Borrar
Juego de drones, proteger el cielo

Juego de drones, proteger el cielo

Una pequeña antena portátil crea una cúpula invisible que desactiva aeronaves sin tripulación

José A. González

Tel Aviv (Israel)

Jueves, 6 de junio 2019, 07:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La fiebre de los drones no cesa, ni tampoco la preocupación sobre la seguridad y también la privacidad en torno a estas pequeñas aeronaves. Con tan solo 100 euros, cualquier ciudadano puede adquirir un dron y pilotarse de forma recreativa.

La Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) tiene registrados unos 4.600 drones profesionales en España, 6.400 pilotos y 3.600 empresas operadoras dadas de alta en el Ministerio de Fomento.  La expectativa es que el número de operadores en el país siga en ascenso y que la cifra de aeronaves alcance las 51.400 en 2035 y crezca hasta las 53.500 en 2050.

El pasado mes de octubre, la Universidad de Dayton (Estados Unidos) publicó un estudio que un pequeño dron de menos de un kilo de peso puede poner «en peligro la estructura de una aeronave».

Aeropuertos, infraestructuras críticas o piscinas son lugares donde los drones ya han sido avistados. En 2017, las autoridades españoles publicaron la nueva Normativa sobre el uso de estas aeronaves.

La zona de seguridad en España se amplió hasta los 8 kilómetros cerca de un aeropuerto o aeródromo y, como los aviones, no se puede volar fuera del espacio aéreo controlado. Además, también se reguló la altura de vuelo. Las leyes española prohíben a estos dispositivos superar los 400 pies de altura o lo que es lo mismo 120 metros y añade que «los pilotos han de tener contacto visual permanentemente con la aeronave (VLOS - Visual Line Of Sight)».

Sin embargo, los incidentes no han cesado y las soluciones aún no han fructificado. En 2015, el departamento de policía de Tokio desplegó una flota de drones que transportaban redes para capturar a los delincuentes, varios meses después de que un avión aterrizó en el techo de la oficina del primer ministro japonés, en protesta por la política del gobierno. 

En 2016, investigadores de la Universidad de Michigan crearon un halcón robótico para vigilar estas aeronaves, mientras que la policía holandesa fue un paso más allá y entrenó a águilas para cazar a drones intrusos.

«Viendo estos incidentes creamos hace tres años una solución para desactivar drones», señala a Innova+ Tom Gol, jefe de I+D de Convexum. «Somos compatibles con cerca del 80% del mercado de drones de consumo», añade.

El trabajo de esta compañía pasa por crear una zona de exclusión que impide el acceso a las aeronaves no tripuladas. «La zona protegida puede extenderse hasta un kilómetro y medio», apunta Gol. Este espacio es creado por unos pequeños dispositivos similares a una antena que emiten señales de radio «que bloquean el acceso e incluso permiten tomar el control de la aeronave y obligarla a aterrizar», señala.

En la pasada final de la Liga de Campeones celebrada en el Wanda Metropolitano de Madrid, la Policía Nacional estaba equipada con un UAV Jammer desarrollado por Hikvision. Este arma interfiere la comunicación entre el dron y su piloto, dentro de un rango de 800-1200 metros lo que permite al agente de seguridad desviar o hacer aterrizar la aeronave. «Nuestra solución es perfecta para eventos deportivos, porque evita la toma de imágenes que infrinjan los derechos de televisión o pongan en riesgo la seguridad en el estadio», responde el responsable I+D de Convexum.

Las pasadas navidades, los aeropuertos de Londres (Gatwick y Heatrow) quedaron inutilizados varias horas por el avistamiento de drones. «No interrumpimos otras conexiones», señala a este periódico Gilad Sahar, CEO de la compañía, en una demostración en la feria Future Sport Israel 2019 organizada por el Istituto de Exportaciones de Israel. «Nuestra solución también es válida para aeropuertos», apostilla Gol.

Fundada en 2015,  la compañía cuenta con inversores como el Instituto de Tecnología Technion-Israel, la firma de capital de riesgo F2 Capital y varios inversores privados australianos. Su solución es similar en la que trabaja Airbus junto con Dredrone para proteger aeropuertos a través de señales de radar de largo alcance, en este caso tres kilómetros, para bloquear aeronaves sin piloto.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios