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Hoy, martes 27 de mayo, el santoral cristiano celebra San Germán de París. Gran parte de lo que sabemos de San Germán de París proviene del testimonio del obispo Fortunato, quien afirmó que Germán tenía el don de los milagros. Nació en Autun, Borgoña, a finales del siglo V. Sus primeros años fueron difíciles: su madre intentó abortarlo y su tía conspiró para envenenarlo por celos. Por suerte, encontró afecto y un ambiente propicio para su desarrollo junto a un familiar en Lazy, donde vivió durante quince años y donde sus cualidades ya destacaban.
Germán tuvo la suerte de contar con la bendición de obispos influyentes. Agripino de Autun lo ordenó sacerdote, a pesar de la inicial reticencia del propio Germán. Posteriormente, Nectario, sucesor de Agripino, lo nombró abad del monasterio de San Sinforiano. Como abad, Germán fue un modelo, destacando por su vida de oración, disciplina, penitencia y caridad. Fue durante este tiempo donde su don de milagros comenzó a manifestarse, según Fortunato. Se narra que, tras repartir el pan de los monjes a los pobres, el monasterio recibió provisiones abundantes de forma milagrosa. También apagó un incendio con agua bendita y, en una ocasión, las puertas de su prisión se abrieron por sí solas, aunque él esperó a ser liberado por el obispo, quien cambió sus celos por admiración.
En el año 554, el rey Childeberto lo nombró obispo de París tras la muerte de Eusebio, además de designarlo limosnero mayor. San Germán también curó al rey con la simple imposición de manos cuando este se encontraba enfermo. Su larga vida le permitió intervenir en varios asuntos de la familia real. Sin embargo, no dudó en actuar con firmeza cuando la verdad lo exigía; excomulgó al rey Cariberto, nieto de Childeberto, por sus devaneos amorosos y por repudiar a su legítima esposa, Ingoberta.
San Germán, el buen obispo parisino, falleció octogenario el 28 de mayo de 576. Fue sepultado en San Sinforiano, en la tumba que había preparado. Más tarde, el abad Lanfrido trasladó sus restos a la iglesia de San Vicente, que tras la invasión de los normandos, pasó a llamarse San Germán. Hoy en día, sus reliquias se veneran en una urna de plata que el abad Guillermo encargó en 1408, en el mismo lugar donde reposa.
También se celebra San Guillermo de Gelona, monje, el cual, habiendo sido personaje muy brillante en la corte imperial, se unió luego con verdadero afecto de amor a san Benito de Aniano y vistió el hábito monástico con gran honestidad de costumbres.
Desde El Norte de Castilla te ofrecemos el santoral de hoy, miércoles 28 de mayo de 2025:
Santa Helicónides
San Carauno de Chartres
San Justo de Urgel
Beato Ladislao Demski
Beato Antonio Julián Nowowiejski
San Pablo Hahn
El día de la celebración de los santos tiene sus inicios en tierras españolas gracias a la tradición cristiana que se instauró hace siglos en España. ¿Pero qué significa, en realidad, celebrar el santo? El catolicismo ha cogido cada uno de los días del año para recordar (conmemorar) a aquellos cristianos ilustres que, además, sufrieron tormentos, en muchas ocasiones de aquellos que repudiaban la fe católica.
Existe una palabra asociada a la felicitación del santo. Se trata de la palabra «onomástica», que se refiere al día en el que según el santoral católico es la festividad del santo de la persona con ese nombre. Es común referirse también al cumpleaños de una persona como onomástica, aunque no son palabras sinónimas. Esto sucede porque era tradición poner a las personas el nombre del santo correspondiente al día en el que habían nacido. De esta manera, santo y cumpleaños coincidían en una única fecha, llamada comúnmente onomástica.
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