como el pago de impuestos o servir para la identificación personal en aeropuertos. La Comisión Nacional de Informática y de las Libertades (CNIL) ya ha advertido de que esta iniciativa puede vulnerar el recién incorporado Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

Presentación del sistema Face ID del iPhone X
Presentación del sistema Face ID del iPhone X

El Gran Hermano chino

El gobierno de Xi Jinping es el pionero y el que está a la vanguardia en reconocimiento facial y vigilancia en sus ciudades. A lo largo y ancho del país, el ejecutivo de Pekín ha instalado más de 200 millones de cámaras. Un negocio que ha impulsado la fundación y expansión de startups relacionadas con la seguridad, el mayor exponente Hikvision. Todas estas compañías de seguridad trabajan con el gobierno del país, lo que permite, según medios chinos, crear la base de datos Sky Net, que permite reconocer en segundos a una persona entre más de 1.400 millones de ciudadanos.

Un dispositivo basado en el reconocimiento facial y aliñado con inteligencia artificial que, a diferencia de otros sistemas, sí ha tenido éxito. En la pasada primavera, las autoridades chinas consiguieron detener a un delincuente huido de la justicia con un historia delictivo plagado de varios delitos económicos, su detención se produjo en medio de un concierto. Gracias a las cámaras de reconocimiento facial, las autoridades consiguieron reconocer al fugitivo y procedieron a su detención, justo antes de que empezara la actuación.

Gracias a las cámaras de reconocimiento facial, las autoridades consiguieron reconocer al fugitivo y procedieron a su detención

Este sistema de vigilancia ha permitido al régimen de Xi Jinping implantar desde el pasado año el sistema de Crédito Social. Un sistema de puntos que permite a los ciudadanos chinos usar determinados servicios públicos en función de su saldo. Por ejemplo, los ciudadanos que hayan sido pillados fumando en un tren, que hayan usado billetes ya caducados o con antecedentes por difundir falsas alertas en trenes o aviones o crear conflictos en ellos podrán ser vetados en estos medios de transporte. China estima que la versión completa de su Crédito Social esté disponible en 2020.

El RGPD 'vigila' los datos de las caras

El artículo 4.14 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) define qué son los datos biométricos. «Datos personales obtenidos a partir de un tratamiento técnico específico, relativos a las características físicas, fisiológicas o conductuales de una persona física que permitan o confirme la identificación única de dicha persona, como imágenes faciales o datos dactiloscópicos».

La antigua Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) consideraba esta información como un dato de carácter personal simple o básico, es decir, gozaban de la misma protección que un número de teléfono o una dirección de correo electrónico. La principal novedad que incorpora el RGPD es la modificación de la calificación de los datos biométricos como datos sensibles. Un importante cambio recogido en el artículo 9 que cambia la manera de recoger y tratar la información, por ejemplo, recopilada en el reconocimiento facial.

Los datos «especialmente protegidos» necesitan la autorización y consentimiento explícito de los usuarios para el tratamiento de esta información. Además, señala la normativa europea que tanto el responsable como el encargado del tratamiento están obligados a realizar evaluaciones de impacto para tratar correctamente esos datos biométricos.

Los primeros en sufrir estas consecuencias han sido los dirigentes suecos. Este mes de septiembre, una escuela de secundaria en el norte de Suecia ha sido multada con unos 18.500 euros por realizar una prueba piloto con cámaras con reconocimiento facial para monitorear a 22 alumnos de una clase del centro, según informa el Comité Europeo de Protección de Datos.

Según informa Financial Times, la Comisión Europea ya se encuentra trabajando y desarrollando nuevas leyes dirigidas principalmente a limitar el uso y tratamiento de los datos provenientes del reconocimiento facial. Según este diario, el nuevo texto estaría desarrollando una regulación más amplia de la Inteligencia Artificial y, además, el aprendizaje automático.

La nueva ley implementará protecciones explícitas sobre los datos de reconocimiento facial, ampliando así la protección respecto a lo ya existente y desarrollado en el Reglamento General de Protección de Datos. No obstante, entre los cambios que se están considerando, según el Financial Times, estaría la posibilidad de saber cuándo esos datos están siendo usados.

Los datos «especialmente protegidos» necesitan la autorización y consentimiento explícito de los usuarios para el tratamiento de esta información

De esta forma, en un instante sabríamos si alguien está usando los datos relacionados con nuestra cara, ya sea para iniciar sesión en un sitio, o bien para investigación y desarrollo.

La intromisión o no en la privacidad del ciudadano o trabajador ha creado mucha polémica y, sobre todo, mucha controversia en asociaciones civiles. En San Francisco (Estados Unidos) pusieron en marcha un proyecto piloto centrado en reconocimiento facial.

La alcaldía de la ciudad prohibió entonces a las agencias locales, entre ellas la Policía, el uso de técnicas de reconocimiento facial, cada vez más empleadas por las autoridades para identificar a criminales. Se convirtió así en la primera del país en tomar una medida de estas características.

Actualmente y, según la legislación comunitaria, la implantación y desarrollo de la tecnología de reconocimiento facial china es imposible en cualquier país de la Unión Europea.

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