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Pablo Barcina
Miércoles, 23 de diciembre 2015, 18:43
En la comunidad científica cada vez se encuentra más aceptada la idea de que cuanto menor sea el consumo de alcohol mejor será el pronóstico de la población general en cuanto a su salud. Aceptación especialmente relevante en navidades, época en la que el consumo de alcohol acostumbra a ser masivo y concentrado en pocas fechas, afectando tanto a la salud general como al control de peso de aquellas personas inmersas en un tratamiento dietético nutricional.
Abundando un poco más en esta aceptación, de que cuanto menor sea el consumo de alcohol mejor será la salud de la población, me gustaría citar algunos de los estamentos científicos que sostienen esta conclusión para concienciarnos de la relevancia que tiene. Estos son por ejemplo, la sociedad americana del cáncer, la OMS, el fondo mundial para la investigación del cáncer o la agencia mundial para la investigación del cáncer.
Una vez vista la relevancia científica sobre la recomendación de minimizar el consumo de alcohol, pasemos a hablar sobre su ingesta durante estas fechas tan señaladas, en las que las comidas y cenas de trabajo / amigos, se suman a las fechas navideñas de rigor. Habiendo dejado claro lo pernicioso del consumo de alcohol, avancemos en lo que a ingesta energética se refiere, las 'calorías' que ingerimos con el consumo de alcohol, que al margen de aportarnos casi la misma cantidad que las grasas, son totalmente vacías de nutrientes.
Si hablamos de consumo de alcohol en Navidad no podemos dejar de citar algunas bebidas como el vino tinto que nos aporta unas 125 Kcal por copa de 150 ml; el cava, con unas 150 Kcal por copa de 200 ml; la sidra, que aporta unas 75 Kcal por copa de 150 ml; o la cerveza rubia, unas 150 Kcal por botellin de 330 ml.
Pero si posamos la mirada en las bebidas destiladas la cosa cambia: deberíamos citar el coñac que aporta unas 100 Kcal por cada copa de 50 ml; el pacharán, con unas 170 Kcal por cada copa de 50 ml; o los combinados de whisky, ron o ginebra (suponiendo que nos los servimos o no los sirven utilzando la medida anglosajona de unos 50 ml, que tan de moda se ha puesto en los bares de copas) con refresco de cola ó tónica (200 ml), nos dan un aproximado de 200 Kcal por cada uno.
Pongamos un ejemplo práctico. Una persona que consume tres cervezas antes de la cena de empresa, durante la misma bebe un par de copas de vino, seguidas de 2 'copitas' de cava para brindar y despúes otro par de combinados tras la cena, estaría consumiendo casi 1.500 Kcal superfluas en forma de bebidas (eso sin contar postres, dulces y turrones). Si tenemos en cuenta que el consumo medio de energia diaria es de 2.500 kcal para el hombre y de 2.000 Kcal para la mujer, esto representaría el 60% de la ingesta diaria del hombre y el 70% de la de la mujer en forma de bebidas alcohólicas.
Además de la ingesta directa de calorias vacías, se ha visto que el consumo de alcohol hace que la ingesta de alimentos se incremente considerablemente, debido a un aumento de la sensación de hambre y a un menor control del mecanismo de la saciedad. Sin ir más lejos, en junio de este año se publicaba un estudio en la revista 'Appetite' que concluia que el alcohol incrementaba el consumo de alimentos salados y ricos en grasa debido a que se genera una mayor sensación de recompensa en el cerebro.
Tras todas estas razones la recomendación es que se debería minimizar al máximo el consumo de alcohol en general y tener especial precaución durante las Navidades. Y si una persona informada de sus riegos decide consumirlo debería priorizar alguna bebida fermentada en lugar de destilada y hacerlo con mucha mesura. Y por supuesto evitarlo por completo si se ha de poner al volante.
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