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Futura cápsula espacial Orion para el transporte de tripulantes, encomendada a Airbus.
La industria aeronáutica española demanda más apoyo del gobierno

La industria aeronáutica española demanda más apoyo del gobierno

"Somos un referente, pero vamos a dejar de serlo", dicen desde el sector en la inauguración del congreso sobre sus retos para el siglo XXI

antonio villarreal

Lunes, 1 de diciembre 2014, 16:51

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El sector aeroespacial español tiene motivos para estar contento: las grandes empresas han sabido abrirse al exterior y sortear la crisis con beneficios, las medianas y pequeñas forman un vibrante caldo de cultivo para la innovación, el crecimiento y ese tipo de empleo que los políticos llaman "de calidad". Sin embargo, siguen sin bajar la guardia y temiendo que el futuro para la industria en España no será tan halagüeño, como se ha podido comprobar en la inauguración hoy en Madrid del Congreso de Ingeniería Aeronáutica: Análisis y Retos del Sector en el Siglo XXI, organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España.

Como ha recordado Francisco Javier García Arnáiz, Jefe del Estado Mayor del Aire, la aviación como tal tiene apenas 111 años, "en los que se ha progresado más que en los 1.000 años anteriores". Desde aquel primer prototipo funcional de los hermanos Wright hasta nuestros días, en los que "el desarrollo aeroespacial ha sido básico en el de la informática y las telecomunicaciones", ha señalado García Arnáiz. El general del aire ha advertido además que "hay que mantener estas capacidades y para eso hay que seguir avanzando e investigando".

Los retos de la industria aeroespacial española son varios, dado que a la coyuntura actual se une el crecimiento que la IATA (Organización Internacional de Transporte Aéreo) calcula en el tráfico aéreo. España, según sus estimaciones, se situará 2ª a escala europea (sólo superada por Reino Unido) y 7ª del mundo en número de aviones surcando nuestro espacio aéreo.

El Director General de Aviación Civil, Ángel Luis Arias estima que el país debe prestar atención a asuntos trascendentales como la seguridad operacional, la capacidad de nuestras estructuras aeroportuarias, el impacto ambiental, la urgente reforma institucional aeronáutica para crear un "cielo único europeo" y finalmente, la próxima integración de aeronaves no tripuladas sobre nuestras cabezas y entre nuestros aviones.

Arias señaló también algo que muchos pasajeros comparten: lo incómodo que resulta en muchas ocasiones viajar en avión. "Tenemos que trabajar para que el transporte aéreo vuelva a ser amigable y pueda competir con la alta velocidad".

"Lo pagaremos"

En un tono similar al del resto de los ponentes, aunque mucho más contundente, se expresó Domingo Ureña, presidente de Airbus España, quien dijo que pese a que "la situación no es fácil desde un punto de vista industrial y político, especialmente en los últimos doce meses con lo sucedido con Estado Islámico, en el Sahel, en China o en Rusia", la industria aeroespacial del país ha sabido responder durante estos años de crisis, pasando de suponer el 0,37% del PIB en 2000 al 0,75% que representa ahora. Pero ha advertido: "Somos un referente, pero vamos a dejar de serlo por falta de inversiones en I+D".

"No tengo la intención de promocionar a España como un país 'bajo coste', si el resto del mundo confía en nosotros es por nuestras capacidades y eficacia. No vendemos otra cosa que conocimiento", ha dicho Ureña. Pero debido a la crisis, "estamos dejando agujeros tecnológicos en el camino y lo pagaremos".

El presidente de Airbus España ha recalcado que "es fundamental tener un plan de I+D", así como aumentar la participación del país en la ESA (algo que también ha demandado el presidente de SENER en una entrevista reciente con Innova+) o en proyectos como BlueSky 2, un consorcio tecnológico público-privado en el que España se comprometió a aportar un 8% del presupuesto. De lo contrario, dice, el retorno para las empresas tecnológicas españolas se resentirá, y con él su capacidad para ejecutar proyectos, invertir en investigación y generar puestos de trabajo cualificado.

Ureña ha puesto como ejemplo la fibra de carbono, "fuimos pioneros y ahora, con suerte, se habrán invertido 2 ó 3 millones de euros en los últimos años mientras otros países están invirtiendo decenas de millones. Y es una pena porque la fibra es la chapa del siglo XXI, fuimos pioneros y ahora estamos a la cola".

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