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Las baterías de los robots tienen autonomía durante cinco horas.
Crean robots agricultores para vigilar invernaderos

Crean robots agricultores para vigilar invernaderos

Miden la humedad, la temperatura y la luminosidad para tener cosechas excelentes

innova+

Viernes, 4 de noviembre 2016, 16:57

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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto con investigadores del Centro de Automática y Robótica, ha desarrollado un equipo de robots encargados de vigilar los invernaderos.

Con la ayuda de un robot terrestre y otro aéreo permiten vigilar la temperatura, la humedad, la luminosidad y la concentración de dióxido de carbono de un invernadero, tanto en el suelo como en diferentes alturas, según informa la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que forma parte del Centro de Automática y Robótica.

La información que recogen ambos dispositivos sobre el invernadero permite conocer en todo momento las condiciones de los cultivos y detectar problemas antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo, cualquier desequilibrio en estas variables puede causar estragos que van desde la caída de la productividad hasta la pérdida de la cosecha.

Autonomía, cinco horas

En este caso, los científicos han señalado que el robot terrestre aporta robustez, autonomía y tolerancia a fallos, ya que puede recorrer los pasillos del invernadero cargando con su compañero durante cinco horas. Por su parte, según han indicado sus creadores, el robot aéreo aporta agilidad y velocidad, ya que es capaz de intervenir en momentos precisos, accediendo a zonas difíciles y tomando medidas a diferentes alturas. Todo esto ha sido probado con éxito en las simulaciones y trabajos de campo realizados en un invernadero experimental de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la UPM.

Primero, el robot terrestre recorre los pasillos del invernadero controlado con un mando para generar un mapa. A continuación, este robot realiza su ruta en el invernadero de manera autónoma y va tomando medidas de temperatura, humedad, iluminación y concentración de dióxido de carbono.

Así, cuando el robot terrestre encuentra un obstáculo que impide su avance o detecta una medición anómala, el robot aéreo despega, realiza una ruta para evitar el obstáculo o investigar las causas de la anomalía y vuelve a aterrizar sobre el robot terrestre.

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