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Uno de los 'drones' de Titan Aerospace
El negocio de llevar internet a Ngoutchoumi
'AVIONES NO TRIPULADOS'

El negocio de llevar internet a Ngoutchoumi

Google y Facebook juegan en la estratosfera su último pulso: crear una red de ‘drones’ que surta de conexión a las zonas más remotas del mundo

Michael McLoughlin

Jueves, 1 de enero 1970, 01:33

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El enésimo pulso entre dos gigantes como Google y Facebook no se juega en el ciberespacio. Tampoco en tierra firme ni en las profundidades del mar, por donde transitan los cables que llevan internet de un continente a otro. El último enfrentamiento se juega a 70.000 pies de altura, en la estratosfera. Allí, por encima de las tormentas, ventiscas y otros fenómenos meteorológicos, ambas firmas pretenden instalar las bases de su último gran proyecto: un red de aviones no tripulados que surta de conexión a los lugares más reconditos y apartados de la geografía mundial ya sea a la apartada comunidad de fali de Ngoutchoumi, al norte de Camerún, como a la cima del Machu Pichu, en Perú.

La firma de Mountain View ha sido la última en mover pieza al hacerse con Titan Aerospace, una empresa dedicada a la fabricación de 'drones' solares, que también llegó a entrar en los planes de Facebook. La red social -cuyo fundador Mark Zuckerberg es el principal valedor del proyecto 'Internet.org'- había abierto la hucha semanas antes para gastarse 20 millones en otra empresa del sector, Ascenta. Los aparatos que pretende construir Titan Aerospace podrían alcanzar una autonomía de vuelo de hasta 5.000 horas y cargar con transmisores de más de cien kilos de peso, con las posibilidades que ello conlleva.

«A pesar de estar en una fase de desarrollo inicial, los satélites atmosféricos podrían ayudar a llevar el acceso a internet a millones de personas», aseguró esta semana una fuente del buscador más conocido de la Red. La empresa mantendrá a priori su sede en Nuevo México y sus 20 trabajadores colaborarán con otras líneas de investigación de la firma.

Drones militares recolocados

  • PROYECTO DEL PENTÁGONO

  • Estados Unidos, el país más activo a la hora de utilizar aviones no tripulados con objetivos militares, también pretende llevar internet a zonas remotas donde se encuentran las tropas del Pentágono con estos aparatos. En este caso, ha reutilizado una flota de drones de vigilancia que fueron utilizados en Irak para reutilizarlos como antenas Wi-Fi.

  • Se trataría de un escuadron de 'RQ7 Shadow' -con tan solo 3,2 metros de largo y un peso de 184 kilos- que estarían equipados con una antena que podrían ofrecer velocidades de hasta un gigabyte por segundo, consiguiendo así que los marines en zonas complicadas tengan unas prestaciones similares a las de otras zonas más desarrolladas.

  • Estamos satisfechos con los logros que hemos visto hasta ahora , ha dicho Dick Ridgway, director del programa Darpa,

Uno de estos proyectos es 'Loon' que pretende llevar Wi-Fi a zonas aisladas mediante globos aerostáticos equipados con una antenas de radiofrecuencia que flotan a 20.000 metros de altura del paralelo 40, que recorre entre otras zonas del planeta África, las Antípodas o América Latina. Dependiendo las condiciones, cada uno de estos 'repetidores' podría dar servicio a un área de unos 1.000 kilómetros cuadrados y para conectarse solo haría falta una pequeña antena que se comunique con la unidad que flote sobre el tejado.

Esta red -en forma de anillo- se controlaría desde un centro de control que busca aprovechar el comportamiento de las corrientes de aire - con el consiguiente ahorro al prescindir de movimiento a motor- para realizar los ajustes necesarios para seguir proporcionado internet. La primera prueba se llevó a cabo en 2013 sobre Nueva Zelanda y progresivamente se ha ido llevando a otros puntos del planeta, aunque Google no detalla cuales.

Ahora con Titan Aerospace sigue la estela que marcó Facebook con Ascenta. El proyecto abanderado por Zuckerberg , que cuenta con el respaldo de empresas como Nokia o Qualcomm, pretende poner en juego un 'ejército' de 11.000 equipos que vayan trabajando en turnos.

A pesar de la impronta filantrópica que han dado al proyecto Google y Facebook, si logran que sus proyectos sean viables económicamente y superen las reticencias de los diferentes Gobiernos, la realidad es que proporcionar acceso a internet a los millones de personas que carecen de él a día de hoy abriría una nueva posibilidad para sus respectivos negocios. Más usuarios de internet, más datos que gestionar y explotar.

Aunque es difícil cuantificar los guarismos exactos, en 2012 -según datos de Internet Access- el número de personas conectadas alcanzaba el 32% de la población mundial, lo que se traduce en unos 2.300 millones de personas de un total de 7.200 millones. Una cifra que podría aumentar hasta los 3.600 millones en 2017, según un informe de Cisco hecho público a finales del pasado año, antes de que estas iniciativas estuviesen en boca de todos.

'Lobbies' y regulación

También hay que esperar que los operadores de telecomunicaciones se vayan posicionando ante esta la evolución de esta nueva carrera. Tras la sangría de ingresos producida por la jubilación anticipada de los SMS o las caída de las llamadas con la transformación del mundo bajo el paradigma del 'smartphone', será interesante ver cómo se adaptan a la llegada de nuevos retos, en la que se avecina una frenética pugna de 'lobbies' en la regulación.

Una regulación que la Unión Europea empezó a carburar de manera oficiosa esta semana con las declaraciones con Siim Kallas, comisario europeo de Transportes, quien puso sobre la mesa la necesidad de un nuevo marco regulatorio para el sector de los 'drones' para fines civiles, necesario para que saliesen adelante cosas como internet.org o la iniciativa de Amazon para repatir pedidos a domicilio con estas herramientas en menos de una hora una vez se hace el pedido.

Kallas aseguró que la industria está a la espera de este pronunciamento por parte de Bruselas, puesto que hay miedo "a realizar ciertos desarrollos" y que luego se prohíban. El plazo que se maneja para esta tarea, que se realizará a través de la EASA, es de dos años. Todo para impulsar una actividad que podría suponer una facturación de unos 15.000 millones de euros al año en el Viejo Continente, donde a día de hoy se fabrican un tercio de los 1.700 tipos de 'drones'

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